𝕻𝖔𝖗𝖖𝖚𝖊 𝖓𝖔 𝖖𝖚𝖎𝖊𝖗𝖊𝖘 𝖖𝖚𝖊𝖉𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖑𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊, 𝖓𝖔 𝖘𝖆𝖇𝖊𝖘 𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖊𝖘𝖙𝖆́ 𝖒𝖆𝖑 𝖞 𝖑𝖔 𝖖𝖚𝖊 𝖊𝖘𝖙𝖆́ 𝖇𝖎𝖊𝖓. 𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊 𝖈𝖔𝖒𝖔 𝖒𝖎𝖊𝖑 𝖉𝖊 𝖑𝖆𝖛𝖆𝖓𝖉𝖆. Múltiples lágrimas escurrían por esos hermosos ojos color miel que amaba con todo su corazón, suplicando misericordia en su interior mientras observaba a quien le robaba los suspiros... Sufriendo sin razón alguna y ahogándose en un vaso de agua, dentro de ese estado de falsa e infinita incertidumbre. Ese odio a sí mismo que lo carcomía por dentro... ¿Era necesario tanto sufrimiento? Rogando por un freno en aquella cruel situación ¿Por qué tenía que pasarle esto a él? ¿Por qué el mundo era tan despiadado con ellos? ¿Acaso no tenía derecho a amar? Historia original, no se permiten adaptaciones.
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