"¿No te rendiras?"
"Solo quiero ser el motivo de su sonrisa, quisiera que me viera por primera vez como yo lo hago"
(No adaptaciones, copias o resubir sin mi consentimiento)
FINALIZADA
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El reloj daban las 3 en punto de la madrugada, por lo que la fiesta había acabado.
El grupo de amigos iban siendo llevados a sus correspondientes hogares uno por uno, ese era el caso del resto de los chicos a excepción de Jake, Sunghoon y Sunoo pues eran quienes vivían más retirado, por lo que aún se dirigían a la siguiente dirección.
El azabache iba sumergido en sus pensamientos hasta que el cuerpo a un costado de él se acurrucó cómodamente en su brazo en busca de calor.
Sobresaltado dirigió su vista al pequeño castaño que se encontraba profundamente dormido a causa de la ebriedad causada esa noche.
Con la vista enternecida puesta en el menor apartó los desordenados cabellos castaños del rostro del contrario, su rostro sonrojado sobre su piel lechosa reflejaba una sensación de tranquilidad que provocó una fugaz sonrisa en el pelinegro.
—No creo que sea correcto besar a alguien inconsciente—menciona el australiano con la vista puesta en el par atraves del retrovisor.
—No tenía intenciones de besarlo—dice el pelinegro apartándose un poco del castaño.
—Sí, bueno, tu rostro no decía lo mismo—sonrie burlonamente el australiano dirigiendo su vista a la carretera.
Ya eran dos veces que le decían lo mismo ¿acaso era el único que no se daba cuenta de sus acciones?, pensó el pelinegro.
Quizás se había vuelto un poco loco y él no sabía si eso era bueno.
Finalmente habían llegado a la casa del castaño, sin embargo este aún seguía profundamente dormido, y no estaba en condiciones de caminar por cuenta propia.
—Bueno, llévalo—dice tajante el australiano.
—¿Por qué tengo que ser yo?—pregunta vacilante el pelinegro.
—Porque eres más fuerte, más alto que yo—sonríe—y porque yo soy quien está manejando.
El pelinegro puso sus ojos en blanco fingiendo irritación.
Cargó al castaño sobre su espalda con total facilidad pues la complexión del castaño era mucho más delgada a comparación del pelinegro.
No fue muy difícil saber cuál era la habitación del castaño pues los colores pasteles y adornos gritaban "Sunoo" por todos lados.
Acomodó lentamente al castaño chico sobre su cama, para después buscar entre los cajones la pijama del menor la cual encontró al instante, una pijama de seda en colores neutros.
Con delicadeza se deshizo de la incómoda ropa que llevaba el menor dejándolo únicamente en ropa interior.
La tenue luz de la luna se colaba entre el inmenso ventanal iluminando la lechosa y tersa piel del menor dándole un aspecto de un angel.
El pelinegro quien admiraba silenciosamente al castaño tragó el seco cayendo en cuenta de lo que hacía.
Tras vestir cómodamente al menor lo arropó entre las suaves colchas para que el castaño durmiera tranquilamente.
Se estaba tomando muchas molestias que no le correspondían, pero que inconscientemente lo hacía sin quejarse.
Una vez terminó se dirigió al automóvil en donde su amigo lo esperaba.
—Tardaste mucho—dice sin molestia el australiano—¿No lo besaste cierto?
—No, solo me aseguraba que estuviera bien—Dice serio el pelinegro tratando de sonar indiferente.
Sonríe ladino el de nacionalidad australiana—Ya veo.
Y una vez más recordó los felinos e intensos ojos del castaño, su lechosa y aterciopelada piel, y sus acolchados y rosados labios acompañados de las directas palabras del menor, creandole ese extraño hormigueo nuevamente.
Tenía que haberse vuelto loco. Sacudió su cabeza tratando de despejarla.
Dirigió su mirada hacia su amigo, sus mejillas de pronto se sintieron tibias, y un color carmesí se coló en ellas. Sin embargo algo se sentía distinto.
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Espero les haya gustado, aunque estuvo un poco corto y quizás les parezca aburrido.
Si pudieran recomendar o compartir la historia seria genial🥺💘
