𖥻 ִ ۫ ּ 𝟏𝟓 ˑ ♡ ִ

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Taeyong salió del restaurante sin despedirse de ninguno de los dos chicos presentes. Su corazón estaba roto, no podía creer que Ten saliera con su jefe, aunque él y Ten son solo amigos y no sabe porque lo celaba, lo único que podía pensar era en la cara de sorpresa que tenía Ten.

El coreano se sentía devastado, se sentía fatal por pensar en que Ten ya no era el mismo chivo de la preparatoria, pero se equivocó. Chittaphon seguía siendo el mismo, el chico que lo molestaba junto con Hendery.

-Tae espérame- grito el peli negro que corría para llegar justo al lado de Taeyong, pero el castaño no se inmutó en para su caminar, fue todo lo contrario, caminó más rapido-¿me estás escuchando?- la voz agitada de Ten resonaba por todo el camino.Decidió parar solo para escuchar al menor y no ser muy infantil de su parte ignorarlo.

-¿qué quieres?-preguntó con una voz grave y fuerte haciendo que Ten tiemble de temor.

-déjame explicarte-dijo Ten sosteniendo la mano de Taeyong, él cual cuando sintió la mano de Ten con la suya, a duras penas, la soltó de un tirón.

-que sea rápido.

-es que...yo estoy confundido y no sabía lo que hacía y cuando me di cuenta, él ya me había invitado a salir y no me pude negar porque...-Taeyong lo interrumpió, dejando todas sus palabras en el aire.

-no tienes porqué contarme si te gustó ese chico o no, tampoco soy tu novio para enfadarme-dijo en un tono decaído y mirando hacia el suelo.- lo que si me enfada es que estés saliendo con él y conmigo a la vez...sabes que debes tomar una desición para no herir a alguien ¿verdad?

-si, mi intención no es herir a nadie, Tae. Yo solo...voy a hablar con él ¿si?- habló el bajito antes de volver a entrara al restaurante. No sabía que pensar sobre Ten. Caminó sin ganas hacia su casa, con un corazón roto y su sonrisa apagada.

Ten entró al restaurante para hablar con aquel chico con el que salió hace unas semanas.

-Yesung...yo..-habló nerviosamente el bajito.

-¿qué pasa, Tennie?-preguntó el esbelto chico hacia el bajito de cabellos negros.

-perdóname-habló el manor y Yesung lo miró extrañado por su disculpas repentinas- yo acepté a salir contigo a una cita pero...yo no quería...- el mayor colocó su dedo índice en los belfos del bajitos para que dejase de hablar.

-no me haz lastimado, Tennie-dijo muy calmado el mayor- yo solo quería conocerte más y ser tu amigo. Además, se te nota a kilómetros que te gusta Taeyong- susurró el mayor haciendo a Ten sonrojarse y tras la vergüenza cubrir su rostro con sus manos.

-por Dios, que pena- ambos rieron, como amigos, aunque Yesung gustase de Ten, sabía que no podía suceder una historia de amor entre ambos, era triste, pero lo único que lo haría feliz es ver a Ten mostrar es linda sonrisa que provoca unos tiernos brillos en los ojos del menor.

-¿te llevo a casa?- preguntó el moreno y Ten asintió con una pequeña sonrisa en sus labios antes de que ambos se dirigieran hacia la salida y luego subieron al auto del mayor.

Los nubarrones oscuros, principalmente teñidos de tonos grisáceos, aparecieron en el cielo, cubriendo los delicados rayos de sol que emanaban su cálido calor. El camino, a pesar de poseer una corta distancia, Taeyong había presentido como si fuesen horas lo que había tardado en volver a su casa.

Se sentía deprimido, agotado y su corazón roto no era de gran ayuda. Sus lágrimas querían salir, quería que ese nudo en su garganta por fin se fuera, pero solo recordar a Chittaphon, sus lágrimas querían aparecer y dejarse rodar por sus mejillas.

No quería perder a Ten, quien es el amor de su vida, pero le dolía esa traición. No recriminaba al menor, simplemente su corazón no soportaba el hecho de que el peli negro estuviese confundido y dañado por un antiguo amor.

Al llegar a la casa, entró y tomó asiento en el sofá, mientras su mirada no se despegaba del cielorraso color marrón. Pasaron los minutos y su respiración entrecortada y la participación de las cristalizadas lágrimas se hicieron presentes.

《¿Por qué me duele tanto?》susurró a sí mismo con una ligera voz que escapó de sus labios.

Un sonido en la puerta hizo sobresaltar a Taeyong de el sillón y caminó hasta la pieza de madera para girar el pomo y abrirla.

Era su hermana.

《Es el peor día de mi vida》se dijo a sí mismo al ver a la chica de cabellos rubios mirándolo atentamente.

-¿qué haces aquí?- preguntó Taeyong con molestia y enojo en su voz.

-Vine por mi hijo- dijo la muchacha con voz firme y seria. Taeyong se sobresaltó rápidamente al escuchar esas palabras dichas por la muchacha, de ninguna manera permitiría que lo separaran de Mark.

-Sobre mi cadáver-respondió Taeyong con su grave voz mientras cerraba sus puños con mucha fuerza hasta que sus dedos se volvían de un tono pálido.-Abandonaste a Mark cuando nació y nunca me preguntaste si estaba bien o si querías conocerlo, preferiste dejar a Mark con mamá y papá. Y ahora vienes como si nada hubiese pasado a reclamar a Mark como si fuese un objeto. Mejor....vete ¿si?-La rubia tensó la mandíbula con escuchar los alegatos de su hermano menor.

-bueno...si no quieres entregarlo, entonces traeré a las autoridades- dijo furiosa la mujer antes de salir por la puerta y cerrandola con un fuerte portazo.

Taeyong sentía que su mundo se estaba destrozando, primero perdía a Ten y ahora, a su pequeño Markie. Parecía que el universo trataba de dejarlo completamente solo y eso lo entristeció. Sus lágrimas comenzaron a caer lentamente mientras unos cuantos sollozos salían de sus labios y su corazón se rompía en miles de trozos. Se sentía como en un abismo, perdido, sin salida y solo, sin poder ser libre ni poder hacer un llamado de auxilio.

Aunque quisiera dejarse vencer, sabía que debía ser valiente y dejar ese abismo y así poder evitar que lo alejaran de su pequeño hijo, que era la alegría de su vida, la razón de su existir y todo el sentido de sus días.

Repiró profundamente y limpió sus lágrimas, seguidamente se pudo en pie y camino hasta fuera de su casa. Iría a buscar a Markie y viajaría hacia otro lugar en donde su hermana no lo encuentre para evitar que lo separen de su preciado hijo, aunque quisiera poder pedirle ayuda a sus padres, estos tenían mas posibilidades de negar que ayudar a su hijo menor y a su nieto.

Caminaba hacia la casa de Taeil pero alguien le impidió que siguiera su camino. Ten impidió que fdiera un paso más. Sentía como su fría mano rodeaba su muñeca y conectaba su mirada triste junto a la del castaño.

-¿qué quieres, Chittaphon?- preguntó con enojo en su voz grave, el castaño-no te bastó con romper mi corazón- Ten se sentía tan frágil en ese momento al escuchar como las palabras del mayor eran fuertes como una bala, y que dañaban su corazón. Y lo que hizo sentir a Ten como si muriera lentamente era que Taeyong lo llamó por su nombre y no usando algún apodo lindo como los que siempre usaba.

-solo escúchame un segundo, Tae.

-¡déjame en paz!-exclamó Lee con una mala mirada al bajito, quien solo pudo bajar su cabeza y detener las lágrimas que estaban por salir de sus ojos.

-solo...dame un segundo para decirte algo importante, Tae.

Taeyong solo soltó su brazo de la mano del menor. La tensión entre ambos se podía notar a distancia, a pesar de que sus corazones latieran desesperadamente, la conexión de sus miradas transmitían cada y uno de los sentimientos que sentían por el otro.

-Te daré solo 3 minutos, así que mejor empieza ya-dijo el mayor caminabamás cerca de Ten, él cual, a pesar de las frías brisas del clima presente en Seúl, sus mejillas estaban notablemente sonrojadas.

-yo quiero decirte...Perdón, no quería lastimar tus sentimientos...en esos momentos estaba confundido con respecto a mi corazón y cometí el error de salir con alguien más mientras no solo te confundía a ti, sino que yo no sabía lo que sentía por ti, espero que no sea tarde para admitir mi errores y espero que aceptes mis disculpas.- habló el bajito dejando salir todo lo que estaba reprimido en su corazón mientras sus brillantes lágrimas caían sin cesar por sus mejillas.

 𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝗆𝖾 𝖺 𝗀𝗈𝗈𝖽 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇 | 𝗧𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora