Capítulo 31

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— Cinco — Dice un hombre

— Cuatro — Le sigue otro

—  Tres — Añande otro más

— Cero — Digo mientras disparo al azar con mi pistola. Zac también lo hace, parece que a el también se le apareció inesperadamente la pistola. No dejan de escucharse balazos, probablemente muera en menos de cinco segundos. Escucho un grito ahogado, el humo que causan los disparon se esparce y veo que solo queda un hombre de pie, un hombre joven, alto, con grandes dientes amarillos y una enorme nariz que no deja de reír, volteo hacia donde se encuentra mi amigo y lo veo tirado en el suelo, el grito fué de él. Me levanto molesto, tengo ganas de matar al estúpido hombre que disparó a Zac, voy hacia el apuntando el arma hacia su cabeza pero aún así no deja de reirse. Cuando estoy lo suficientemente cerca de él noto que jadea

— Suelta el arma, aunque aún así te voy matar — Digo

— No me matarás

— ¿Encerio crees eso?

Sigo apuntando a su cabeza, luego de un par de segundos bajo rápidamente el arma, disparo en su pierna derecha y vuelvo a la cabeza

— Perdon ¿Que no que? — Me burlo mientras él grita y tienta la herida

— Idiota — Responde jadeando y en un tono de voz ahogado

— ¿Listo?

— ¿Para qué?

— Para ¡Esto! — Apunto a su oreja derecha y disparo, hago lo mismo  con la izquierda y luego me voy por las extremidades. No me gusta que hieran a los seres que amo, mi pistola está en su frente, creo que está sufriendo mucho ya que tiene orificios por todo su cuerpo así que disparó. Voy corriendo hacia donde está mi amigo

— ¡Zac! ¿Estás bien?

— Si Elyar — Responde mientas jadea.

Un humo comienza a salir no se de donde, pero se está inundando el lugar done estámos de este vapor, poco a poco siento que las fuerzas se me van, hasta que no logro ver nada, luego caigo.

Abro los ojos, veo hacia arriba y hay dos espacios, uno vacio y uno con una puerta pero están divididos por una gran barrera de fuego, caigo al techo, como si hace un momento estuviera sentado en este de cabeza, ahora donde yo creía que estába el techo, estoy yo y es el suelo. ¿Qué le ha pasado a Zac? Acaso ¿Abrá muerto?. Trato de quiarme esas ideas de la cabeza para concentrarme ya que caí del lado vacio y tengo que cruzar el fuego para llegar a la puerta. Soy audaz y el miedo no existe para mi, soy un chico valiente e intrépido que puede con todo. Cuento del cinco al cero y cuando llego a este ultimo corro hacia el fuego y tropiezo. Las llamas arden en mi, doy gritos desesperados, siento que las llamas me consumen. Recuerdo aquel chico que murió quemado, dije lo horrible que era morir de esta manera y estaba en lo correcto. Siento que me derrito, la mirada se me va de lado, cada centimetro que me muevo un dolor atroz aparece en todo mi cuerpo. Me arrastro para llegar a la puerta, una vez en esta, con mucha dificultad la abro, pero no tengo fuerzas para habentarme, creo que es mi fin, creo que de alguna u otra manera voy a morir, lo mejor será esperarme hasta que llegue mi fin. Todo mi cuerpo punza y sieno que expulso pus por todas partes. Los ojos se me comienzan a cerrar, recuerdo cuando me lanzé del edificio en el que Camila quedó atrapada, sentía que volava, tal vez si logro lanzarme a la puerta lo siento de nuevo. Dificilmente me arrempujo hacia adelantey caigo, siento el aire en mi cuerpo, siento como caigo pero solo logro ver oscuridad, las heridas me arden conforme mas caigo, un dolor desgarrador se adueña de mi piel, talvez esto es el infierno, a lo  mejor estoy pagando por las vidas que asesiné. Caigo duro contra el suelo, el cuerpo ya no me arde, solo me duele el golpe que me dí por la caída, veo mis brazos y ya no estoy achicharrado, estoy limpio de la piel. Veo a mi alrededor y hay una puerta del otro extremo de donde estoy. Me encuentro en una habitación vacía con un suelo liso color blanco y paredes grises muy claras, unas lámparas comienzan a encenderse en el techo, conforme se prende cada una va haciendo un ruido que parece trueno, me levanto y piso con cuidado para ir a la puerta, choco con un tipo de pared invisible, ya que la siento pero no la veo, un láser sale disparado hacia mí, junto con una voz que dice "No te muevas", el miedo me come, tengo ganas de llorar, pero es la recta final, no puedo darme por vencido, una aguja sale inyectada  inesperadamente de donde está el láser, no sé qué efectos tiene, puede que me cause la muerte, no tengo ni la más remota idea.

Audaz©.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora