20 - BROKEN RULES

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La puerta de la habitación se abre dejando escapar un pequeño chillido. Era de noche y la iluminación en el departamento débil, por lo que solo resaltaba una leve figura allí parada en el umbral de la entrada.

El androide, que destacaba por su led y su contorsionada figura, ingresa en el sombrío dormitorio que poca luz conocía. RK se arrima con suma precaución a la cama. Lentos y cautelosos sus pasos.

Allí reposaba Gavin, consciente del intruso en la habitación y de sus intenciones. Gavin estaba envuelto en mantas, temblaba, sin saber el motivo. A ese punto, incluso pensaba que había comenzado a morir lentamente. Su cuerpo estaba helado, la cabeza le latía y no paraba de tiritar.

Tal vez debido a la droga que le suministraba Nines, quizás al mal estado anémico en su cuerpo. O tal vez al enorme grado de estrés que estaba padeciendo, sin saber qué pasaría con su trabajo o su vida misma. Desconocía la última vez que vio la luz solar o sintió el verde césped en sus pies. Los días avanzaban sin piedad y tan rápido que ni siquiera daba cuenta de ello.

RK900 gatea por sobre la cama y retira las esposas que atormentaban las muñecas del humano. Gavin suelta un leve quejido al sentir sus músculos cambiando de posición. Sus brazos bajan y se acomodan al lado de su cuerpo. Adapta su espalda y se relaja ante el hormigueo de sus brazos por fin liberados.

-Hola Gavin –expresa el androide con una sonrisa.

El detective no le contesta pero siente como Nines se acerca a su rostro a besarle la mejilla.

-¿Qué haces...? –pregunta Gavin con pesadez. Apenas estaba consciente, aunque los besos del contrario lo estaban despertando.

Gavin simplemente no entendía como Nines podía llegar a tener tantas facetas. A veces lo golpeaba y se comportaba como un maniático; y otras, era dulce, servicial y gentil. Como si el verdadero Nines apareciera de vez en cuando para decirle que todo estaría bien.

A esas alturas el detective sospechaba de lo que verdaderamente estaba sucediendo con RK. Gavin intuía que Nines estaba teniendo un error en su software, quizás algo vinculado con la divergencia o un error con su núcleo. Lo sabía incluso antes de hallarse en la actual situación de encierro.

RK se infiltra debajo de las sábanas y abraza al menor por sobre encima de él, depositando tiernos besos en su cuello.

-Activare mis termocomponentes para que entres en calor.

De pronto, el cuerpo del androide comienza a desprender una cálida temperatura. Era tan placentera que Gavin posiciona su cabeza hacia atrás. Estaba demasiado helado, el choque de calor le provocó una electricidad en todo su cuerpo. La sensación se comparaba a abrazar una taza de café caliente en medio de una fría nevada.

Nines entrelaza sus piernas con las del humano debajo de las mantas. Desliza sus tibias manos tras la vestimenta contraria palpando la cintura y los pezones de Gavin. Los masajea mientras continuaba con su sesión de besos en el cuello.

-Nines... –susurra Gavin. Había comenzado a jadear y su garganta estaba seca y rasposa.

El androide aprovecha la pasividad y pesadez del humano para retirarle la camiseta que llevaba. Junta sus labios con los del castaño y comienza a besarlo mientras retira sus pantalones.

Por suerte para Nines, quitarle los pantalones pijamas a Gavin no es nada difícil. Mientras que él mismo ya estaba en ropa interior, el menor ni se había percatado de ello a raíz de la falta de luz en la habitación.

RK besaba tan lentamente al humano que estaba comenzando a desesperarlo. Gavin respiraba entrecortadamente. El calor, la toxina en su cuerpo y la sobre estimulación física que recibía comenzaban a hacerle efecto.

-Nines... no. Sabes que no quiero –comenta sintiendo como una traviesa mano se filtraba entre sus piernas.

-Pareciera que tu cuerpo grita lo contrario...

-No... -libera un suspiro –Déjame...

-Eres como mi príncipe, atrapado en la torre más alta –comenta el androide con una sonrisa.

-¿De qué hablas? Déjame...

Gavin con suerte podía sostener el cuerpo del androide en intento de alejarlo. Nines era dominante e insistente. Trataba de separarse de sus besos pero era inútil pese a la falta de fuerza.

-Un príncipe que espera a su apuesto caballero para ser salvado.

El castaño se tensa al sentir que la mano que antes masajeaba su miembro se iba abriendo paso hasta llegar a su entrada. Las sensaciones se exacerban por mil. Se sentía demasiado vulnerable.

Gavin dobla su cintura contra el colchón cuando uno de los dedos entra con lentitud humedeciendo la zona. Cierra sus ojos, no puede ver nada pero escucha y siente lo que sucede. Estudia cada movimiento del androide, como este hacía girar su muñeca y se animaba a sumar un segundo dedo.

Nines continuaba sobre el humano, buscando excitarlo de alguna manera. Movía su mano, giraba y probaba hasta qué punto era capaz de soportar Gavin aquello.

Sentía la respiración y los latidos contrarios. Nines podía observar claramente a Gavin a pesar de la escasa iluminación. Miraba como el humano enfrentaba sus manos contra su pecho y como su ceño se fruncía cada vez más. RK900 se agacha y posa unos besos en su cuello. Besos que rápidamente se transformaron en pequeños mordiscos y chupones.

-¡No, Nines! –alza la voz Gavin al sentir el remplazo de los dedos por un grueso miembro.

-Relájate. Si sigues así, te haré gritar más fuerte...

Nines toma ambas rodillas del humano intentando que se quede más sumiso. Gavin comenzaba a inquietarse demasiado y no de la manera que él deseaba.

Penetra al menor con una lenta estocada haciendo que el contrario retire su cintura hacia atrás. Continúa e intenta una estocada más pero esta vez entrando por completo. El detective abre los ojos y aúlla de dolor ante la frustración y el acorralamiento.

-¡DETENTE! ¡Nines! Ya basta –expresa con la insistencia de liberarse. RK estaba aumentando la velocidad y junto a eso su desesperación.

Gavin recobra sus fuerzas y se gira tan bruscamente que cae al piso. Nines hecha una maldición pero antes de tomar al contrario y volverlo a atraparlo entre las mantas, Gavin se pone de pie y corre al baño.

Con pasos torpes y aun dolorido, se agacha contra el inodoro y vomita.

Las arcadas continuaron una tras otra. Gavin sentía el estómago revuelto de la impresión y el asco. Sentía como su pecho se contraía hasta quedarse sin aire. Hacía mucho que no vomitaba y la sensación era tan desagradable como la recordaba.

La situación de Gavin era enfermiza, tirado en el frío suelo, desnudo y vomitando. La piel de gallina se hallaba visible con cada vello del cuerpo erizado. En su cuello, unos moretones violetas como arándanos en primavera.

Al recobrar la compostura, el humano lava su rostro. La imagen de un triste hombre se refleja en el espejo. Gavin ni siquiera recuerda la última vez que se vio a sí mismo. Las ojeras marcadas y la piel más pálida, casi amarillenta. Opaca, con labios resecos.

Ante el mutuo asco, gira la cabeza hacia su derecha. Allí estaba vestido y de pie el motivo de su desprecio. Nines lo observaba preocupado. Los ojos cristalinos le brillaban y su led titilaba en rojo.

-Lo siento... -comenta entrando al baño –Déjame ayudarte.

-Creo que ya has hecho suficiente por hoy –susurra. Si la garganta le dolía antes, ahora era un dolor proveniente del mismísimo infierno.

Deja la toalla con la que había secado sus manos y sale lo antes posible del baño.

Esa noche ambos hombres duermen más separados que nunca, cada uno a un costado de la cama. Gavin agotado y enfurecido y Nines con el remordimiento girando dentro de sus sistemas. Se podría decir incluso que una pizca de culpa lo comenzaba a atormentar. Una culpa que solamente el antiguo y auténtico Nines podría llegar a sentir.





Notas:

Mañana subo otro capítulo ya que este fue un poco corto 👀

EN MIS ENTRAÑAS | REED900Donde viven las historias. Descúbrelo ahora