Capítulo 3

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Al llegar la mañana, me levanto temprano como siempre, desayuno algo, y me voy a entrenar.

— Bien, empiecen.

Esta vez quiero demostrarle a Zoren que sí puedo ser mejor. Así que no me limito — mucho — con mi fuerza mientras combato con Erick.

— Bien, descansen. — dice cuando Erick cae frente a mí — muy impresionante. — su expresión me desconcierta un poco — ¿por qué te limitaste todo este tiempo? — No sé qué responder — Mantén la soberbia al límite.

— No estaba siendo soberbia — me mira en silencio — Está bien, lo siento.

— Fue un combate interesante. — entra Rhys — Zoren, la misión fue completada, el sujeto está en la celda.

— Bien hecho, ahora me encargo — nos mira — sigan entrenando.

Erick y yo continuamos entrenando a la espera de que Zoren regrese.

— Eres bastante hábil — me dice mientras esquiva y contraataca.

— Gracias, tú tampoco lo haces nada mal.

Estuvimos combatiendo un largo rato sin detenernos. Pero, siento algo extraño que rompe mi concentración en plena pelea, dándole la oportunidad a Erick de ser "impredecible" con una simple patada, haciéndome caer.

— ¡¿Estás bien?! — se acerca al ver que me presiono un costado — lo siento.

— Descuida, estoy bien. Me desconcentré — me ayuda a levantarme — No es tu culpa.

Erick me mira con esa expresión nerviosa o asustada de siempre al decir eso último.

— ¿Estás bien?

— Yo...

— La concentración es crucial. — vemos a Elliot en la entrada

— Elliot... — Erick toma sus cosas y empieza a caminar — yo... Vuelvo en un momento.

Elliot detiene a Erick en cuanto este queda a su alcance, le susurra algo al oído y deja que se vaya luego de darle unas palmadas a en el hombro.

— Veo que comienzas a tomarte las cosas enserio — dice sacándome de mis pensamientos — ¿qué te distrajo?

No estoy segura de qué fue lo que pasó; pero por un segundo, sentí una ligera presión en mi pecho.

— Nada, solo... Recordé algo y... — arquea una ceja.

— Está bien, no me lo digas.

¿Por qué no se lo dices?

Creerá que insisto con el tema. Además, quiero mostrarle que puedo hacer algo más que solo hablar de mi padre.

— ¿Por qué Erick es tan... "raro"? — Elliot voltea para ver que no haya nadie más que nosotros.

— Bueno... A muchos nos afectó de algún modo la última misión con Khan. El chico siente culpa por algo que pasó allá.

— ¿No vas a decirme?

— No es necesario. Además, si alguien ha de contártelo, eso solo le corresponde a Erick. Por el momento, es solo un secreto que nos concierne a Black, Iki, Zoren, y a mí. ¿Comprendes?

— Sí, comprendo.

— Bien — lo miro extrañada — muéstrame cuanto has mejorado — se pone en posición de ataque.

— ¿Qué haces?

— Zoren me dio una misión simple. Me voy en mañana por la mañana — sigo sin entender — ¿Quieres ir?

Sangre de lobo: lazos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora