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Ginny

Acomoda una vez más el plisado de su falda; el uniforme de las porristas nunca le había calzado mejor y sonrie satisfecha mientras ve su imagen en el reflejo de la puerta de cristal de la escuela, ya hay personas dentro que sacan cosas de sus casilleros o charlan seguro poniéndose al corriente de las vacaciones. Ella se ha adelantado a su hermano mayor, Ron, que seguro se ha quedado dormido o esperando a su mejor amigo; aleja sus pensamientos con una negación de cabeza porque hoy es su día y sólo es el inicio de su mejor año. Empuja con fuerza la puerta de la entrada.

Los pasillos ya son suyos; con solo entrar a la escuela todos le sonrien y la saludan, no le importa lo más mínimo que aquellas son sonrisas falsas, sino que cada sonrisa de esas significa alguien más buscando su amistad; pero no, no todos tienen aquel privilegio.

- ¿Qué tal tus vacaciones? - Hermione Granger, castaña y de ojos mieles con una sonrisa dulce y un brillo de maldad en la mirada, pero que la pinta de niña buena no te engañe, Hermione es amable pero más valía que no la hicieras explotar. La muchacha se acerca a ella con una soda sabor cereza en la mano, también usando un uniforme de porrista que le queda increíble, Ginny le sonrie.

- No tan buenas como las tuyas, nena - Le responde con una sonrisa socarrona y le guiña el ojo, hablaba en serio, la castaña se ve muy bien y la pelirroja no tiene problema en admitirlo porque la muchacha puede ser de todo menos envidiosa.

- Estuve haciendo ejercicio - Admite Hermione y se pasa la soda a la mano derecha para chocar palmas con Ginny, ambas se sonrien y, entonces, casi como en una película, Sabrina Black se une a ellas, formando la trifecta.

Sabrina Black, es más Malfoy que cualquier Malfoy y eso resulta toda una ironía, ni Draco Malfoy tiene un cabello tan platinado y nadie entiende cómo la hija de Sirius Black ha terminado siendo todo menos una Black.

Juntas son como una especie de the unholy Trinity y no es para menos, las tres muchachas son tan bonitas como crueles y se entienden a la perfección, tanto que se sinten como una misma. Si Ginny sonrie, Hermione sabe qué clase de sonrisa es; cuando Sabrina guiña un ojo, Ginny sabe si es de verdad o solo juega con algún chico y si Hermione mueve la mano, Sabrina sabe justo a qué lado ir. Siempre han sido ellas y estaban bien.

- Ya tengo mi blanco - Susurra de pronto la castaña, las otras dos voltean a ver a quien se refiere; Cory Snape, de pelo negro y algo bajito, guapo pero muy perdedor; siempre está callado y creyéndose superior por lo inteligente que es, las tres chicas se intercambian sonrisas con malicia.

- Haz los honores Mione - Comenta Sabrina quien se acerca al pelinegro con una sonrisa coqueta - Hola Cory - Suelta con una voz melosa, tanto Hermione como Ginny rien porque el aludido se sonroja notablemente.

- Sabrina - Murmura él con el ceño fruncido - ¿Qué necesitas? - El chico cierra su casillero al momento que se gira para verla mejor.

- ¿Acaso no puedo hablar contigo? - Pregunta ella con fingida ternura y le acomoda el gorro de lana que tiene puesto esa mañana - Que guapo - Añade y le guiña el ojo. Esa es la señal, Hermione Granger vierte la bebida helada sobre el pelinegro, con sumo cuidado de no manchar en el acto a su amiga. Las tres sueltan una risa y los presentes en el pasillo se unen en una carcajada general, pero no, Ginny no rie pues ha notado algo y buscará respuestas ello; Sabrina Black no ha dado cualquier guiño y la bajita lo supo de inmediato.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞 *𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐀𝐔*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora