3 - ATRACCIÓN

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Los días pasaron y tanto Gavin como Nines continuaban investigando el caso del homicida en serie. Los medios de comunicación se habían hecho eco de la noticia y la estaban retransmitiendo las 24 horas del día. Ante esto, ambos detectives debían apurarse a atrapar al asesino antes de que siga cometiendo más crímenes. Fowler y otros agentes de policía también los presionaban para que avanzaran en la investigación. Tina Chen ya le había dicho varias veces a Gavin que los vecinos de Detroit llamaban aterrados al 911 con que no querían salir de sus hogares.

"Será mejor que se apresuren Gavin, ya me cansé de escoltar gente en mi patrulla todo el rato ¡Parezco un jodido taxi!" fueron sus palabras.

RK900 se hallaba frente a su computador examinando las fotografías de todas las escenas del crimen. Debía haber algo, aunque sea una pequeña pista, detalle o indicio de la identidad de un posible sospechoso. Ningún humano o incluso androide podía llegar a ser tan prolífero o detallista. Siempre existe un cabo suelto, algo que se les escapa, algo que olvidan.

El androide estudiaba los elementos y piezas de las escenas. En todas había sangre y tortura. Era como unir el rompecabezas del horror. Pero a Nines no le causaba tanto horror o rechazo como el que debería. Quizás se debía a lo acostumbrado que estaba, al hecho de que era un androide o tal vez a algo más. La idea extraña que se le manifestó en la última escena del crimen volvió a su mente como si de un rayo fugaz se tratase.

-Gavin...

-¿Uhhm? -responde el castaño levantando la vista de su estación.

-¿Tú no crees que estás imágenes... son... son... atractivas?

-¿Atractivas? ¿A que te refieres Nines?

-La composición es tan perfecta y todo parece tener una atmósfera tan atrayente. Todo se ve tan bello...

-¿Bello? ¿Qué rayos te sucede Nines? ¿Qué eres? ¿Un crítico de arte ahora?

-Bueno... no.

-No entiendo como una observación como esa podría favorecernos en atrapar a este desgraciado. Pero supongo que si consideras que eso ayuda... adelante -contesta Gavin levantándose de su asiento a fin de ir a la zona de descanso.

El androide se queda estático en su lugar observando a Gavin irse. Era la segunda vez que le pasaba algo como eso, la segunda vez que sus pensamientos, tan analíticos y objetivos, se detenían a reflexionar sobre ese tipo de cuestiones.

¿Por qué Nines, de un momento a otro, encontraba una cierta atracción y encanto a las escenas del crimen? ¿Por qué ahora veía la sangre y el sufrimiento ajeno como reconfortante? Nunca había sido así. La sangre antes significaba una evidencia, una pista, un indicio de que algo malo había sucedido. Algo malo hecho por alguien malo. Alguien que debía ser atrapado y encarcelado. Las cosas antes estaban claras para RK900, su misión nunca era entorpecida por ridículas observaciones. Pero como si de un virus se tratase, ahora su software se mostraba alterado, él estaba confundido.

Se había familiarizado tanto con la moral humana y los significados que estos le daban a los valores de bondad y maldad que nunca se había puesto a pensar que, al no ser humano, no estaba obligado a seguir esa lógica. Él era un androide divergente, con sus opiniones y juicios propios. Había sido creado por humanos y si bien ahora era libre de estos, no se había liberado de las reglas morales y sociales en las que estaba envuelto ¿Por qué debía obedecerlas como un saco de carne más? ¿Por qué...

-¡HEY NINES! ¡NINES! -Gavin llamaba vigorosamente al androide casi a los gritos. Como no obtuvo respuesta, movió su hombro. Este gesto lo despertó de un sobresalto, sacándolo del trance desde donde se encontraba.

-Gavin... yo...

-Tenemos una llamada de urgencia. Al parecer alguien se atrincheró en un supermercado y amenaza con matar la gente de allí ¡Tenemos que irnos! -comentó rápidamente Gavin mientras se dirigía hacia la salida de la comisaría.

Nines se apresuró a levantarse de su asiento y salir cuando antes del edificio. El detective parecía muy alterado y lo que menos deseaba hacer en esos momentos era estropear una urgencia tan importante como esa.

EN MIS ENTRAÑAS | REED900Donde viven las historias. Descúbrelo ahora