Audaz©. (Terminada)

Capítulo 32

Probablemente si Zac la distrae yo voy hacia ella y le hago daño, pero se le grito a mi amigo descubrirá el plan, así que le hago una seña con la mirada. El viene hacia mi lentamente, la mujer nos ve frunciendo el ceño y le susurro a mi amigo lo que tengo pensado, mientras el asiente con la cabeza.

—¡Muere! — Grita, mientras corre hacia ella

—¡Si no me derrotan no encontrarán la salida! — Dice nuestra enemiga con una sonrisa de oreja a oreja

Zac logra darle un puñetazo en el pecho, la malvada grita y corro tratando de que no me vea, logro ponerme detrás de su espalda, sin que yo me dé cuenta Zac sale volando, gracias a la mujer. Inhalo y exhalo, la señora aún no sabe que estoy tras ella, Zac me voltea a ver sonriendo y sé lo que tengo que hacer, la tomo del cuello por sorpresa y golpeo sus piernas provocando que caiga, me subo a ella y mi amigo la agarra de sus extremidades mientras yo la tomo aún del cuello, la suelto y golpeo su mandíbula provocando que un chorro de sangre salga de su boca, ella se mueve y da quejidos. La venganza es buena, es genial como se siente hacerla, como se siente hacer pagar a una persona por las atrocidades que te ha hecho, como se siente ver al que te hace daño sufrir. La mujer lanza un tipo de fuerza de nuevo y hace que caiga duro contra el suelo a varios metros de ella, trata de levantarse y su cara sangrada de lejos se ve en verdad horrible

—¡Zac! — Grito

El me mientras levanta el pulgar, va hacia nuestra enemiga y le da una patada, ella cae y el pisa sus manos fuertemente, escucho los gritos ahogados que da la mujer, después patea sus costillas y la sangre de su boca cae como agua de las tuberías voy corriendo hacia donde están ellos y de nuevo me subo encima de la malvada y la ahorco, lo más fuerte que puedo, sus ojos se ponen rojos y saltones, su cara llena de sangre hace que me ponga contento, hace sonidos extraños con la boca hasta que muere.

—¡Zac! ¡Ha muerto!

Mi amigo se acerca a ver a la señora que asesinamos, él llora y comienza a dar de gritos, estoy confundido, no sé qué rayos está pasando

—¡Zac! ¡Amigo! ¿Qué pasa? — Pregunto a gritos

—¡Matamos a mi madre! — Exclama

—¿Qué? Yo conozco bien a tu madre, ella no es tu madre

Me acerco al cadáver y es mi madre, mi madre es a la que asesinamos, no la madre se Zac sino que mi madre

—¡Es mi madre! — Digo llorando — ¡He matado a mi propia madre!

Estoy temblando, el miedo se apodera de mí. Eso no es verdad, al principio no era ella, Zac cree que es su madre y yo que es la mía, solo es un truco del laberinto para así poder asustarnos, para ponernos débiles, no es la madre de ninguno de los dos. Aunque mi teoría es demasiado probable, aún sigo temblando y con miedo, me levanto y voy hacia Zac que está sentado con la cara tapada a un lado del cuerpo de la mujer.

—Amigo, yo también veo a mi madre reflejado en ese cadáver, entiende, solo es una trampa de este maldito laberinto, para así poder hacer que no queramos seguir ni vivir, para matarnos. Estoy seguro de que sabes que al principio no era la madre de ninguno de los dos, y así es, era la que controlaba el laberinto

—Es que no sabes lo que se siente pensar que es tu mamá la que está ahí

—Si lo sé amigo, si yo también la veo

—Tienes razón, sigamos aunque será un poco difícil para mí, y estoy seguro de que para ti también

—Sí, sigamos, y la única manera de averiguar si era nuestra madre es llegando a nuestro hogar

—Es verdad — Dice secándose las lágrimas con las palmas de las manos

Los dos nos levantamos del suelo y caminamos hacia un pasillo del laberinto donde creemos que nos lleva a la salida. Estamos a punto de lograr salir de este lugar pero cuando lo hagamos ¿Qué le diremos a la familia de Camila? ¿Cómo reaccionarán? Espero no tener la desdicha de verla y así no sentirme como un traidor, aunque no tengo por qué sentirme de esa manera, ya que yo le advertí que se lanzara. Pero pude haberla lanzado, pudimos habernos aventado juntos ¿Por qué no lo hicimos? ¿Fue por una parte culpa mía? No lo sé.