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Una y otra vez, el peli negro no dejaba de observarse en aquel gran espejo que se encontraba en su habitación. No dejaba de mirar su reflejo luciendo aquella linda joya que colgaba en su cuello.

Horas antes había descubierto el obsequio que le había dado el rubio. En la caja había una gargantilla plateada con un pequeño dije de una rosa que se encontraba en el centro de su garganta. Luego de colocarse en su garganta y mirarse en el espejo, no dejaba de sonreír. Y es que no le importaba que tan costosa fue la alhaja o que tan linda fuera, sino que la pequeña nota que venía en la caja de cartón, dejó al peli negro prácticamente en las nubes.

❝El destino fue quien nos unió, aunque nos distanciemos, sé que siempre te voy a encontrar, porque eres como una estrella en la oscura noche, porque te encontraré en la noche, iluminando cada una de mis veladas en las que estoy recondandote.❞

Con amor, Taeyong》

Se sentía extraño luego de haber leído esa carta escrita por su amigo, pero...¿era normal que el tailandés sintiera su corazón latir tan rápido con solo pensar en el rostro de su amigo? O ¿porque cada vez que escuchaba su voz, sus piernas temblaban?

Y es que con las cosas tan pequeñas que hacía el rubio o su forma tan atenta de ser con los demás lo volvía loco. No lo quería admitir pero se estaba enamorando de a poco de su amigo de la preparatoria, Lee Taeyong.

-esto no puede estar pasando- se dijo a sí mismo mientras seguía mirándose en el espejo. Y su mente comenzó a recordar todos los lindos momentos que ha vivido con el coreano desde que se volvieron a encontrar. Imágenes del día de la cafetería, el show de títeres, la cena de navidad y todos los mensajes que intercambiaban todo los días.

Así que optó por tomar su abrigo e irse a trabajar para no estar pensando más en Taeyong, y es que tenía a Ten en la luna. Hace tres días atrás, olvidó las llaves de su casa dentro de esta por estar pensando en los ojos brillantes del rubio. O cuando llenó todas la páginas de un libro de la biblioteca con los sellos de devolución, todo por estar imaginando como sería si el rubio se le declarase. Y habían más accidentes que le ocurrían por estar enamorado.

Caminó a paso rápido hacia el edificio en donde trabajaba, ya que se le hacía tarde. Al llegar al edificio, entró por la puerta de cristal y caminó hasta la recepción en donde estaba su amigo, sellando libros.

-miren quien apareció-comentó el peli café observando a Ten viniendo hacia él- tarde como siempre.-dijo mientras se burlaba del menor y este rodó sus ojos ante el comentario de su amigo.-¿cuál es tu escusa?

-pareces a mi jefe del hospital-decía el peli negro mientras se quitaba su abrigo color negro y lo dejaba en el perchero de madera. Y Moon riendo ante la respuesta de su amigo.

-¿pero quien te ha dado ese lindo collar?-musitó muy sarcástico hacia el tailandés, pues Taeil ya sabía que su mejor amigo le había regalado esa linda joya a Ten, y este no respondió y solo se dedicó a ordenar los sellos.-no me ignores, Tenni

-me lo ha dado Taeyong, feliz-explicó de mala gana. Y Moon solo se dedicó a mirarlo mientras se reía de este.-¡deja de mirarme!-se quejó Ten empujando a su amigo.

-es si vieras la cara de enamorado que traes, yo se que reirías conmigo.-exclamó mientras comenzaba a sacar de sus labios una tiernas carcajadas al ver el rostro de su amigo, con unos ojos brillantes tal cual estrella, sus mejillas rosadas con solo recordar aquella buena persona, la cual le hacía sentir mariposas y ni hablar de los pequeños suspiros que salen de sus labios.

 𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝗆𝖾 𝖺 𝗀𝗈𝗈𝖽 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇 | 𝗧𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora