Alguna vez me pregunte que se sentía tomar prestado el cuerpo de otra persona. Sentir lo que sienten otros. Me preguntaba si se sentía diferente el aire, si el sol era menos brillante en otros ojos. Si el mundo era diferente siendo otra persona.
Un día mis dudas fueron aclaradas...
Desde entonces estoy en un cuerpo prestado.
Nunca imaginé que algo así fuera capas... que fuera cierto.
Mi vida cambio mucho desde que tome rentado este cuerpo. En general era muy diferente a lo que solía ser... Pero no tanto.
Algo que tenía en común muy importante... Yo y Minato éramos huérfanos que vivíamos en, tal vez adivinen, un horfanato. La vida era tranquila —claro sin contar la constate amenaza de una guerra— pero como simplemente era un chico atrapado en el cuerpo de un niño mucho no podía hacer.
Lo que si podía hacer era relatar a mi mismo lo que sucedió desde que fui envíado aquí.
Tenía unos diez.... O tal vez doce años... O menos... Realmente no recuerdo mucho sobre mi anterior mundo. Tenía una mala memoria, no sabía si era por mi, o porque algo me había afectado del cambio de mundo. Aunque más que nada estaba inclinado a la idea de que simplemente tenía mala memoria.
En fin, no recordaba mucho sobre mi anterior vida.
Cuando llegue a esta vida me había asustado, demaciado a decir verdad. Me había quedado toda la tarde en la habitación del horfanato que compartía con otros chicos. Esa tarde había sido la más incómoda y rara de mi vida, por momentos incluso había pensado que me habían raptado. Pero cuando descubrí lo que sucedía, las cosas fueron un poco, solo un poco más sencillas.
La vida no era fácil de sobre llegar en el horfanato, aveces faltaba la comida. Era muy sucio, y olía mal la mayor parte del tiempo. Las goteras eran un problema, al igual que los insectos que no nos dejaban dormir con tranquilidad.
Lo único bueno eran las personas que nos cuidaban, unas mujeres muy buenas que eran como las hermanas mayores del lugar. Pero por alguna razón ellas no solían quedarse demaciado tiempo, no más de un mes o aproximado. Los chicos que eran mis compañeros de habitación y los demás del hotel también iban cambiando, a algunos los adoptaban. Los que ya eran más grandes decidían entrar a la academia ninja y no volvían al horfanato. Eran pocos los que progresaban y volvían a saludar al horfanato.
Yo siempre estaba en el mismo lugar, la misma habitación mal pintada. Con múltiples rajaduras y con varias goteras cuando llovía. A mí nunca me habían llamado para adoptar como a unos cuantos compañeros, yo era el que los veía llegar y los veía irse.
Veía llegar a las cuidadoras, y las veía marcharse. Veía como llegaban nuevos compañeros, y los veía como entraban a la academia o los adoptaban.
Pero lo había decidido, después de tanto tiempo había tomado una decisión muy crucial.
A mis 12 años como Minato, decidí entrar a la academia ninja.
Y aquí estaba yo, sin saber a cual salón tenía que entrar...
Me encontraba en un largo pasillo de escuela, con varios salones dispersados. Un gran edificio donde salían muchos de los ninjas de la aldea escondida entre las hojas. Pero era demaciado grande, y era muy fácil perderse en este lugar a mi parecer.
Saqué un papel donde mire la dirección que me habían dado, donde decía claramente que tenía que ir hacia el salón 8 C. El problema era que recién están por el 2 A, y no sabía que dirección tenía que tomar.
Así que simplemente camine por la gran academia ninja. Me parecía que tenían que dar un tipo de introducción al lugar, como donde quedaba cada salón. Los sectores de la academia, y el comedor, si es que había uno...
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Yo soy.... Minato (Pausada)
FanfictionLa historia no toma dos veces el mismo sendero, pero avances el destino se niega a cambiar. Un chico renacido en otro mundo tendrá que aprender por la malas lo que es ser un ninja. Dónde para ver un nuevo amanecer tendrá que darlo todo de si, aún s...