Harry, Ginny y Dean
Ginny recuerda la primera vez que creyó haber encontrado el amor. Su mente se teletransporta a cuando tenía 5 años y estaba en el jardín de niños, está en su primer día de clases y por la puerta del salón entra un chiquillo de cabello negro y rebelde, usa lentes y se esconde acongojado tras las piernas de una mujer con cabello rojizo.
Cuando la maestra trata de despegar al niño de su mamá, es cuando Ginny lo ve con claridad y cree que el verde de sus ojos es el más bonito que ha visto en la vida – Es como un príncipe – es la idea que se cruza en su mente; inmediatamente piensa en cederle un lugar a su lado, pero algo la frena, él niño dirige su mirada a Astoria Greengrass sin siquiera posar la vista en ella.
Aquello la hace sentirse molesta, así que trata de hacerse a la idea de que aquel niño no es ningún príncipe de cuento; empieza a ignorar su existencia y se mantiene todos los días con sus dos inseparables amigas Sabrina y Hermione.
Pero el momento decisivo entre la amistad de Harry y Ginny ocurre cuando, una mañana, él pelinegro y Ron juegan en las jardineras del patio de juegos. Harry carga con una cubeta llena a tope de tierra mojada, está emocionado porque dentro de esta hay lombrices retorciéndose.
Ginny no entiende que de divertido hay en aquello, pero ve como su hermano y su amigo se ríen a carcajadas mientras vuelven al salón de clases. Ella se ha pasado la mañana haciendo figuras de plastilina con Neville Longbottom, él chico ya ha hecho varias figuras disparejas, sin embargo, ella se ha centrado en una sola cosa, una mariposa de color morado con detalles en verde y azul quiere regalársela a su mamá y para eso debe ser la figurita perfecta.
— ¡Harry! ¡Deja esa cubeta y ayúdame! — La chillona voz de Luna Lovegood hace que Ginny deje de dar forma a un ala de su mariposa y levante la vista. La rubia se pelea con sepa que niño por un tarro de pintura color rojo, pero su vista se transporta a Harry, que corre viendo en dirección a la mesa donde ella y Neville han estado trabajando.
Tan despistado por correr en la ayuda de su amiga, que no se fija donde pone la cubeta; casi con crueldad aplasta la hermosa figura de plastilina poniendo el balde encima y Ginny suelta un chillido angustiado.
— ¡Ay, no! ¡Te aplasté la mano! — Exclama Harry preocupado y quita la cubeta en un gesto brusco, tan brusco que termina por tirarle encima la tierra a Ginny, la pequeña se levanta indignada y a punto de llorar, se limpia el precioso vestido rosa con olanes y antes de que Harry diga una palabra más ella tira la cubeta al suelo.
— ¡Eres un bruto! — Le grita con toda la rabia que su pequeño cuerpo puede sentir y Harry le da una mirada de espanto — Arruinaste mi mariposa y mi vestido — la niña lo observa con odio.
Harry se queda estupefacto, no sabe que decirle a la niña. Ella rueda los ojos y lo ve como si fuera idiota; es la primera vez que se fija bien en Ginny Weasley, para su desgracia se da cuenta de que es la niña perfecta incluso así enojada como está en ese momento, pero es tarde porque ella no quiere volver a saber sobre ese tal Harry Potter nunca más.
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Todo se desvanece y ahora la muchachita tiene 12 años y cree que Dean Thomas es el príncipe azul que su cuento necesita, está equivocada y aún no lo sabe. Ha estado enamorada de aquel chico por meses, lo que sea que signifique amor a esa edad.
Aquella tarde jugando a la botella se le repite una y otra vez en la cabeza, casi se ve obligada a besar a Harry cuando ella lo que quiere es besar a Dean. Se lo hace saber al niño cuando, como todo un caballero, se ofrece a acompañarla por las dos cuadras de camino a casa después de la fiesta.
— Ginn, también me habría gustado besarte — admite el moreno y juega con sus dedos algo nervioso, ella sonríe como si le hubiesen dado lo que más deseaba para navidad y se detienen en la entrada de la enorme casa de los Weasley.
— Puedes besarme ahora si quieres — murmura con las mejillas sonrosadas, es su primer beso, él niño hace una mueca de nerviosismo y asiente.
— Si...Si quiero — logra decir y estampa sus labios con los de Ginny, es algo inocente e infantil, pero es suficiente para Ginny porque la convence de que es lo que quiere.
Sabe que harían una pareja perfecta y desea más que nada que lo sean, pero no es hasta que tienen 15 años y están a punto de entrar a bachillerato, que Dean se lo pide de forma oficial, ella se siente como la más feliz porque por fin lo tiene todo. Será la capitana de las porristas y tendrá un novio que será el mariscal de campo, lo logrará, es su sueño perfecto; está en su burbuja donde todo es color de rosa y eso le gusta.
Ahora tiene 16, la segunda semana de clases antes de las vacaciones de navidad; está con Sabrina buscando a los demás en la cafetería, cuando los divisan se dan cuenta de que han juntado casi tres mesas pues los miembros de los equipos deportivos y porristas se suelen sentar juntos, pero lo que llama la atención de Ginny está más atrás.
La mesa de los perdedores, su hermano se sienta ahí junto con otros chicos, entre ellos Harry y ella no puede evitar preguntarse por lo que estarán haciendo; siempre los escucha carcajearse de algo o los ve hacer alguna tontería. Ese día, por ejemplo, Rolf sostiene una maqueta de volcán de buen tamaño y ve como Astoria le vierte dulces de menta dentro, luego Harry es quien vierte refresco coca cola; la erupción es increíble y ve como Harry lo celebra con un: — ¡Eso estuvo de puta madre! — Una risa fugaz se le asoma en los labios, hasta que su novio se aparece y le bloquea la vista.
Dean Thomas es él más perfecto, moreno y alto además de atlético a su lado Harry Potter parece el bufón de la corte y aun así siente que sería más divertido pasar tiempo con aquellos a quienes se dedica a molestar. Siente una necesidad enorme de acercarse, puede hacerlo con la excusa de que busca a Ron, pero Sabrina le toma el brazo con incomodidad.
— No vale la pena — dice la platinada a su lado y se encoge de hombros para restarle importancia; del lado al que su amiga y novio la llevan no se ve tan divertido, están sus amigos Hermione, Draco, Neville y Hannah. Ellos ríen de alguna broma que hizo algún jugador de lacrosse, pero a veces piensa que todos son amigables y no amigos.
Dean le susurra algo sobre que vayan a algún salón y ella se siente tentada a aceptar, y lo hace. En ese momento Ginny se deshace de los recuerdos, vuelve a los tiempos presentes donde tiene el corazón roto por culpa de aquel que juraba amarla, pero ya no, ella se convence de que ya no lo ama. Nunca más después de su traición, así que decide que no importa si el amor de su vida quiere tardar en llegar porque no quiere pensar otra vez en chicos. ¿O sí?
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Holaaa, amigxs este es cortito porque es extra, es solo un poco de contexto jaja y el capitulo 7 se los subo esta semana es sólo que como voy a entrar a clases he estado algo ocupada pero trato de ser constante!!
En fin, cuéntenme aquí que tal les pareció este pequeño extra, se aceptan quejas, comentarios y sugerencias así que ustedes digan sin miedo!!
Gracias por leerme ♡
Besos, Ann
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𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞 *𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐀𝐔*
FanfictionHistoria 100000% con rolitas de mis hermosos 1D Ginny Weasley es toda una reina, lo más reina que se puede ser en la escuela preparatoria. Harry Potter vive en la casa de al lado y es un perdedor, tan perdedor como Ginny le recalca cada día. Pero am...