CAPÍTULO 32: PRIMER BESO

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Fred cerró con llave la puerta de la habitación donde Naident se quedaría indefinidamente, pues Garnet tenía planes para él, justo en el momento en el que escuchaba un grito demasiado conocido para él que ocasionó que se acelerara su corazón.

La delicada voz de su amada pasaba de convertirse a eso en lo que más temía: un grito buscando ayuda.

Fred salió corriendo, guardando rápidamente las llaves dentro del bolsillo de su capa y sacando de su cinturón su conocida espada...no sabía con lo que se encontraría. Pero cuando llegó al pasillo, lo que vio fue miles de veces peor que encontrarse con un demonio. Greefen estaba inconsciente, semidesnudo y cubierto por sangre, bien hubiera dado lo mismo no llevar ropa, pues su sangre cubría su piel y empapaba su cabello revuelto entre sudor. Y cuando sus ojos encontraron a Grace, le susurraron en silencio que nada había salido bien, y la sangre que escurría por la nariz de Grace le confirmó que su misión había resultado fallida.

- ¿Qué sucedió? -preguntó con un hilillo de voz, acercándose rápidamente a Grace para revisar su nariz. La tomó delicadamente de la mandíbula y la obligó a alzar la cabeza. Grace hizo una mueca y soltó un gemido de dolor.

-No me había molestado hasta ahora-susurró Grace-Había un muro-continuó, permitiendo que Fred la revisara y sin evitar regresar dentro de su mente a la escena de su beso con Greefen. Resultaba incómodo que a fin de cuentas le hubiera gustado aquello, ni siquiera se atrevía a mirar a Fred a los ojos. Había sido un impulso de estupidez, pero al final ese impulso había nacido en su interior, dentro de algo que la mantenía atada a Greefen...ese impulso había crecido dentro de su subconsciente. -No había manera de atravesar el muro, por lo que decidimos destruirlo...estalló en mil pedazos. -Y Grace pudo notar la duda en los ojos de Fred, sabía que se estaría preguntando el por qué Greefen estaría miles de veces más herido que la chica. Y Grace no pudo ocultar el heroísmo que había conducido a Greefen a salvarla-Greefen me protegió cuando los cristales salieron disparados por doquier.

Fred apretó los labios y miró a Greefen en el suelo, inconsciente, pero había algo extraño en aquel chico moribundo: llevaba una impecable sonrisa marcada en los labios.

-Tengo que agradecerle...

-Tenemos que ayudarlo-interrumpió Grace-Ayúdame a llevarlo a la enfermería, quité los cristales de su cuerpo, pero...no ha dejado de sangrar.

-Bien-Fred se arrodilló en el suelo y tomó a Greefen por las caderas, echándoselo al hombro en un ágil movimiento.

Fred se fue, con Greefen en brazos, y fue solo entonces que Grace tuvo tiempo de estar sola rodeada de sus pensamientos. ¿Qué pasaría, cuando Fred descubriera que había besado a Greefen? Sabía que era su deber decírselo, si realmente amaba a Fred, pero también sabía que nunca se lo perdonaría, porque no había sido un beso con cualquier persona...había sido un beso con Greefen Gardnerby.



May salió de la enfermería y Daemon hizo lo mismo, pues la herida en su cuerpo ya no existía y no era necesario quedarse en su cama, pero Maya se preguntó qué excusa diría ante su temprana sanación. May se fue, trastabillando, con la cabeza llena de dudas. Todo lo que Daemon le había develado...Daemon era una mitad ángel y mitad gounster...y ella era exactamente lo mismo, lo que significaba que alguno de sus padres debía ser un gounster...luego se dio cuenta de que Daemon no le había dicho qué especie era su otra mitad, y entonces una opresión inundó sus pulmones, se sentía tan incapaz de descubrir quiénes realmente eran sus padres, que la tristeza la inundó.

Llevaba ya mucho tiempo dentro del santuario, más de lo que en algún momento de su vida hubiese imaginado, y aún le atemorizaba utilizar sus poderes. Sabía que estaban ahí, que vivían dentro de ella, pero no se había tomado el tiempo de ponerlos en práctica...tenía miedo de no saber controlarlos. La única vez que había tenido indicio de su existencia había sido cuando besó a Aidan...pero no había controlado aquello, su mente había actuado en su contra.

MITADES DE ÁNGEL- EL RETORNO DE EDNES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora