Isabelle estaba siendo preparada para ir al palacio imperial, iría sola pues la Emperatriz le mando una carta solo para ella y nadie más. Estaba vestida de manera elegante pero a la vez sin mostrar su extravagancia, se arreglo el cabello, puso su más elegante y sofisticada postura noble.
Cuando estuvo lista salió de la mansión, se subió al carruaje a su lado habían caballeros escogidos por su padre por lo cual no tendría que preocuparse en ese aspecto de seguridad.
- ¿mi señorita, esta bien?- pregunto un caballero subiéndose al caballo y mirar a su señorita.
Después del incidente en su debut muchos pensaron en que ella estaba calmada y tranquila solo para no preocupar a sus padres y sirvientes algo que fue digno para ellos así que siempre se esforzaban mucho más.
- estoy bien jajaja, solo me alegro salir de la mansión de vez en cuando- respondió aliviada estar en la mansión era lindo y todo pero no le gustaba encerrada.
- ahora que lo pienso a usted le gustaría venir al pueblo, después de charlar con la Emperatriz?- indagó y los ojos de la peli-negra se iluminaron.
- ¿de verdad?, ¿de verdad puedo ir?- casi grito emocionada, nunca pudo ir al pueblo por varias razones entre ellas los entrenamientos y las fiestas a las que era invitada.
- claro, solo debo avisarle a su padre seguramente le dará el permiso- recordó el caballero calmado, su señorita volvía a hacer alegre.
Llegando al palacio imperial, fueron recibidos por una fila de guardias, se bajó con ayuda de su caballero escolta caminando detrás de ella. Entraron todo era tan brillante y luminoso.
Los nobles le miraban para saludar con una reverencia que era devuelta por suerte ellos eran su apoyo aunque no podia evitar que algunos rumores aparecieran después. Llegaron a la habitación de la Emperatriz su nombre fue anunciado antes de entrar.
- espera aquí, te avisare si necesito ayuda- Isabelle le hablo amable y entró.
La habitación de por si era muy grande quizás más que su habitación, amueblada y decorada con lo mejor y más grande calidad del imperio y países extranjeros.
La Emperatriz estaba sentada en uno de los grandes y acolchados sillones, sus damas de compañía a su lado mirando con ternura a la niña.
- saludos a la brillante y majestuosa luna del imperio, que viva la Emperatriz por mil años y que su nombre sea recordado por la eternidad- presentó sus saludos haciendo una reverencia inclinando su cabeza.
- que niña tan linda y educada- susurró la jefa de las damas de compañía, las demás asintieron esa niña sin duda era muy linda.
- traigan algunos postres, para mi unos que vayan con vino y para ella jugo- ordenó la regente y todas salieron de la habitación.
- oh querida, ya puedes abrazarme- río y la oji-roja salto a los brazos de la Emperatriz.
- la extrañe tanto, tía Leah- sintiendo los brazos de su tía abrazarlo.
Leah Rossbartlett una segunda hija ilegítima de un pariente de la segunda rama que vivían en el sur, nacida como hija de un amorío y presentada ante su padre a los 5 años de edad. Por supuesto que el Conde Rossbartlett no la reconoció como tal ya que tenía a su heredera la media hermana de Leah, la futura Condesa, Eliza Rossbartlett quién siempre fue mala con Leah al igual que la madrastra la trataban peor que una sirvienta.
Fue así hasta que cumplió los 16 años su belleza fue creciendo y era el alarde de las mujeres y hombres que siempre buscaban comprometerse con ella, pero no se caso con nadie pero un día conoció al que sería el Emperador obvio que ambos se enamoraron. Cuando se convirtió en Emperatriz dio la orden de mandar a castigar a su padre y a los que fueron crueles con ella por lo cual nunca nadie más se ah atrevido a desafiarla.
- yo también, hace tiempo que quería verte y saber como estabas- contestó Leah dándole cariño.
Desde que subió al trono de Emperatriz nadie sabía de su origen pues el Emperador les prohibió a la familia de su esposa decir alguna palabra o les cortaría la lengua. Por lo cual muchos creen que la Emperatriz era la única heredera de una familia noble caída. Obvio que Leah recompenso a su primo lejano, Roger, por ser bueno con ella y ayudarle a conseguir el amor de su Emperador por ende ellos sabían que la Emperatriz era su pariente.
- ¿para que me has llamado tía?- preguntó curiosa sentándose correctamente.
- quería saber como te encontrabas, después de lo que paso en tu debut- explicó tranquila.
- estoy bien, de hecho quería pedirte un favor, quiero que envíes a Rosmerie Farrel al convento del norte- pidió mirando a su tía quien estaba sorprendida.
El convento del norte o más conocido como el infierno santo, allí las jóvenes que eran revoltosos o maleducadas o en el caso de Rosmerie que miente y/o causa problemas era una forma de castigo para los que intentan hacer daño a alguien de la sociedad o plebeya.
Entraron las damas de compañía con una carro con lo que pedían, ordenaron todo para que la Emperatriz e Isabelle pudieran seguir conversando.
- ¿entonces porque quieres enviar a Rosmerie Farrel a ese lugar?- indagó la Emperatriz tomando una copa de vino.
- para que ella sea una mejor persona y no esté envuelta en los escándalos o por lo menos que ya no tenga más rumores escandalosos- expuso la Rossba menor inocente tomando un pequeño pastel de moras.
Las damas de compañía miraban con compasión a la muchacha, ella mostraba amabilidad y tranquilidad con la que arruino su debut hasta pensaban en mandarla a una escuela para que aprendieran modales.
- tu siempre tan amable querida Isabelle y dime ya estas preparada para el día Santo?, que animal has decidido elegir- comentó mirando a su linda "sobrina".
- pensaba en tener el animal del emblema de la familia o una serpiente- señaló tomando un sorbo de jugo.
El día Santo es conocido por el que las personas en este caso muchachos entran en un bosque a donde escogerán a su familiar o sagrado animal, la mayoría lo escoge por su animal favorito o el emblema de su familia aunque también en ocasiones tiene ambos aunque son escasos. Hasta las familias de plebeyos tenían su propio sagrado animal.
- seguramente tu tendrás ambos, eres muy fuerte por lo que me han dicho los rumores- hizo un guiño e hizo que la joven se sonrojara un poco.
Isabelle estaba por hablar pero noto algo raro en el closet de su tía, quedo mirándole un largo rato se levantó para sacar su espada. Las doncellas iban a gritar para la oji-roja les hizo una saña para que se callasen.
Se acerco al closet para abrir la puerta lo que provocó que una sirvienta cayera en el suelo, la Emperatriz se levantó enojada.
- mi Emperatriz esta sirvienta es de la familia de la Condesa Rossbartlett del sur- apuntando con su espada a la criada quien estaba horrorizada.
- ¡GUARDIAS!, ¡GUARDIAS!- grito furiosa, las doncellas se quedaron a su lado.
Entraron guardias viendo que había una sirvienta en el suelo y la hija de los Rossbartlett le apuntaba con una espada.
- está atrevida sirvienta estaba espiando a la Emperatriz, es de la familia de la condesa Rossbartlett del Sur- Isabelle informó de forma fría.
- ¡por favor perdóneme!, ¡Emperatriz yo no quería hacer esto!, ¡la Condesa Rossbartlett me amenazó a hacer esto! -expuso asustada mirando a todos los presentes.
- aún así estabas espiando a la familia imperial, eso es suficiente para un juicio- le recordó Isabelle tranquila.
La sirvienta chilló asustada, la Emperatriz ordenó que sacaran a esa sirvienta y la encerraran en el calabozo luego le pediría al Emperador acabar de una vez por todas con su media hermana.
- querida creo ya va siendo hora de que termine esta charla, te mandare otra carta cuando esta situación haya mejorado- informó y la pequeña asintió para despedirse e irse afuera del palacio donde su guardia la esperaba.
![](https://img.wattpad.com/cover/252297720-288-k357499.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¡Renací Para Vengarme De Esa Perr*! . [REEDITANDO]
Fantasy¡Porque la venganza que tiene planeada, están dulce como la fruta madura!. Siendo ella conocida como la frívola villana que atormentaba a su mejor amiga, siendo señalada por la espalda por rumores. Fallece al ser asesinada, pero renació para poder p...