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Aquella cafetería francesa estaba iluminada, a pesar de que fuera de día, el local pasaba iluminado desde que abría hasta que cerraba.

La límpia vitrina transparente de crístal permitía ver a las personas que estaban disfrutando de un delicioso café mañanero junto con alguna repostería dulce o salada.

Ten observaba a cada persona pero a la que buscaba con su mirada no la hallaba. Esperaba a Lee con un nerviosismo que hacia a su corazón sentirse como una estampida de animales, a sus piernas las hacía temblar tal cual gelatina y a sus mejillas las coloreaba de un tono rosa claro. Evidentemente el tailandés estaba muy nervioso.

En cambio, Taeyong al llegar al frente al local lo primero que observó fue a aquel chico bajito que observaba con curiosidad al igual que un gatito por la trasparente vitrina. Así que sin esperar ni un segundo más se fue acercando a paso lento a Ten mientras razonaba como podía saludar al peli negro.

Ten lo notó, ya que esa cabellera brillante y castaña que hace la ver de aquel chico lucir tan pálido pero a la vez elegante. Taeyong se acercaba y Ten estaba sintiéndose tal cual gelatina. Y ambos Lee al estar al frente colocaron una sonrisa al ver al tailandés.

-¡Ten hyung!-exclamó Mark corriendo hacia Ten para así saludarlo con uno de sus cálidos abrazos. Y Ten correspondió el abrazo de ese niño al que aprecia mucho.

-Hola Markie-saludó el peli negro mientras tomaba a Mark de la mano. Mientras que el castaño veía a ambos chicos tan tiernos juntos.

-Hola Ten-dijo el mayor extendiendole su mano izquierda a Ten, la cuál este la tomó en forma de saludo. Chittaphon sintió la suavidad y delicadeza de aquellas blancas manos. Estaba tan cálida que no quería soltarla. Pero, en el caso de Lee, tampoco quería soltar aquella bronceada mano que le hacía sentir mariposas en su estómago.

-Hola Taeyong- Ambos chicos sintieron que una corriente eléctrica pasaba por sus brazos y una sonrisa enamorada decoró el rostro pálido de Lee.

-¿quieres pasar? Hace frío-la voz con la que hablo Taeyong era tan suave y armoniosa que lo hacía lucir más guapo de lo que pensaba Ten.

-está bien- respondió con una sonrisa amable el tailandés.

Al pasar los tres chicos, buscaron alguna mesa desocupada para poder sentarse. Al encontrarla se encaminaron a esta y tomaron asiento en las sillas de madera de abedul. El lugar estaba decorado con una linda lámpara muy retro que hacía lucir al lugar elegante, las paredes se encontraban pintadas de celeste claro y los ventanales decorados con ciertas plantas a su alrededor que lograban ambientar más el lugar haciéndolo más hogareño.

El mesero notó la presencia de los chicos y tomó las cartas y se dirigió a ellos para desearles una cálida bienvenida.

-Bienvenidos a la cafetería "nouvel amour" ¿que les gustaría ordenar?-el chico de cabellos rojos miró a los tres chicos mientras Taeyong y Chittaphon evitaban mirarse a los ojos.

-yo quiero unos macarrons, papi- decía el menor dando saltitos en su silla lleno de felicidad por probar aquellas deliciosas galletas.

-está bien cariño, ¿y tú que quieres Ten?- preguntó Lee observando al peli negro que estaba muy concentrado leyendo la carta.

-un croissant, por favor- ordenó amablemente el peli negro devolviéndole la carta a el joven mesero.

-y a mí otro, por favor-dijo Lee sonriéndole al mesero-y tres chocolates calientes.

El mesero peli rojo, al terminar de tomar la orden, asintió y se retiró hacia la cocina. Era el momento de romper el hielo y Taeyong sabía pero la pregunta del día era ¿qué podría decirle para comenzar un tema de conversación?

Lee no era de aquellos chicos que se les hacía muy difícil entablar una conversación, a pesar de ser un poco tímido. Pero, desde que puso un pie en aquel salón, un gato le había comido la lengua. Ya que, cuando intentaba hablarle al tailandés siempre se quedaba sin palabras. Ese chico que parece un gato era el culpable de que se quedara sin una sola palabra en su garganta.

-es bonito este lugar ¿verdad?- habló un poco nervioso Lee mientras observaba a Ten amigablemente.

-si, es mi cafetería favorita-comentó Chittaphon haciendo una fina y linda sonrisa con sus labios.

-que coincidencia, la mía igual.

-amo la repostería salada, y aquí es la más deliciosa de todo el país, literal- comentó Ten con un brillo peculiar es sus ojos, y Lee notó aquellas estrellas dentro de los ojos felinos de aquel chico.

-yo prefiero la repostería dulce.

-sabes, desde la última vez que te vi, he estado pensando porque nunca fuimos amigos- esas palabras tan honestas hicieron a Lee sorprenderse, ya que el pensaba que eran amigos pero ahora sabía que Ten solo lo vio como un compañeros mas en aquella época escolar.

-creo que Hendery era el problema, nunca te dejaba acercarte a nadie ni hablarme, supongo que era los celos que lo hacían así- el tailandés no se sorprendió de aquellas palabras, era la típica frase que le comentaban todos sus amigos.

《Hendery era el problema》esa era la típica frase que repetían sus padres, su familia y amigos. No era culpa de Ten, la culpa era de Hendery. Siempre fue muy controlador y muy posesivo con Chittaphon. Eso hizo que muchos de sus amigos le dejaran de hablar y sus padres perdieron toda la confianza en el peli negro.

En el caso con Lee, en la clase siempre hablaban para hacer ciertos trabajos en grupo pero Hendery siempre observaba aquellas miradas que le daba Taeyong a Ten. Claro que Hendery sentía celos de Taeyong. Aunque Wong pudiera tener todo lo material que viera en las vitrinas de los locales, no tenía aquella chispa que Ten quería.

-yo se que Hendery no era perfecto y tenía sus errores. Pero...creo que no es tarde para comenzar denuevo-habló Ten mirando tímidamente al chico frente a él-podríamos intentar ser amigos y conocernos más ¿que dices?

-me parece excelente- respondió con una sonrisa en sus labios Lee. El castaño siempre soñó con ser más que amigo del peli negro y este podría ser un pequeño paso para acercarse más y ganar su corazón.

Ambos chicos no quitaban sus miradas del otro, y claro que el pequeño Mark observaba con mucha atención a los dos adultos. Le recordaban a su tío Taeil, debido a que siempre mira así a su novio Johnny. El azabache los miraba y fantaseaba en su cabeza imaginando como sería tener dos papás que lo quisieran y lo llevaran al parque en verano, en primavera saltaran juntos en los charcos de lluvia y en otoño jugarían con las hojas secas de los árboles. Y lo que más deseaba, era decorar aquel pino con luces y adornos multicolor, no solo con su padre Taeyong, el quería que Ten estuviera ahí.

El menor solo sonreía y miraba a los dos adultos con sus ojos brillantes y es que no mentiría que le gustaría que Ten fuera ese chico que acompañara a su padre y a él en cada estación del año.

-Markie, come tus galletas-dijo su padre haciéndolo volver a la realidad y dejar sus pensamientos.

-bueno papi.

-cómelas todas, porque sino Ten se las va a comer- el azabache rió con los pequeños juegos de su padre mientras que Ten observaba a Taeyong.

Ver a Lee jugando con su pequeño hijo lo hacía feliz, era tan tierno pero mo es aquella buena persona que busca. ¿O solo hace falta conocerlo mejor?
















 𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝗆𝖾 𝖺 𝗀𝗈𝗈𝖽 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇 | 𝗧𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora