Sangre de lobo: lazos de sangre

Capítulo 11

Al finalizar el relato de Sever, Elliot hace que nos reuniéramos los tres para hablar.

— ¿Podemos confiar en él? — pregunta Erick. — Después de todo, es una de esas cosas y...

— No parece una mala "persona" — comento.

— ¿Confiarás en él basándote en una corazonada? — no sé qué responder; pero por absurdo que suene...

— Sí. ¿No crees que si fuera como los demás habría hecho algo cuando apareció? — Elliot me mira con el ceño fruncido. Sabe que tengo un punto.

— Si no confían en mí... — Sever se acerca despacio —... No los culpo. — Elliot saca su espada para marcar distancia — Adelante. Acaba conmigo. De todos modos cumplí con encontrarlos.

— ¿De verdad tu única misión era encontrarnos y mostrarnos imágenes en un charco?

— Mi misión es guiarlos — me mira — Protegerla hasta que lleguen a su destino. Ustedes detendrán a Rocky y harán que el nuevo guardián tome su lugar.

— ¿Nuevo guardián? — pregunto confundida.

— La laguna siempre debe tener un guardián. Cuando Rocky caiga, el nuevo ascenderá.

— Y ¿quién es ese guardián? — Sever se encoge de hombros.

— Desconozco esa información, lo siento. Solo sé lo que el guardián quiere que sepa. Y en mi caso, ni siquiera sé lo que él quería — Ríe con ironía.

Otra vez vuelvo a sentir esa extraña sensación. Miro a Elliot.

— Tenemos que movernos — dice con seriedad — Esas cosas no nos dejarán en paz hasta llegar...

— Adelántense, yo les daré algo de tiempo.

— Como quieras. — dice Elliot antes de comenzar a avanzar. — Muévanse.

— Descuida — me mira con una suave sonrisa — me encargaron protegerte, y eso es lo que haré. — se transforma en un lobo idéntico a los 4 que nos siguen y gruñe con fuerza haciendo que se detengan — Vayan, sé como encontrarlos.

Seguimos nuestro camino dejando que Sever se encargue de esas criaturas que, al verlo, no hicieron nada más que acercarse a él sin hacer nada.

Esto es muy raro.

¿Te parece? La situación es aún más rara.

Sujeto extraño, situación extraña.

El sol nos toma por sorpresa indicándonos que ya está amaneciendo. Ahora sí que el cansancio se nota un poco en nosotros.

— Deberíamos detenernos. — dice Olfen antes de soltar un bostezo — Ninguno ha dormido desde ayer por la mañana y los caballos deben descansar si no quieres perder a alguno.

Elliot suspira con pesadez mientras estira los brazos y la espalda. Está tan cansado como los demás.

Sabes que él debe estar más cansado. Elliot tuvo que viajar de más lejos para encontrarte mientras tú dormías plácidamente bajo ese abrigo apestoso.

— Elliot... — me mira por el rabillo del ojo.

— Descansaremos cuando lleguemos a algún lugar seguro. — ni siquiera puede alzar mucho la voz.

— Ahí viene — dice Olfen, mirando hacia atrás.

El lobo se acerca mientras disminuyo el paso de Bestia para esperarlo. Al llegar junto a mí, vuelve a transformarse en humano.