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Los segundos transcurrían lentamente mientras que la mente de Taeyong trataba de procesar todo lo que Ten había dicho. Lee sabía que Ten no había hecho nada malo como para pedir disculpas pero...¿por qué sentía algo extraño en su corazón?

-deja de disculparte ¿si?-dijo el castaño con un tono cortante-si eso es todo lo que vas a decir, creo que es mejor que me vaya-el castaño decidió comenzar a seguir de nuevo su recorrido pero Ten no lo dejó.

-no te vayas. Yo venía a decirte que he cometido un gran error en no aceptar, pero solo quiero sacar todas estas emociones que llevo dentro- susurró el bajito acercándose al mayor-por mi mente nunca pasó decirte lo que siento pero no voy a pensarlo dos veces y te lo diré- musitó Ten abrazando a Taeyong, con sus alrededor de la cintura del mayor y su cabeza posada delicadamente sobre el pecho del castaño, en donde Ten podía escuchar la pesada respiración del mayor junto con unos latidos acelerados.

-¿que haces?-dijo el castaño con sus grandes ojos bien abiertos y su expresión asustadiza ante la acción del menor.

- me siento tan pequeño, es que mi cerrado corazón nunca dejo de latir por tu lindos ojos que me obligaban a no dejarte escapar de mi mente y me hicieron caer por ti-exclamó el bajito mirando al otro chico fijamente a los ojos con un a linda sonrisa. Lee no pudo esconder más su expresión enamoradiza que siempre pone cada vez que ve al menor por su alrededor.

-Tennie, solo di que me amas- comentó el mayor estrujando al bajito más en sus brazos cambiando su expresión con una repentina brisa de amor y felicidad.-no pretendas que no sientes lo mismo que yo siento.

-Te quiero, solo a tí-exclamó el peli negro dejando un pequeño beso en la mejilla del coreano. Él cuál solo sonrió y cerró sus ojos al sentir los frágiles y rosados labios del tailandés.

-Cariño, siempre estuve te estuve esperando hasta que por fin lograras sentir lo mismo que yo- musitó el mayor antes de inclinarse un poco hasta encontrar los finos labios del tailandés y por fin unirlos una vez más.

No tenían palabras para expresar todo lo que sentían cuando estaban juntos. Y cómo sus secos corazones eran empapados de amor tal cuál una oportuna lluvia. Ambos sentían como en el país de nunca jamás, el sin avanzar del tiempo y solo ellos dos en ese preciso instante.

Sus labios creaban un lindo baile, disfrutando cada uno de los movimientos suaves y delicados de sus belfos. Ese momento, era salido de un sueño, era tan deslumbrante para ambos estar más cerca de lo que podían soñar.

Sus latientes corazones, sus cálidos brazos rodeandolos, sus ojos cerrados con delicadeza, apreciando todos los segundos antes de que su pequeño país de nunca jamas desaparezca y tuvieran que volver a su mundo falso, el real.

Ten sentía que había encontrado ese sentimiento que tanto deseaba encontrar y que nunca le fue tan difícil de hallar, siempre estuvo con él, siempre cerca, desde la preparatoria, unidos por un amigo en común y ahora juntos, reencontrando cada pieza del rompecabezas, que, uniendolas forman ese sentimiento llamado; amor.

Chittaphon y Taeyong caminaban rápidamente hacia la casa de Taeil, luego de que Lee le haya hablado acerca de la triste noticia de que su hermana apareciera e intentará por todos los medios posibles quitarle a Mark de su vida.

Ambos no esperaron ni un segundo y comenzaron a caminar velozmente por el pequeño Mark. Al llegar a la casa, vieron que ahí estaban, jugando los tres en el patio. Taeyong apresuró y tomó en sus brazos al pequeño niño, lo que hizo que Johnny y Taeil se sobresaltaran al ver detenidamente las acciones del castaño.

 𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝗆𝖾 𝖺 𝗀𝗈𝗈𝖽 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇 | 𝗧𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora