La lluvia tiende a ser cálida cuando se toma como lo más maravilloso que existe, se le contempla como a una belleza única al realizar su desplazamiento hacia abajo, en su caída como de cascada cristalina y danzarina; pero tiende a ser inevitablemente fría cuando sólo deja odio y recelo después de que sus charcos se han secado, y los pesares se van evaporando.
Pero todo siempre ha sido cuestión de las percepciones.Era ridículo. Demasiado. Estar sufriendo por una mujer durante 6 años era súbitamente patético. Y él no pudo evitar caer ante una desconfianza hacia aquello que se hacía llamar "amor", no después de aquella experiencia trágica que le dejó huella .
Seis de la mañana marcaba el reloj, mientras que el tintineo del despertador repiqueteaba en el ambiente de la habitación y disgustaba, como siempre, los oídos del hombre al borde de la cama desparramado. Satsuki Shishio, ya con treinta y un años recién cumplidos, todavía no dominaba el arte de preparar un café que cumpliese las expectativas y estándares de su paladar: a veces era demasiado dulce por el exceso de cucharadas de azúcar, en otras ocasiones muy lechoso y espeso por la crema abundante que accidentalmente le vertía, o extremadamente fuerte por su sabor y aroma que le hacían cerrar los ojos con fuerza como una negativa a su amargura desmedida.
El café del día resultó muy amargo y ordinario, como mi vida. Y recién habían dado las siete en el reloj para que andase con tales pensamientos deprimentes.
Este año de nuevo era tutor de la clase 1-1.
Cada vez que entraba a ese salón, el fantasma de aquella chica le daba una inocente visita cuando impartía sus lecciones de Historia y él solía quedarse atascado a la mitad de sus explicaciones; la vislumbraba en el fondo del aula, junto a la ventana y con la mirada siempre observando hacia el exterior, pérdida en un paraíso inexistente y sin alguna entrada para él, porque no era bien recibido. Realmente era un idiota para seguir viviendo en ese estado de trance deplorable. Pero, a pesar de todo, temía, había vivido con miedo durante esos últimos seis años donde nunca permitió la bienvenida a un ajeno, sin embargo y sobretodo, se convirtió en un preso de sus propios arrepentimientos y sus malas decisiones.
—¡Sensei! ¡Shishio-sensei!
Despertó. Recobró el dominio de sus acciones. Alzó los ojos hacia su locutor, el cual apenas era estudiante de primer año y uno de sus alumnos más destacados, se llamaba Yoshida Daisuke. Sonrió como de costumbre para cesar la alegría del menor, mintiendo a todo el mundo con esa máscara de felicidad desechable y poco perdurable.
Al rato subiría a la azotea a echarse un cigarrillo para olvidar todo por un momento.
—¿Eh? Eres algo ruidoso, Yoshida-kun. Pero veo que estás teniendo un buen día, me alegra.
—Sí, sensei, sí, aunque tengo que pedirle un favor. Uno muy grande.
—Ya veo, ya veo....
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Cigarrillos y alcohol
FanfictionDespués de seis años, después de que su corazón se quebró por segunda vez, después de que fingió otra sonrisa en el rostro cuando su tristeza era más inmensa que aquella infantil mentira, Satsuki Shishio no sabe cómo seguir con su vida. {Hirunaka no...