Capítulo 25

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Una pared se derrumba y entra fuego a la habitación. Se ha desatado una guerra y no hemos encontrado a Zac. Me levanto, me quito la bata y me pongo el uniforme del laberinto.

— ¿Que harás? — Pregunta Camila asustada

— Iré, es nuestro deber

— Pero... — Deja la frase a la mitad, se ata las agujetas y se levanta.

Los dos corremos hacia la pared, y con cuidado pasamos por ella procurando no tocar el fuego. En realidad no sé que debemos hacer pero lo mejor es buscar a Zac.

— Busquemos a nuestro amigo — Sugiero

— Si — Responde, asintiendo con la cabeza

Los dos vamos hacia un edificio que está cruzando la calle, es más pequeño que donde nos hospedamos pero nos sirve de mirador, de ahí podremos ver a las personas y si está Zac ahí, podremos localizarlo y buscar la salida juntos, como colegas.

Al entrar al edificio corremos a buscar unas escaleras. Al parecer no hay personas en la torre. Al subir a la planta de arriba vemos nuestro alrededor. Es una pesadilla; están muriendo cada vez más cientos de personas, me gustaría saber por qué razón empezó la guerra, pero no hay tiempo. Creí que sería más facíl identificar a mi amigo pero no es así, las calles están repletas de personas asesinandose, todas corriendo y alborotadas, definitivamente no es facíl.

— Hola — Saluda una voz ronca detrás de nosotros. Es un hombre alto y velludo, nos ve con el ceño fruncido. Saca una pistola y apunta. Corro hacia el y dispara, no logra darme, dispara de nuevo y tampoco acerta, con un fuerte impulso le doy un golpe en el estómago, creo que le saque el aire, ya que inhala fuertemente. Le quito la pistola de la mano, en realidad no pienso matarlo. Apunto hacia el con la intencion de que se valla, pero solo retrocede, presiono un poco el gatillo para asustarlo un poco más y que inmediatamente se valla, pero sigue avanzando hacia atrás hasta que cae del edificio, solo se escucha un grito cortado.

Camila grita y volteo lo más rápido que puedo, se le corta la respiracion

— ¡Zac! — Dice, sonriendo y alterada

— ¿¡Donde!? — Pregunto

Me asomo y ahí está Zac, peleando contra militares, el edificicio está a unos veinte metros de altura, pero tiene pequeñas plataformas a los lados. Bajo rápidamente por las bases hasta llegar al suelo, voy hacia donde está Zac y lo jalo hacia mi. El me ve y sonrie, sabe que está a salvo.

— Camila está arriba del edificio — Digo

— Subamos — responde

— ¿Y tu madre? — Pregunto

— Pareciera que no existo para ella, le hablába y no me hacía caso, me decia que no me conocía y cosas así — Responde entristecido

— Así me pasó con mi abuela. Con mi madre ni siquiera me dirigió la palabra ni me voltió a ver

— Vamónos

Entramos por la puerta del edificio y subimos hasta donde se encuentra Camila, ella saluda a Zac abrázandolo. Me siento emocionado de que estémos de nuevo los tres juntos, es como si ubiese cumplido mi mayor meta.

Dos disparos se escuchan tras nosotros. Hay un militar grande y robusto.

—Arriesgué mi vida por matarlos, malditos delincuentes — Dice molesto — Ustedes solo quieren romper las reglas de la AMC. Por tal razón se han colocado diez bombas alrededor de este edificio, en menos de cinco minutos explotarán todas y los cuatro moriremos.  <<Moriremos>>

— Claro que no — Digo frunciendo el ceño

— ¿Por qué lo dices? — Pregunta con las cejas arqueadas y una sonrisa

—  Somos agíles — Respondo

— ¿Y? — Rebusna el militar

— Chicos ¡A correr! — Grito

Los tres corremos y saltamos hacia las plataformas que le salen por los lados a la estructura, el militar saca un arma y comienza a tirar balazos. Me duelen las manos pero aún así sigo, sigo hasta tocar el suelo, no veo al que "el que arriesgo su vida por matarnos", tal vez está tratando de escapar. Corremos hacia el frente, sin saber a donde vamos y que nos espera, un gran trueno se escucha y nos deja aturdidos, el edificio ha explotado, docenas de personas están muriendo quemadas, odio este lugar, lo odio.

Caminamos, los edificios parecen insectos, son muy pequeños. Camila bosteza, y a Zac se le ve que está cansado, gracias a su mirada. Creo que lo mejor será recostarnos en el suelo y dormir, no creo que vengan por nosotros, estámos muy alejados de la grotesca ciudad y está oscureciendo. Los tres nos acostamos pero no dormimos, sino que apreciamos nuestro alrededor, ya que puede que sea la última vez que veamos el mundo exterior, que sintieramos su limpio aire, que toquemos las plantas, que vivamos como se debe. En la ciudad se ve un gran incendio, un espantoso y gisgantesco incendio, me duele el estómago solo de imaginar lo que están viviendo las pobres familias ahí, y lo que les falta por vivir, ya que a pesar de que termine el estúpido laberinto esta ciudad seguirá viviendo.

— ¡Miren que idiotes! — Digo, señalando con el índice a la ciudad

— En realidad no entiendo por que lo hacen, quiziera saber la razón por la que comenzó la guerra — Añade Camila

— Yo igual — Responde Zac

A medida de que pasa el tiempo, tenemos más ganas de dormir, los tres nos recostamos en el suelo hasta caer dormidos.

Despierto, el aire huele a flores y hay unos cuantos animales a nuestro alrededor, antes de que despierten mis amigos voy en busca de algún tipo de mamifero para asesinarlo y comerlo. Hay ardillas, venados y ciervos. Voy hacia donde está el ciervo pero corre y no logro darle. En mi videojuego "Caza II" decía que me tenia que poner en el lado en el que viniera el viento para que el animal no me oliera y no huyera, eso hago. Apunto hacia el venado y disparo, siento una punzada en el corzón, ya que me da lástima haberlo matado, corro hacia él y lo traigo a rastras, ya que es muy pesado.

Busco unos cuantos troncos viejos y los encuentro, los llevo junto al lugar donde están dormidos mis amigos y los enciendo, frotando una ramita con otra. con un cuchillo que carga Zac, corto algúnas partes y las rostizo.

— ¿Que haces? — Pregunta Zac. adormilado

— El desayuno — Contesto

— Genial — Dice —  ¿Necesitas ayuda?

— No, gracias

Camila despierta y comemos los tres juntos, mientras hablámos sobre que pasaría si encontráramos la puerta. Al terminar nuestro desayuno, nos levantamos a caminas alrededor del area donde nos encontramos. Se escuchan tronidos exágeradamente fuertes, la ciudad está explotando, los gritos se escuchan, se me paraliza el cuerpo, no puedo respirar, los nervios me matan al igual que las bombas matan a los de la ciudad.

Audaz©.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora