Luego de que Kevin y yo tuvimos relaciones sexuales no hubo un día en el cual no nos viéramos, todavía no éramos absolutamente nada; pero ya incluso conocíamos los familiares del otro. Una vez mi familia tenía una cena imprevista, llegue con Kevin y me tocó presentarlo.
No había un día en el cual no nos escribíamos ni tan siquiera un saludo, pero desde hace dos semanas intento comunicarme con él; sin embargo se me ha echo imposible. Intente comunicarme con sus hermanos y amigos, pero ningunos me decían casi nada.. al parecer Kevin se había desaparecido y no les había dicho nada.
-¿Vamos hoy para la cena?- Me pregunto Ximena mientras le daba una mordida a su desayuno.
Yo negué mientras removia mi desayuno. Desde hace semanas me sentía pésimo, sin ganas de nada y ya sabía el por que.
-¿Sigue sin responder?- Volvió a cuestionar.
-Estoy demasiada cansada, Ximena- Deje caer mi tenedor con rabia.- Nadie me dice nada y me estoy volviendo loca, quiero por lo menos saber que el muy cabrón está bien- Mis lágrimas amenazaban con salir.
Ximena se percató de eso y sin pensarlo mucho fue abrazarme fuerte. Me limpio las lágrimas mientras tomaba con fuerza mi cara.
- Ya esta, Chloe... No puedes estar llorando por ese hijo de su puta madre- Limpio mis lágrimas mientras me abrazaba.
Me aferre al cuerpo de mi amigas mientras lloraba con fuerza. Estaba demasiado preocupada por él no me interesaba saber donde estaba sino si estaba bien. Estos meses que compartimos me demostró que de verdad yo le gustaba y me trataba como una verdadera reina; pero al parecer la única que se enamoró fui yo.
Estuvimos unos minutos más hasta que tuvimos que separarnos ya que teníamos que irnos a clases y no podíamos llegar tarde.
[....]
Me ponía la ropa que Ximena me había sacado con una mueca.. No me gustaba; pero ella decía que estaba demasiado bien. No habíamos ido a la tal cena por que me sentía demasiado mal, pero los chicos para animarme planearon otra salida para el antro y pues mi amiga está demasiado entusiasmada.
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-¡La vamos a pasar chido!- Escuche a Ximena gritar como una loca. Reí mientras entraba al auto.
La neta si le agradezco mucho a Ximena, ya que yo no sabría que hacer en esta situación. Ella era la que me animaba y eso lo valoraba demasiado. Luego de unos pocos minutos llegamos al antro nuevo que había, prácticamente nuestra vida se basaba en estudiar, trabajar y salir de antro.
Estábamos haciendo la fila; pero el hombre que estaba en la entrada sólo bastó mirarme para que me dejara pasar sin mucha preocupación. Eso me dejó un poco sorprendida ya que nosotros no somos personas ricachones.
