𝐒𝐓𝐀𝐑𝐁𝐎𝐘 | ❝Dime que me amas, Harry, aunque eso sea mentira.❞
|HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FÉNIX| | Queda absolutamente prohibida su copia u adaptación |
[Adaptación a la saga de Harry Potter creada p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO DOS
GRIMMAULD PLACE 12
Sonrió, formando un pequeño hoyuelo en sus mejillas. Aquello provocó que su corazón latiera con mucha más fuerza de la necesaria, mientras que sus sueños seguían imaginando aquellas escenas que tanto deseaba: Un apuesto chico de gafas redondas se acercaba a él, resplandeciente e inmensamente feliz, acercándose con tanta gracia que llenaba su enorme corazón de puro amor. Se sentía tan real aquel toque en sus mejillas, pero cuando aquel lindo chico de cabellos azabaches estaba acercándose a él, apunto de unir sus labios, Daniel fue despertado.
—¡Vamos, estrellita, levántate!—Exclamó uno de los gemelos Weasley, provocando que el mencionado abriera sus preciosos ojos azules de manera pesada, para así poder observar cómo su par de hermanos, literalmente iguales, salía de su habitación después de haberlo despertado.
El menor de los Weasley se estiró un poco para así poder bostezar con pesadez, antes de levantarse con flojera, observando las oscuras paredes que estaban a su alrededor: Negro con toques esmeraldas. Realmente no le agradaba aquellos colores para una habitación, pero teniendo en cuenta que no se encontraban en su hogar, le parecía bastante aceptable; Llevaban un par de semanas en la honorable casa de los Black, quién tenía cómo dueño al único Black que había heredado aquella casa embrujada: Sirius Black, el padrino de Harry.
Daniel no estaba totalmente conforme de pasar sus vacaciones en aquella oscura casa, pero no tenía de otra. Apenas tenía catorce años, no podía darse el lujo de simplemente hacer un berrinche para salir de aquella casa, cómo su hermana Ginny.
Si bien, Daniel Weasley era bien conocido por ser el chico estrella, su hermana melliza era notablemente contrario a él. Ginny Weasley era más... parecida a su madre. Ella explotaba con facilidad, cosa que no compartía con su hermano mellizo, quién, en realidad, no tenía casi nada en común con ella exceptuando aquellos llamativos cabellos pelirrojos que distinguían a cada Weasley.
Daniel tenía ojos azules, Ginny no.
Daniel era alto, Ginny no tanto.
Daniel era el favorito de mamá, Ginny la de papá.
Daniel tenía paciencia, Ginny jamás podría tenerla.
Aunque, sin que ambos lo supieran, tenían algo en común que ni ellos mismos sabían que compartían desde hace años: Ambos gustaban de la misma persona.
El par de mellizos Weasley quedó completamente flechado por Harry Potter desde la primera vez que lo conocieron en aquella estación el primer día de clases de su hermano Ron, quién era el mejor amigo del ya mencionado. La amistad que tenían con el chico Potter era muy buena, aunque no por las mismas razones. Ginny había entablado una buena relación con aquel chico de cabellos azabaches después de haber sido salvada en su segundo año y su hermano, en cambio, había tenido que ganarse un lugar en el corazón de Harry después de mucho esfuerzo: Ser amable, carismático e impresionante. Claro está que para él no era problema serlo pero, con la persona que le gustaba desde que tenía memoria, claro que sí.