Capítulo 19 | Un Mundo Irreal

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CINCO

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Ojalá pudiera conservar los recuerdos que posiblemente tuve de bebé, el poder recordar el momento en que abrí los ojos y saber quién fue mi madre, pero me gustaría saber si en verdad ella en algún momento pensó si debía quedarse conmigo, aunque, dadas las circunstancias, supongo que no.

Tal vez no logre recuperar esas memorias que al momento de crecer te son arrebatadas, pero puedes sentir la misma sensación al momento en que naces; viendo la luz con poca claridad y confundido, y era lo que me pasaba a mí.

—¿Número cinco? ¿Oíste lo que te dije?

Retrocedí un poco hacia atrás cuando tuve aquella sensación de despertar de algún sueño, pero no recuerdo el haber dormido. Abrí mis ojos con claridad y parpadeé un poco al sentirme extraño, en un ambiente distinto y respirando aire fresco.

—¿Oíste o no lo que te dije? —La voz de mi padre sonó a mi lado con molestia.

Al ver que estaba parado a un lado de él, cerca de mis hermanos que comían en el comedor sin prestarme atención a excepción de Vanya, quien me miraba con una expresión inocente, juré por un momento que estaba dentro de un trance difícil de explicar, incluso talle mis ojos ya que parecía tan irreal lo que vivía ahora mismo ¿Estaré muerto?

—¿Padre? —Hablé confundido, estaba tan desorientado que por un momento pensé que me desmayaría en cualquier segundo.

—¿Seguirás alegando que puedes viajar en el tiempo o...?

—Ya no, padre—Contesté sin pensarlo, aunque no sabía muy bien por qué lo dije.

—Bien—Susurró como punto final y siguió comiendo.

Rodee la mesa caminando a paso lento, viendo fijamente a mis hermanos y deseando alguna manera en tocarlos para ver si eran reales o no. Al tomar asiento en mi lugar, pareciese que mis ojos estaban desorbitados y algo borrosos, pero traté de concentrarme en mi comida que seguía intacta. Esto debe de tratarse de un recuerdo, de un doloroso recuerdo.

—¿Estas bien?

Aquella voz, aquel susurro que sonó cerca de mi oído y parecía angelical me hizo sentir tranquilo de la nada. Cuando mis ojos hicieron contacto con los de Vanya, ella me dedicó una sonrisa y, antes de que yo pudiese decir algo, sentí como sus dedos se acercaban a mi mano hasta que la sujetó por debajo de la mesa.

—No te sientas presionado—Añadió—, yo sé que algún día podrás viajar en el tiempo.

La comisura de sus labios los vi por unos segundos para luego ver sus hoyuelos y sus ojos que brillaban ante la luz del día. Sé que tal vez esto puede que sea un sueño, pero es un sueño en el que no quiero despertar.

—No necesito viajar en el tiempo—Hablé de la misma forma que ella, sujetando su mano para no soltarla en ningún momento—. Te necesito a ti.

Hubo un silencio corto entre nosotros, pero no fue incómodo, eso sólo me daba la oportunidad de apreciarla mientras los demás seguían con lo suyo.

—Tienes que despertar—Su otra mano la alzó hasta tocar mi mejilla. Las yemas de sus dedos se encontraban frías, pero no me importó.

Sus cortas palabras me hicieron fruncir el ceño por la confusión que acudió en mí en seguida.

—¿Qué?

—Despierta.

Un severo dolor de cabeza sentí cuando mis ojos se abrieron de golpe. Tosí cuando traté de respirar para calmar mis latidos, pero con el aire contaminado, eso me hizo tener los ojos cristalizados. Estaba acostado en el suelo con mi cabeza apoyada en mi mochila, y lo primero que vi al despertar de aquel sueño irreal, fue a Dolores que estaba acostada conmigo.

INOCENCIA | Vanya & CincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora