027 | Leonard Cooper

117 26 82
                                    

❝Usted es alguien importante, ¿No es así?❞

❝Usted es alguien importante, ¿No es así?❞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO VEINTISIETE

Leonard Cooper


Habían pasado días desde que Daniel había llegado a San Mungo. Sus padres habían llegado la misma tarde en la que él había despertado, con su madre abrazándolo y llorando con él al decirle lo mucho que lo había asustado, su padre incluso le dio un beso sobre sus pelirrojos cabellos y le prometió que haría hasta lo imposible para que estuviera mejor.

Recibía cartas todos los días, desde personas que no conocía en lo absoluto o que su recuerdo de ellas era tan vago, hasta sus mejores amigos y personas más cercanas, las cuales su madre era la que solía traerlas incluso cuando las lechuzas mensajeras personales de San Mungo podrían entregarselas personalmente; Addison y Ginny le mencionaban lo mucho que lo extrañaban, al igual que Tyson, Ron, Harry y Draco.

Los primeros dos mandaban cartas mucho más constantemente, detallando lo mucho que ansiaban su regreso y que lo protegerían aún más, con Tyson pidiéndole perdón docenas de veces y Ron jurándole que nada podría hacerle daño en cuanto salga de San Mungo, porque él sería su guardián personal.

Harry mencionaba lo mucho que lo quería y deseaba volver a besarlo, que lo sentía y hubiera deseado ser él quién lo hubiera salvado, mencionando también que hubiera deseado ser él quién hubiera tocado el collar; Draco, en cambio, mencionaba en sus cartas lo mucho que lo extrañaba, lo mucho que ansiaba abrazarlo una vez más y prometiéndole, por alguna razón, que jamás permitiría que algo así volviera a suceder.

Los gemelos lo visitaron el segundo día de su estadía en San Mungo, justo cuando él estaba gritando como si tuviera la peor de las maldiciones y parecía convulsionar, lo que hizo a Fred llorar y a George querer ayudarlo, incluso cuando Daniel no pudo verlo. Un día, simplemente, se había despertado con sus hermanos mayores en la habitación y preocupándose como si hubiera sido lo peor de sus vidas, con Bill abrazándolo si bien despertó y Fleur llorando de felicidad al verlo.

Con el paso de los días Daniel ya se sentía mejor, no tenía fuertes contusiones, ni vomitaba o gritaba más, como Katie lo hacía en la habitación frente a la suya. Y aún así lo dejaron ahí, incluso cuando tuvo mil exámenes de vista, equilibrio y miles más, con todo indicando que ya estaba bien.

Los medimagos le habían dicho que era ''por precaución'', que querían saber que estuviera estable, tomando algo de su sangre para alguna extraña razón y dándole pociones que le daban tanto sueño que solo podía quedarse dormido, donde soñaba cosas que no quería siquiera imaginar.

Y ahí se encontraba en ese momento, su cuerpo acostado sobre la camilla donde tres medimagos estaban revisando su piel y manteniendo una luz brillante sobre él, estando dormido y con su consciencia mostrándole lo que sus sueños le permitieron: La isla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐁𝐎𝐘 |𝐇𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora