¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ー¿Cómo sabes mi nombre?
ーPorque soy tu hada. Vine a conceder tu deseo.
Me sentía idiota hablando con ella.
ーNo tengo nada que pedir, puedes irte.
ーNo funciona de esa forma. Tienes que querer algo. ー Pensé seriamente, realmente no quería nada y dudaba mucho de que ella pudiese cumplirlo.
Entonces estornudo y una alarma se encendió en mí.
De alguna manera. Ahora sí me sentía estúpida. Ahí estaba ella, en mi cama con las piernas cruzadas y una pijama que yo solía usar.
Genial, gracias moral mía. No pude evitar ayudarla al ver que estaba a punto de enfermarse, la invité a tomar un baño y le di un cambio de ropa.
ーBien, ahora te debo dos deseos. ー Dijo toda alegre. Yo me di en la frente con la palma de mi mano. Necesitaba estudiar y ella me estaba quitando el tiempo.
ーMary, ¿Cierto? Mira, no tengo tiempo y necesito estudiar. ¿Puedes irte?
ーEstá bien, te dejo estudiar.
Bien, al parecer sí piensa.
Pero ella sólo se quedó ahí, sentada. Mirándome con sus ojos ámbar a la distancia.
ー¿Por qué no te vas?
ーNo quiero irme.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
