El Gran Torneo

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—Los que no sigan las reglas merecen morir.

—Pero tú los matas en la realidad. Vale la pena asesinar personas sólo por un juego?

—Hay que ver quien lo dice, Red. ¿O debería llamarte.. Emperador, creador de los Siete Milagros? —El pelirrojo no lo negó, incluso mantuvo su expresión mortuoria con los labios apretados con firmeza. Kouki perdió el aliento.

—Que significa esto? De qué esta hablando.. Shinigami sama? —El terror se reflejó en su voz, sus iris multicolores temblaron.

Dos horas antes.

El gran día había llegado, montones de jugadores se reunieron en Ciudad Zero, en la Plaza principal bajo la luz de una inmensa pantalla gigante. Kouki sintió como si estuviera en el centro de Shibuya, con una multitud viendo un nuevo comercial de gaseosa, sólo que aquella multitud estaba armada hasta los dientes y eran las personas más estrafalarias que verías jamás.

Había llegado justo a tiempo, sin precipitarse a la invitación en el grupo que compartía con Takao y los demás, donde éste planeó que se vieran una hora antes para celebrar el Gran torneo de Memento Mori.

Lo cierto es que no quería cruzarse con ninguno de sus compañeros, en especial con Red, y por ello llegó justo a tiempo.

Lo único que quería hacer de momento era al fin ganar aquél Torneo y cumplir su sueño. Por eso preparó su cinturón y lo tuvo a la vista de todos, con sus multicolores ojos ocultos bajo una capucha, con la silenciosa promesa de que si se cruzaban con Rain terminarían convirtiéndose en lluvia de pixeles.

—Bienvenidos mis nuevos conejitos de indias! —Saludó la robótica voz de Shinigami en la pantalla, con su cráneo de buey y su túnica cual espectro— El gran Torneo Anual de Memento Mori da comienzo hoy.. Estoy esperando muchas cosas de algunos de ustedes..

Con miles de jugadores participando en el torneo, Kouki se convenció de que no vería a sus compañeros hasta el final del trecho, cuando debería matar o morir por el premio.

—No es personal —murmuró para sí mismo— sólo es un juego.

—Los últimos diez jugadores restantes podrán matarse entre sí o unirse contra mi, el Creador de este mundo. Me pregunto que elegirán mis pequeños conejitos.. Sean valientes, sean listos.. Memento Mori.

Todo se oscureció de pronto, tal como en batallas anteriores, los jugadores habían sido transportados de forma aleatoria a un nuevo campo. La primera batalla: lucha grupal. Grupos de cincuenta personas donde sólo dos sobrevivirán.

Lo primero que hizo el castaño fue ocultarse en el escenario de "Viejo Oeste" donde apareció. Todo era muy realista, desde el calor, el repentino sudor y las casas de madera crujiendo a los lados de un camino terroso. En menos de cinco minutos Kouki regresó a Ciudad Zero, transportado luego de haber acabado con 32 enemigos.

A partir de la segunda batalla sólo hubo uno a uno, proyectando las fieras batallas en un streaming online, Kouki se mantuvo con sus firmes ojos fijos en el premio final, pasando cada nivel con destreza. Pareció muy pronto cuando sólo restaron cien personas.

La última batalla se desarrolló en una ciudad abandonada. Él parpadeó con sus ojos multicolores y se encontró en el décimo piso de un edificio destrozado, con los vidrios rotos y los muebles de oficina destrozados, apenas se puso de pie recibió un disparo en el hombro.

Soltó una maldición y se encogió tras el escritorio de nuevo, viendo la mancha de píxeles rojos bajar su HP. Estaba seguro de que era un francotirador terriblemente bueno como para haberlo localizado apenas llegaron al lugar.

RPG 2: Red.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora