La noche más fría

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        "Temo que hasta las estrellas hacia las que levantaba mis ojos me parecían unas estrellas pobres y humildes por brillar sobre los rústicos objetos entre los cuales había pasado mi vida. 

         (...) Y después las miré, y consideré lo terrible que sería para un hombre volver el rostro a ellas al sentir que se iba helando y no encontrar ayuda ni compasión en toda aquella brillante multitud."

                                                             —Grandes Esperanzas, Charles Dickens

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        Era tiempo de superar.

       Desconozco ya la razón para que siga comportándome como un completo idiota, cuya ridiculez sea comparada con la de un hombre mezquino que le implora o suplica a su "amada" otra oportunidad después de haber sido encontrado cogiendo con otra en su propia cama; vaya descaro. Mi falta no había sido tan grave, pero me sentía como alguien que no merecía ser nombrado ni llamado. Me sentía una vil mierda, y de mayor cuantía cuando bebía de más, pero, de alguna u otra forma, lograba eludir esa gran carga únicamente estando embriagado. No me sentía un gran estúpido después de todo, sólo me consideraba demasiado patético. Definitivamente, no comprendía qué era peor, si eso o lo otro.

        Quizás el alcohol y los cigarrillos eran una anestesia, una rebuscada excusa bien hecha y falsa, que utilizaba para amainar todas las faltas y culpas que me he tirado sobre los hombros, como una mentira que me dije a mí mismo para no tener que continuar sufriendo por un caso perdido o un suceso irremediable; eran un tornado auto-inducido que intentaba llevarse todo a su paso, arrasando con todo cuanto toca, sin dejar rastros de nada ni nadie, ni siquiera polvo y escombros, que no permitiría que algo sobre y continúe punzando en el pecho cuando se evoque aquello entre el río de los recuerdos, dejando un sedante provocado por las caricias de sus vientos casi brutales y salvajes con notoria tranquilidad y apacibilidad permeable.

         Así de melodramática se había transfigurado mi vida durante estos últimos seis años. Y así de solitaria.

        Yosano. Chun-Chun. Chunsuke. Suzume. No soy lo suficientemente fuerte para olvidar a alguien que amé tanto, alguien que me amó de la misma manera por igual, porque no soy capaz de admitir lo débil que fui, que todavía soy, de ver todo lo que tenía enfrente y reconocer la magnitud de lo que estúpidamente dejé ir, y cuando quise hacerme de nuevo con ello, ayudado por un rayo tenue de esperanza, sabía desde el principio que en su corazón ya no había un lugar que me pertenecía, por más que intenté. Ya había sido muy tarde cuando decidí tomar cartas en el asunto, y no tuve más remedio que tirarlas al mar y dejar que mis lágrimas acompañasen a los vestigios de lo que nunca fue y nunca será. Ese día, después de haber bebido más de esas dos cervezas, logré llorar como nunca en mi vida fui capaz. Lloré por nuestro primer encuentro en la estación de trenes, lloré por aquella vez que sostuve su cuerpo frágil entre mis brazos cuando ella se había perdido en el viaje escolar con él, lloré por nuestra primera cita en el acuario, por aquella vez que llegué tarde en Navidad  y me arrepentí por ello, por no haberle deseado un feliz cumpleaños, por esa única ocasión que estuve a punto de rozar sus labios y ser su primer beso. Y lloré, lloré como un jodido maniático y lunático cuando recordé el momento en que la rechacé y le mentí diciendo que no la amaba, que no correspondía sus sentimientos, a pesar de que mi garganta quería gritar todo lo que mi corazón suprimía y mi conciencia imposibilitaba, porque creí tontamente que era la manera más certera de ahorrarle una juventud llena de perjuicios a mi lado.

        El amor era tan amargo y espeso como las tazas de café que se suelen tomar, tan ferviente cuando se ama y es amado, tan catastrófico que hace lamentar todos los hubieras nunca realizados, y tan destructor como todas las verdades del mundo que uno no desea ni se atreve a escuchar.
        El amor es igual de glorioso y paradisíaco como el fuego celestial que engalanan los ángeles en el Cielo. Y tan siniestro como las sombras del Cerbero, que protegen y cubren las rejas de la entrada al Infierno. 
        El amor siempre ha sido como el hielo y el fuego: precioso y trágico, placentero y doloroso.

        Y volví a llorar, sentir que mis mejillas escocían por culpa de un líquido que no dejaba de ser expulsado de mis ojos, los cuales ardían tan ferozmente que hubiera preferido que me los arrancaran a sangre fría, porque llorar por la pérdida de alguien a quien tanto amabas era mayor tortura comparada a la de un mercenario extirpando el corazón con sus propias manos a alguien y aplastándole sin piedad con las mismas, haciendo que éste estalle dentro del cuerpo y cese su melódico latido. Porque lloré por ella pensando, como un loco desamparado, que aún mantenía el corazón muerto y podrido aquel día que regresé a casa después de esa Navidad con la chica de al lado.

        Entonces comprendí que era tiempo de dejar ir, y que ya no tendría que vivir más dolencias del pasado en un presente a puro impulso. Intentaría que mi tercera oportunidad en el amor sea la vencida, entregando todo y sin arrepentirme de lo que nunca hice. Empezando por no cometer los mismos errores. 

        Ya no me arrepentiría nunca más de mis próximas decisiones.

        Ese último día, Satsuki Shishio se percató que había sido la noche más fría de su existencia, una que le provocó un silbido en su respiración y una fastidiosa ronquera, sin embargo, por obra de una esencia incandescente en lo profundo de su alma, sintió algo pequeño brotar en su interior cuando recordó la imagen de Samejima con en ese atuendo tan descomunal y... Bello. La almohada le sirvió únicamente para secar sus últimas lágrimas.

        Quizás, la Primavera estaría por llegar más pronto de lo que uno lograse imaginar, dejando la memoria del Invierno una vez más relegada, debajo de toda esa nieve derritiéndose hasta volverse agua.

        Ya era hora de seguir adelante, sin mirar atrás.

Cigarrillos y alcoholDonde viven las historias. Descúbrelo ahora