Capítulo 18

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— ¡Zac, no te muevas de donde estás!  — Grito emocionado

— ¡No lo haré!

Siento una profunda sensasión de alegria, encontraré a Zac.

— Camila ¡Encontraremos a Zac!

— Lo se — Dice sonriendo

— ¡Zac! da aplausos — Exclamo

Se escuchan los aplausos, Camila y yo los seguimos, cruzamos varios pasillos. Seguimos caminando, cada vez los aplausos se escuchan más cerca. Camila y yo tropezamos al mismo tiempo con una cuerda que está a la altura de mi tobillo. Un Osto. Una bala sale disparada de atrás muy rápido, hiriendole el brazo a Camila.

— ¡Zac! paso algo grave, no te muevas — Le grito a Zac — ¡Camila! ¿Estás bien? — Le pregunto a mi amiga

— Si — responde — Solo fue una bala.

Noto que le sale sangre, le atravesó el musculo, pero no le noto dolor en los ojos. Es raro. Chorros de líquido rojo le caen. Se cuebre con la mano por un momento la herida, hasta que le deja de sangrar. Esboza una sonrisa. En realidad no entiendo nada.

— ¡Zac! ¡Sigue aplaudiendo! — Grito

Escucho de nuevo los aplausos, entro a un pasillo y veo a un chico y a una chica de espaldas. El chico es Zac, lo noto por su forma, cabello y porque se nota en las manos que está aplaudiendo. En realidad no tengo idea de quién pueda ser la chica, aunque se me hace conocido. Tatamos de llegar en silencio para sorprenderlo. 

— ¡Amigo! — Grito

Zac da un brinco de conmoción y me voltea a ver con una gran sonrisa en su rostro, está igual de emocionado que yo, |lo veo en sus ojos llorosos. Siento algo caliente en el cuerpo, es la emocion que me asecha. La chica que está junto a el voltea. Es identica a Camila. Volteo a ver a la chica que esta junto ami, y es indentica a la que tengo enfrente.

—¡Zac! te he estado buscando desde que entramos, pero mi pregunta es esta ¿Por que ellas dos son ídenticas? — Digo señalando a las dos Camilas.

Creo que él no lo había notado, ya qué abre muy gandes los ojos y se queda con la boca abierta. A la camila que está conmigo le llamaré "Camila uno" y a la que está con Zac, será "Camila dos".

— ¡Quién eres! — Dice Camila dos, con el ceño frunzido

— Al parecer la verdadera Camila — Responde Camila

— ¡Claro que no!  — Contesta Camila uno, con los ojos llorosos.

Camila uno se lanza contra Camila dos, dando gritos y sollozos. Uno la toma del cabello con una mano, y con la otra le da puñetazos en el vientre. Dos se defiende dandole un puñetazo en la nariz, y golpeando sus costillas con los nudillos. Las dos bufan y se miran mutuamente dando vueltas. Dos le tira una patada en el abdomen, uno se cae al suelo y comienza dar quejidos, después se pone de pie y se lanza contra uno extrangulandola. En realidad sospecho que Camila uno es la verdadera, quiero que gáne, tiene que ganar. No paro de jadear y apretar los nudillos, suplicando que gané Camila uno. Uno se quita del cuello a dos, devolviendole la extrangulacion. <<Si>>. Las deos comienzan a tirarse de puñetazos en distintas partes del cuerpo. Dos salta y le lanza una patada con la pierna estirada en la mandibula a Uno, esta escupe flemas de sangre, supongo que no aguanta la rabia y comienza a dar un golpes con el puño en la cara a dos, uno tras uno.  Uno se levanta y le golpea la frente a dos con la suya dejandola mareada. Zac y yo corremos a separar una de la otra para que ya no sigan con esto. 

— Amigo, ¿Que tal si tu te llevas a Camila uno y yo a Camila dos para hacerles preguntas y después cambiamos? — Pregunto angustiado.

— ¿Quien es uno y dos? — Uno es la que viene conmigo, Dos la que ha estado contigo

Las sé distinguir por muchas cosas, apariencia, cabello, bala, heridas, etc.

— Está bien.

Voy hacia donde está Camila dos, la tomo del brazo con cariño y le digo que venga conmigo, ella asiente con la cabeza, se levanta y nos vamos un poco más lejos de donde está sac y Camila Uno.

— Hola Elyar — Me dice sonriendo tristemente. Supo mi nombre. Uno no

— Hola Camila — Saludo — ¿Te puedo hacer unas cuantas preguntas?

— Claro

— ¿Recuerdas el entrenamiento?

— Perfectamente, en el taller de armas estuve entrenando todo el día tratando de atinar al blanco de tiro, tenía que pasar la bala por un hueco en la sábana y tumbarle el rabo a la manzana—. Esbozo una sonrisa fingida. Estoy nervioso por dentro. Ella recuerda lo que pasó, en cambio uno no.

— ¿En que escuela ibámos?

— Rustau Academy, noveno grado. 

— Está bien puedes irte v Exclamo con lagrimas en la cara y una sonrisa torcida

Es ella. La Camila con la que me besé no sé que invento sería. Estoy deprimido. Siento punzadas en el corazón y ganas de llorar. Me dirijo con Zac. A lo lejos veo que está Camila uno con los brazos cruzados y frunziendo el ceño. 

— ¡Que bien que llegas Elyar! — Dice Zac con una voz desesperada y razcandose el cuello — ¡No responde nada!

— No hace falta — digo — Es una farsante — Frunzo el ceño yo también, voltiendola a ver a los ojos.

De repente llega Camila dos, sus mejillas están rojas, y trata de evitar una sonrisa de alegria que le quiere salir de la boca.

— ¿La besaste? — Dice apretando los labios, se ve que quiere reírse

— Emm... Si — Digo con las mejillas calientes y una sensacion de cosquilleo en todo mi cuerpo. Camila dos, solo dá una sonrisa y frota sus dedos en la pala de una de sus manos. Camila dos da un bufido, pero nada normal, parece que lo dió un felino, comienza a salirle pelos naranjas cafés en todo el cuerpo, sus manos cambián a patas, al igual que sus pies, en cuestiones de segundos ya no es Camila uno, es un tigre, un tigre habriento con ganas de venganza.

— ¡Corran! ¡Corran! — comienzo a gritar

Los tres corremos por el pasillo, tomamos otros caminos, el tigre ruge con fuerza y está a unos cuentos metros de nosotros. Delande hay una caja dorada, está muy alta. Corro más rápido, Camila va un poco más atrás. Me inclino justo debajo de la caja.

— ¡Camila! ¡Salta sobre mi y golpea la caja! — ella asiente

Camila corre hacia mi, siento su peso en mi espalda, da un salto y golpea la caja, una arma de fuego cae de ella, la agarro y disparo contra el feróz, le doy un una pierna, se escuch un quejido de dolor de parte de él. Inhalo y exhalo profundamente, El tigre alenta su paso gracias a la bala, unos segundos después toma coraje contra nosotros y nos persigue lo más veloz que puede. A cinco metros se alcanza a ver una puerta.

— ¡Entremos! — digo

— ¡La ultima vez estube a punto de morir! — Dice Zac con un tono quebrante

— ¡Debemos saltar Zac! — Exclama Camila.

Los tres saltamos a la puerta liberandonos del tigre, que obviamente nos iba a asesinar. Aparecemos en el techo de un rascacielos, muy alto, de donde estoy no se ve nada debajo, solo niebla. 

Audaz©.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora