Capítulo 18 | Dejar Atrás La Inocencia

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VANYA

2:20 am.

El tiempo ya no ha sido mi amigo, al contrario, creo que ahora lo considero como enemigo por aquella frase que mencionan algunos de que el tiempo lo cura todo, pero para mí es una farsa. Antes le daba prioridad a los días y trataba de aprovecharlos, pero pierdo los minutos viendo hacia la nada y a veces me dedico a seguir tocando el violín, aunque no como solía hacerlo.

Siendo de noche, acostada en mi cama, veo el techo pensando aún en la vida que me espera. Raramente no tengo ni la absoluta idea de lo que pasará en la academia cuando quede solitaria, o peor, cuando nuestro padre muera. A pesar de que ya pasaron meses desde que oí que Allison estaba decidida en irse de aquí, todavía no lo ha hecho, pero mantiene su distancia con todos, incluso conmigo.

Antes de que pudiera aún pensar en las cosas y seguir desvelándome como cualquier otra noche, escucho un ruido en el pasillo que me hace incorporarme en la cama de inmediato.

—Carajo.

Al oí aquella queja, abrí la puerta de mi habitación y me encontré con Klaus que estaba en el piso recogiendo unos cubiertos de plata que usamos para comer además de unas copas del mismo material y unos aretes que guardó en sus bolsillos.

—¿Klaus? —Susurré con duda—. ¿Qué estás haciendo?

Cuando se giró de golpe para verme, su expresión reflejaba miedo por un momento, pero luego soltó un suspiro y se levantó cuando recogió las cosas del suelo. Antes de que pudiera decir algo, noté que llevaba puesto un traje negro que le quedaba grande, y por lo que deduje, era perteneciente a nuestro padre.

—¿Por qué te estas llevando eso?

—Tú vuelve a la cama—Murmuró y, acto seguido, se dirigió hacia las escaleras para subir al piso superior.

Lo seguí sin importar sus palabras, quería saber la verdad. Cuando subimos al tercer piso de la academia, jalé su traje y lo obligué a que se girara para que me viera.

—¿Acaso te irás?

—Creo que es algo obvio—Soltó un bufido—. Mira, Vanya, no entenderías.

—¿Lo de robar en tu propia casa? Yo creo que no.

—Lo devolveré—Rodeó sus ojos diciendo aquello como si fuera algo obvio—, en un futuro lo haré. Además, este lugar ya no es mi casa..., me iré de aquí.

Nuevamente se giró y fue de camino a una de las habitaciones del pasillo, pero lo seguí de nuevo.

—Klaus, espera.

Abrió la ventana sin ningún problema y pasó su pierna hacia el exterior, sin embargo, se detuvo cuando escuchó mis palabras.

—No te pido que vengas conmigo—Hizo una mueca—. Diego de igual forma se fue, Cinco no volverá y Ben...

Guardó silencio al decir su nombre, incluso bajó la mirada un rato y luego fijó su vista hacia mi lado, como si viera a alguien más.

—A lo que me refiero es que tarde o temprano este lugar se vendrá abajo—Habló para cortar el silencio—. Es mejor irse ahora.

Mi subconsciente me obligaba de alguna forma a detenerlo, advertirle todo lo que le espera allá afuera y decirle de alguna forma que lo necesitamos aquí, aunque hay cierta mentira en las últimas palabras. De cualquier forma, mi otra parte me decía que debía dejarlo ir, de igual forma en que lo hice con Cinco.

—Ten cuidado allá afuera—Le advertí en susurros—. Ninguno de nosotros sabe de la realidad que depara al otro lado de estas paredes.

—Descuida—Sonrió un poco—, no voy solo.

INOCENCIA | Vanya & CincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora