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La cabeza del tailandés no dejaba de dar vueltas al mismo asunto. Su mirada estaba ida en un punto fijo en la alfombra color crema que estaba en el suelo de la sala de estar.

Ten no sabía que responderle a Taeyong. Mientras que el coreano estaba hecho un mar de nervios esperando la respuesta del menor ante sus sentimientos. Ambos chicos evitaban mirarse a los ojos y ni hablar del silencio incómodo en el que se encontraban.

-Tae...yo no se que responder, es que mi cabeza no esta clara-respondió Ten rompiendo aquel silencio ensordecedor en el que se encontraban. Lee estaba algo disgustado por la respuesta y es que no le gustaría presionar al menor pero¿cómo diablos iba a tener una confusión, si se acaban de besar?-¡mira la hora!, lo mejor es que me vaya ahora, mañana tengo mucho trabajo-exclamó el tailandés poniéndose rápidamente de pie y comenzar a buscar su abrigo pero una mano lo detuvo de su muñeca y lo hizo sentarse de nuevo en el gran sofá.

-no trates de huir Ten, si no sientes lo mismo que yo, no me hagas sufrir esperando una respuesta- dijo en un tono apagado Lee y el peli negro no pudo evitar sentir lástima por su amigo. Ten bajo su cabeza tratando de pensar bien antes de dejar que fluyan las palabras de sus labios.

-yo...-el universo de nuevo se puso en el lado de Ten, ya que en ese preciso momento se escucho unos ligeros golpes en la puerta principal y a Lee no le quedo más que ir a abrir la puerta.

Al abrir la puerta, Taeyong vio aquel rostro tan familiar, era Taeil, el cuál no venía solo, traía a su novio Johnny acompañandolo. Ambos estaban muy abrazados debido a las ráfagas de viento frías que recorrían todo Seúl.

-hola Tae-dijo el bajito que estaba en el umbral de la puerta con su mano entrelazada con las de su novio. La mirada de el chico se dirigió hasta el peli negro que estaba sentado sobre el sofá-pero miren quien está aquí- exclamó mientras entraba a la morada y caminó hasta el tailandés para tomarle de sus mejillas y pellizcar las mismas.

-me estás lastimando-lloriqueó Ten al sentir dolor en sus mejillas debido al suerte agarre de su compañero de trabajo. Al lograr alejar las manos de su amigo, Ten comenzó a sobar sus mejillas, que ahora se encontraban rojas.

-¿que hacen aquí a estas horas de la noche?- preguntó el dueño de la vivienda, dándole una mala mirada al castaño que ahora se encontraba sentado en el sofá junto a Ten.

-solo vinimos a saludar ¿verdad, amorcito?-Johnny asintió ante la pregunta de su novio-no sé porqué te enojas si no interrumpimos nada importante ¿o si?-hablaba dirigiendo sus ojos al más bajito de todos que estaba con una expresión de preocupación.

-además, tenemos una buena noticia-ahora habló el estadounidense con una voz un tanto feliz pero a la vez nerviosa y Taeyong no evitó mirarlos con una extraña expresión en su rostro.-ya sabes que hacer, cariño.-Taeil solo asintió mientras buscaba algo en el bolsillo de su abrigo.

-Johnny y yo vamos a ser papás- musitó mientras enseñaba una prueba de embarazo, la cuál estaba positiva. Taeyong y Ten solo se miraron por unos segundos muy confundidos, ahora ninguno de los dos sabía que responder.-no van a responder nada.-

-es que...nos tomaste de sorpresa-comentó el pálido, rascando su nuca un tanto nervioso, mirando a Ten para que él también dijera algo.

-muchas felicidades, no saben lo alegre que estoy por ustedes- exclamó muy emocionado Ten, abrazando a la feliz pareja que pronto tendrían un lindo retoño que cuidar.

-que lindo, Ten. Al menos tu sí mi quieres-dramático comentó Moon, dándole una mala mirada y sacándole la legua a Lee, tal como un niño de primaria.

Todos los presentes siguieron conversando muy animadamente sobre temas triviales y la felicidad de los dos chicos que pronto serían padres. Pero Ten y Taeyong se mantenía un poco distantes y la feliz pareja notaba la tensión que había, hasta que la hora de irse llegó y cada uno regresó a su morada para cumplir con su descanso, ya que mañana sería un día ajetreado.

La hora citada se acercaba como si los minutos fueran segundos. Ten iba camino hacia el restaurante en donde el chico de cabellos grisáceos, Yesung, le había indicado donde se encontrarían.

Chittaphon, obviamente, iba nervioso, no sabía exactamente que decir o hacer, ya que sus labios le habían hecho una mala jugada, haciendo que terminara en este lío. Claro que había pensado en cancelar todo y decirle a Yesung que estaba interesado, pero sus labios lo incitaron a aceptar y a no cancelar la cita, aunque en su corazón la respuesta era toda la contraria, rechazar la invitación y decirle al alto que no estaba interesado.

Pero en ese preciso momento ya nada se podía hacer porque ya iba entrado al local y buscando con la mirada a el chico de cabellos grises. Con mucha valentía, se acercó a pasos nerviosos a la mesa.

-hola-saludó Yesung levantándose de la silla en la que se encontraba sentado para poder acercase a Ten y ayudarle a tomar asiento.

-hola-respondió el saludo tímidamente mientras se sentaba en la silla.

-gracias por venir, pensé que te arrepentiría-decía en un tono alegre en su voz-¿estas nervioso, verdad?-Ten asintió un poco sonrojado, ese chico lo estaba examinando tal cual un scanner. Eso no lo hacía sentir incómodo, sino que sentí como los ojos del chico que estaba en frente no lo dejaban de observar de una manera un tanto linda, como si el peli negro fuese lo más maravilloso que haya en el universo.

-tranquilo, no debes estar nervioso, somos amigos.

-es que las veces que ido a una cita es con mis amigos cercanos o con mi familia-respondió mientras el grisáceo le enternecía mucho aquella fallada de un Ten tímido, jugando con sus dedos con su mirada gacha y sus mejillas rojizas.

Cuando el mesero trajo los platillos de comida ordenados por ambos chicos, decidieron comenzar a comer. La cena fue increíble, no solo por los deliciosos manjares que se derretían en la boca, sino que los dos chivos se pudieron conocer un poco más. Yesung le contó acerca de su trabajo como doctor y que tenía dos perritos, esto le ocasionó mucha ternura a Ten, y también comentó sobre los pasatiempos que mas suele hacer como cantar y salir a caminar.

Yesung también relató todos los viajes que ha realizado alrededor del mundo ayudando a personas muy pobres o muy enfermas, y lo mucho que ama servir a los demás brindándoles ayuda médica. Y obviamente comento acerca de su vida a Yesung y ambos coincidían en varias cosas como en su color favorito y ciudad favorita.

Algo dentro del pecho de Ten le hacía sentir mariposas en su estomago o sonrojarse por cada sonrisa del coreano. Chittaphon sentía que su corazón lo estaba guiando a esa buena persona pero, el peli negro todavía no esta completamente seguro de que Yesung sea la buena persona que quería conocer porque cada vez que le da vueltas al asunto en su cabeza, una imagen mental de Taeyong vaga en sus pensamientos.

Taeyong era solo su amigo, pero porque cada vez que estaba a su lado se sentía seguro o su corazón estaba confiado de que era la buena persona que tanto estaba buscan, pero con Yesung se sentía en armonía y paz, la única diferencia era que con el de cabellos grises no le hacía sentirse como en casa como lo hacia Taeyong. Chittaphon sabía que necesitaba un tiempo para él, un tiempo para pensar y organizar sus sentimientos pero ¿por qué se le hacía tan difícil decidir si Taeyong era la persona que andaba buscando o no.

 𝖨𝗇𝗍𝗋𝗈𝖽𝗎𝖼𝖾 𝗆𝖾 𝖺 𝗀𝗈𝗈𝖽 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇 | 𝗧𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora