Capítulo 4.

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Pasaron algunos días desde el evento y desde entonces han llegado muchas invitaciones dirigidas a la menor Rossbartlett. Después de ese evento todos estaban planeando acercarse a Isabelle, si se acercan a ella se acercan a su alteza, el primer príncipe.

La nombrada estaba sentada en una silla en la mesa del comedor junto a su familia quienes estaban pensando en las palabras del príncipe Edmond, nadie podía adivinar lo que pensaba su alteza ni siquiera el Emperador.

— ¿qué haremos?, cada día llegan más invitaciones hacia Isabelle — comentó con un aura seria al igual que la de su esposa e hijo.

waah este ambiente está muy tenso — pensó llevándose una cuchara con crema de bebe a su boca.

— entonces ¿por qué no la llevamos a donde Ania?, me llego una invitación para todos nosotros — sugirió la matriarca, mientras que veía a su linda hija, seguramente Ania sería una discreta anfitriona aparte de que eran amigas desde niñas.

— es una amiga de tu confianza, creo que está bien — coincidió el mayor y los demás concordaron mientras que Isabelle seguía metida en sus pensamientos.

Finalmente, el día había llegado, Isabelle estaba lista para ir a donde sea que iban después de todo no había prestado atención a lo que decían, estaban en el carruaje todos concentrados, pero Isabelle miraba divertida el camino aparte de que cruzaban por el pueblo ella nunca tuvo la oportunidad de ir a ver el pueblo en su vida pasada.

— si quieres podríamos venir al pueblo — opino el padre e Isabelle asintió aun mirando el pueblo.

Había muchas personas comprando, actuando, cantando todo estaba lleno de brillantes y llamativos colores que podían alegrar a la gente. Después de unos minutos ella estaba aún mirando por la ventana sus padres estaban sonrientes en verla emocionada por el pueblo.

— ¿por qué siento que yo ya eh visto este camino? — cuestionó algo inquieta sentía que ese camino lo había recorrido muchas veces, pero no lograba recordar.

Entonces se volvió a sentar ahora nerviosa realmente sentía que algo ocurriría, maldijo el momento en que dejó de prestar atención a la conversación. Cuando el carruaje se detuvo también lo hizo el corazón de la Rossbartlett quien se estremeció al ver la mansión Arleyn.

Isabelle estaba poniéndose pálida no quería bajarse del carruaje, pero antes de decir algo su padre le tomó en brazos para ambos bajar. La niña se aferró a su papá ocultando su cara en su cuello.

¡se suponía que conocería a la tía Anastasia y a Elrick cuando tenga 6 años, esto no es posible! — pensaba confusa y aterrada, no quería entrar y ver a Elrick aún tenía en su mente todos los fríos y despreciables momentos que ella vivió con él.

— papá no me siento cómoda, vámonos por favor — suplicó Isabelle a la vez que hacia un lindo puchero y ponía ojitos de corderito desvalido.

Roger le miro serio para darse la vuelta con fines de irse, pero antes de subir un pie al escalón del carruaje sintió que algo le estaba quemando la espalda, se dio la vuelta viendo a su esposa mirándole amenazante.

— atrévete a subir y te juro que dormirás en el sofá de nuestra habitación por 2 meses —amenazó la esposa y su marido le miro de la misma forma que hizo Isabelle solo que esta vez no funciono con ella.

— ¡y no me vengas con esos ojos que no funcionan en mí! — le respondió la matriarca para darse la vuelta a la vez que tomaba la mano de Claude.

— perdón papá te metí en problemas con mamá — se disculpó la niña, pero solo recibió un beso en su mejilla.

— no te preocupes, estará enojada conmigo solo por un rato — le confesó Roger en voz baja con una sonrisa por lo cual hizo que Isabelle sonría de igual forma.

Entraron en la mansión la cual estaba brillante por la limpieza de los empleados, para Isabelle todo le era igual que antes los mismos cuadros, esculturas incluso la misma alfombra de antes. Caminaron hasta llegar una gran sala de estar donde estaba amueblada y decorada digno de una mansión de un Duque.

Tomaron asiento en los sofás, Isabelle a clara vista se le vía incomoda y ¿cómo no?, después de que tu prometido te tratara de la peor forma posible y la cereza del pastel que te traicione con la que era tu mejor amiga quien te terminó matando. Totalmente irónico si se pensaba correctamente.

La puerta se abrió y deja a la vista a una señora de unos 30 o menos, pero era extremadamente hermosa.

Tenía el cabello rizado muy largo hasta casi su cadera de un bello color rojo oscuro, ojos de color celeste muy atractivos que casi parecían joyas, piel un poco morena que hacia resaltar sus finas y lindas facciones.

Traía un gran vestido azul azabache, lleno de listones y diseños que hacían resaltar mucho más, por último, llevaba muchas joyas que hacían juego con el vestido.

A su lado iba un niño más grande que Isabelle, tenía la piel color canela, ojos color morado oscuro, su pelo desordenado era color rubio.

Tenía un traje del mismo estilo que Claude sólo que el niño lo llevaba en colores más oscuros.

— ¡Ania querida!, ¿cómo estás? — pregunto Anellie poniéndose de pie para abrazar a su amiga quien le correspondió el abrazo.

— estoy bien Anne, mira te presento a mi hijo mayor Elrick, Elrick ellos son la familia Rossbartlett — Anastasia los presentó y el oji-morado los miro a todos para hacer una reverencia.

— sean bienvenidos a la mansión Arleyn espero que no hayan esperado mucho antes de que llegáramos — expresó serio, el pequeño Duque, entonces su mirada se ubicó en Isabelle quien solo sintió terror al verlo así que oculto su rostro otra vez en el brazo de su padre.

— es un gusto joven Elrick, ellos son mis hijos Claude e Isabelle vengan a saludar — pidió la oji-celeste, pero Claude fue el único en pararse a saludar.

Isabelle no quería tocarlo ni estar en la misma habitación que Elrick, su madre y todos la miraron a ella, pero solo siguió escondida detrás de su padre.

— parece que es tímida, es comprensible nunca había estado con extraños — comentó Roger, sonriente, Anastasia miro a la pequeña para sonreír discretamente.

— está bien, Elrick porque no vas a presentarte con Isabelle — pidió y el menor serio asintió para acercarse a la menor para hacer una reverencia — cuidado, debe tener miedo por estar con nosotros.

— es un gusto conocerte princesa Isabelle, mi nombre es Elrick espero que nos llevemos bien — saludó cabizbajo cuando alzó su mirada, choco con la mirada de la menor, sintió escalofríos.

La cara de la menor mostraba la más clara frialdad tanto que le hizo retroceder algo nervioso, nunca nadie le había mirado de ese mismo modo que la menor.

— el placer es mío joven Arleyn — le contestó la joven con la misma frialdad qué el usaba antes con ella, pero nadie lo había notado solo el Arleyn lo había notado.

— ¿por qué me mira así? es la primera vez que la veo pensó confundido el pequeño Arleyn o quizás... ¿la había ofendido de alguna forma?

— ¿vayamos a la terraza?, mande a que preparan algo — sonrió dulcemente la Duquesa Arleyn y todos fueron a la terraza.   

¡Renací Para Vengarme De Esa Perr*! . [REEDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora