"¿No te rendiras?"
"Solo quiero ser el motivo de su sonrisa, quisiera que me viera por primera vez como yo lo hago"
(No adaptaciones, copias o resubir sin mi consentimiento)
FINALIZADA
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El pequeño castaño se había levantado más temprano de lo usual, aunque no lo aceptaría en voz alta esta salida lo emocionaba, era su oportunidad para estar a solas con el azabache, sin ningún chico de nacionalidad australiana de por medio, solo ellos dos, nada arruinaría este día y de eso se encargaría el menor.
El de mirada felina se encontraba en la cocina preparando una merienda para ambos, adornandolas con figuritas guiándose por un video que había encontrado mientras navegaba por internet.
Se dirigió nuevamente a su habitación para sacarse la pijama que llevaba encima cambiandola por unos jeans sueltos y una polera con capucha de color rosa pastel que hacía resaltar su piel lechosa ademas de darle un aspecto infantil y delicado ya que esta era tallas más grandes que él.
Para mantener un aspecto fresco y casual solo colocó un poco de rubor y un suave lipgloss sobre sus abultados labios.
Una vez listo salió de su casa dirigiéndose a lugar en donde su hyung lo esperaba.
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Al llegar al inmenso parque se dedicó a buscar al pelinegro no tardando en encontrarlo, este enfocaba el lente de su cámara en dirección al cielo para luego mirar las decenas de fotos tomadas recientemente.
El castaño sonrió al ver la cara de concentración que el azabache mantenía.
Se acercó lentamente hacia él llamando la atención del mayor pues ahora posaba su mirada en el de mirada felina.
—Hola, Hyung—saluda animadamente siendo imitado por el pelinegro.
—Bien, ¿a dónde iremos?—pregunta el mayor.
—A ningún lado—Sonríe—Aquí pasaremos el resto de la tarde, será un picnic.
Miró el parque, era bonito y no había mucha gente, árboles, pasto, coloridas flores, y un inmenso lago que reflejaba los rayos de luz.
Ambos tomaron asiento a un costado del otro bajo la sombra de un pomposo árbol.
—Hice esto para los dos—Abrió la canasta sacando la comida y bebidas preparadas por el castaño esta mañana—No sabía si te gustaba el picante así que hice dos versiones, y también no sabía cual bebida era tu preferida así que puse una de cada una.
El azabache miraba enternecido al castaño quien estaba enfocado en contarle cada una de las cosas que había preparado para esa tarde.
—Y esto es todo—levanta la mirada topandola con el rostro ensimismado del mayor—¿Pasa algo, hyung? ¿no te gusta nada de lo que preparé? si es así puedo ir a comprar algo de tu agrado.
Una sonrisa se formó en los labios del mayor.—Gracias, todo se ve delicioso—dice provocando un leve color carmesí en las mejillas del menor.
—No sabía que también eras fotógrafo—menciona el menor llamando la atención del azabache.
—No lo soy, solo tomo fotos a las cosas que me gustan—dice mientras da un sorbo a su bebida.
—¿Me tomas una foto?—pregunta el castaño.
Rasca su nuca—Solo tomo fotos al cielo.
—¡Oh! está bien, entiendo—dice avergonzado tras la respuesta tajante del mayor—solo tomas fotos a cosas que te gustan.
Este asiente vacilando, apartando su mirada del castaño.
Vuelve a hablar el menor tras el silencio que se había formado.
—Juguemos a las 10 preguntas—Propone el de mirada felina—Tienes la oportunidad de hacerme solo 10 preguntas y yo tengo que contestar todas, y viceversa, pero aquí el juego es que 3 de las 10 respuestas son falsas.
El azabache asiente curioso por jugar.
—Empiezas tú—dice el castaño.
—Bien, primera pregunta—hace una pequeña pausa pensando—¿Con quien de tus amigos saldrías?
—Yeonjun—dice directamente.
—¿En serio?—dice sorprendido
—Sí, es el tipo de todos, es guapo, sexy y divertido, estaría ciego si no lo aceptara.
—Bien, tercera pregunta ¿quién fue tu primer amor?
La cara del castaño se puso tensa pero aún así respondió.
—Mi mejor amigo—dice cabizbajo—o bueno, lo fue hasta que rompió mi corazón.
—Lo siento...—dice incomodo.
—Está bien, igual fue hace mucho él regresó a su país.
El azabache seguía preguntando cosas triviales como si era hijo único, sus cosas favoritas entre otras.
—Okay, ultima pregunta... ¿recuerdas lo que me pediste en la fiesta?
El castaño frunció el ceño—No ¿qué dije?
El azabache lo miró por unos segundos dudoso de su respuesta pero igual decidió seguirle el juego—Nada, cosas de borrachos.
Ambos se miraron avergonzados.
—Bien, sigo yo—dice el castaño rompiendo el silencio.
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