Capítulo 30

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Han pasado seis meses desde que Rocky fue derrotado. Y seis meses desde que asumí el cargo como guardián de este lugar.

¿Por qué estás narrando? Creí que esta narrativa era de Renuka.

Ella tiene mejores cosas en qué preocuparse además de tu maldita narrativa.

Ahora deja de interrumpir

En ocasiones entiendo a Rocky. La soledad nos hace pensar más de lo que quisiéramos y eso te puede volver en contra de lo que creías correcto. Te vuelve loco. Pero, a diferencia de él, yo tengo algo para evitar que eso ocurra.

—¡¿Papá?!

—¡¿Khan?!

Mi familia.

—Que gusto verlas —Sonrío al ver a Renuka y a Elin.

Renuka corre a abrazarme mientras Elin nos mira con una enorme y hermosa sonrisa.

—Es día de visita ¿eh? —Renuka me golpea en el pecho mientras ríe. —Te extrañé.

—Y yo a ti —Responde.

En estos seis meses, Renuka y Elin se han estado conociendo mucho. Esta es la primera vez que vienen juntas, ya que Renu ha estado entrenando sin descanso. Me hace feliz ver que le agrada Elin.

—Me encontré con "ella" al venir aquí... —Comenta Renu mientras caminamos. Volteo a ver a Elin, quien asiente en silencio y mira a Renuka.

—¿Estás bien? ¿Qué te dijo? ¿Quieres hablar de algo? —Ambas me miran y comienzan a reír.

—Descuida, solo fue una pequeña charla y seguimos adelante.

—Hay cosas que debo hablarte sobre la última vez que la vi de camino a este lugar.

—Los dejaré a solas —Dice Elin —Prepararé algo de comer. —Asiento con una sonrisa antes de dejarnos a solas.

Renuka y yo nos sentamos en el borde del risco para poder hablarle sobre ese asunto que no quiero ocultarle. Entre nosotros nunca hubo secretos; y no quiero que eso cambie.

Mientras le explico lo ocurrido, noto la sorpresa en su rostro, que luego es reemplazada por tristeza hasta que unas cuantas lágrimas salen de sus ojos. Verla así me duele mucho. Mi vista se nubla y no puedo disimularlo con ella.

Al acabar, nos quedamos en silencio un largo rato mientras miramos hacia el frente, apoyándonos uno junto al otro.

—Entonces... —Murmura Renuka rompiendo el silencio —... Un hermanito...

—Su nombre era Remi. —Digo en el mismo tono.

—Es una pena no haber podido conocerlo —Alza la mirada y me cuesta mirarla fijamente. Parece titubear en algo —¿Cómo te sientes?

—Yo... —No puedo evitar sollozar al momento de tomar aire —Fue un golpe bastante duro en ese momento. Yo... —Muevo mis manos y noto que están temblando —Sentí que mi corazón se rompía al ver a ese pequeño ahí. Sentí que, si ya te había fallado por mis errores... A él le fallé en todo por no estar ahí para él. Clara dijo que quería conocerme y... Ni siquiera supe que existía...

—Oye... —Renuka me mira con lágrimas en los ojos y una sonrisa temblorosa —No lo sabías. No es tu culpa —Seca sus lágrimas sin dejar de mirarme —Tú no fallaste conmigo, papá. Es cierto que no ha sido nada fácil todo lo que vivimos; pero aun así estuviste conmigo, intentando ser mejor. No valoré tu esfuerzo; y nunca me paré a pensar en cómo te sentías. Nunca te pregunté en qué pensabas todo ese tiempo que permanencías sentado sin hacer nada. —Su sonrisa se quiebra y sus sollozos son más que evidentes —Te preocupaste por mí y yo no hice lo mismo contigo... Solo me quedé ahí, viendo cómo sufrías solo mientras te alejaba de mí.

Sangre de lobo: lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora