En la casa de enfrente siempre se sienta un chico al pie de un gran árbol. El ambiente cerca de él se siente frío y algo aterrador, pero aún así me llama la atención. Su cabello es negro y largo, su piel muy blanca, sus labios rosados, ojos oscuros y penetrantes. Algunos rumores afirman que si lo llegas a tocar, puedes ver el mismo infierno frente a tus ojos. Pero como dice el dicho "No se juzga un libro, Sólo por su portada"