Su amiga Yumeko se cansó de escucharla llorar tantas noches y le dijo por fin un secreto.
Sobre un hada enamorada de un humano. Sobre un mundo antiguo donde ambos mundos estaban en uno solo. El hada escuchó emocionada, lloró cuando supo que era su mismo destino y volvió a ser feliz al enterarse del intercambio.
Toda una vida como hada por un mes como humana.
Pensó en lo larga que era la vida de un hada. Las cosas que podría hacer y experimentar, pero su corazón seguía sufriendo al ver a aquella chica aislada.
Y tomó la decisión.
Miró su cuerpo en el espejo de su habitación. Tocó su espalda en busca de las alas y descubrió que era una historia real.
Entonces corrió, como aquella vez que escapó de casa. Corrió tanto que creyó que podría caer por la lluvia que golpeaba su cuerpo.
Siquiera se molestó en mirar direcciones para un lugar que conocía de memoria. Y en una tarde de verano, cuando el sol estaba a punto de desaparecer en el horizonte, tocó la puerta de aquel departamento con alegría.
"Hola. "
Y vio su historia comenzar de nuevo.
・・・
Ella no era para nada como la recordaba. Ya no había palabras dulces y a veces soltaba palabras iguales a los insultos que solían darle.
Creyó que había sido el cambio más mediocre de su vida. Estaba a punto de rendirse, pero ella le ofreció entrar. Le hizo tomar una ducha con agua calientey le prestó ropa. Todo con su antigua amabilidad.
Y supo que volvería a hacer el cambio en esa y en cualquier otra vida.
Se convenció totalmente la primera vez que la vio sonreír. A sus dieciocho años jamás había visto a alguien resplandecer tanto como ella.
Siendo tan agria y mal hablada, pero amable a la vez. Pensó "Sigue siendo ella" y sus días comenzaron a ser divertidos.
El hada engañó a la humana, porque nunca sintió que le debía un favor. Sólo estaba enamorada de ella, así que decirle que le concedería un deseo le daba una excusa para pasar más tiempo a su alrededor.
Un mes como humana fue mucho mejor que dieciocho años como hada. Y jamás, aunque pasasen diez, cien o mil años se arrepentiría de ese cambio.
Nada más había una cosa que se lamentaría. No podría cumplir su promesa de intercambiar libros, porque no habría tiempo para que pudiese leer el libro de Ririka. Sabía que sería grandioso.
Estaba segura de eso. Sería igual de maravilloso que ella.
Entonces el hada hizo la promesa, sabiendo que moriría el día de la despedida.
Yumeko había sido muy clara.
"Un mes y tendrás que huir de ahí. Tú cuerpo se consumirá. Procura mantenerte alejada del sol, agotará tu tiempo si no sabes ocultarte. "
Pero todo eso valió la pena. A pesar de que incluso tuviese miedo a la oscuridad. Fue divertido tomarle el pelo con los deseos. Fue más divertido aún volver a estar con ella.
Y todos los días se sentían como una eternidad. Una larga, larga vida que no quería que terminase nunca. Le dio una piedra como regalo, porque era Io único que tenía, le dio su amistad porque era Io único que podía conseguir.
Y le dio éste libro, porque sólo así podría recordarla y no volver a olvidarse del hada que pudo amar a una chica tan mala y rebelde como lo era ella.
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✧ 𝙖 𝙗𝙡𝙤𝙣𝙙𝙚 𝙛𝙖𝙞𝙧𝙮 ; 𝘮𝘦𝘢𝘳𝘪𝘳𝘪
Fiksi Penggemar✧┊𝘚𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘥 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘴𝘩𝘰𝘸𝘯 𝘶𝘱 𝘢𝘵 𝘩𝘦𝘳 𝘥𝘰𝘰𝘳. ➷ 𝙡𝙚𝙨𝙗𝙞𝙖𝙣 𝙖𝙙𝙖𝙥 ➷ 𝙤𝙤𝙘