Capítulo 34

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Ahora entiendo a qué se refería Shaio cuando dijo “Si ven algo raro en realidad no lo es”, creo que se refería a este hombre, siento curiosidad y estrés, caminamos hacia él, el hombre me ve y hace una mueca

—¿Son los contrincantes ganadores? — Pregunta el robusto

—¿Tu eres el líder de los audaces? — Contesto con una pregunta, en realidad no recuerdo cuál era el nombre del hombre que quedó atrapado, del que estoy casi seguro que es el guardia — ¿Si o no?

—¿Audaces? ¿Quiénes son ellos? — Contra pregunta mientras lo veo frunciendo el ceño

—Elyar — Dice Zac — creo que aún no haz superado lo que vivimos

—¡Cállate por favor! — Le grito molesto a mi amigo — Guardia, dime ¿Eres o no?

—¡Ya te dije! ¡No! — Exclama

Exhalo hondo, lo volteo a ver frunciendo el ceño y mordiendo mi labio inferior, él camina hacia adentro del edificio de televisión y radio de Roscov donde nos harán la entrevista en el programa de la doctora Bibiane Archinnedelie, el programa de entrevistas más visto en Maro.

—¿Guardia, cuál es su nombre? — Pregunta Zac

—Luck Benavid — Contesta con una voz seca

—Luck ¿A dónde nos llevas? — Interroga mi amigo

—A camerino, donde los arreglaran para que se vean menos bestia de lo que se ven, después irán con Bibiane — Responde L. Benavid con un tono de voz cortante

El edificio está lleno de pasillos, me recuerda al laberinto, hay de estos por todas partes, comienzo a marearme y a desesperarme, no quiero estar de nuevo en el laberinto, hay una mesa con un servidor de agua, no resisto más, voy sobre esta y la golpeo, provocando que se rompa y toda el agua se tire al suelo

—¿Que crees que haces? ¡Idiota! — Grita un hombre que al parecer trabaja en los estudios

—¡Espero que mueras! — Le digo mientras doy un paso hacia él, a mí nadie me llama idiota, no soy un idiota, soy un campeón. El odio se apodera de mí, suelto un puñetazo a las costillas del hombre y cae al suelo

—¡Elyar! ¿En qué pensabas? — Me regaña

—¡Me llamo idiota! — Gruño

—¡Elyar Wigglerhone! ¡Ya basta! ¡Ya no estás en el estúpido laberinto! ¡Reacciona por favor! — Sugiere Zac

Solo lo miro entrecerrando los ojos, puede que mi amigo tenga razón, probablemente tengo un tipo de trauma y obsesión de golpear gente, desde que salí del laberinto he pensado solo en la muerte

—¿Qué está pasando aquí? — Pregunta Shaio — ¡Oh mi Dios! ¿Qué hace Luck en el suelo?

—Lo… golpee — Contesto apenado

—¡Oh Elyar! ¿Por qué cometiste semejante acto de crueldad? Me interroga

—Creo que, tengo un, problema. — Digo arrugando la frente y cruzando brazos

—Si, un muy grave problema — Añade la mujer — Vamos a sus camerinos. ¡Por favor, vengan a ayudar a este hombre! — Grita

Shaio está diciendo cosas, pero no le pongo atención, solo me concentro en cómo será el volver a casa, va a ser algo aburrido, solo ir a la escuela, estar en mi casa, salir y dormir, eso no es vida, yo necesito algo de acción y algunas veces sangre ¡No quiero volver!. Llegamos a unas habitaciones, Shaio me dice que entre a la que tiene el número cinco y así lo hago. Aquí dentro es como una sala de estar con un gran espejo, la verdad no me gustan estos, no me gusta verme, no porque crea que estoy feo, porque yo sé que no, saque mis grandes ojos azul verde a los de mi madre y el pelo café muy claro al de mi padre, los dos son blancos y altos. En una esquina hay una mesa con un recipiente con agua, voy hacia ella y la bebo, escucho que tocan la puerta y voy a abrir, son dos mujeres, una joven y la otra algo grande

Audaz©.  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora