Primavera 3/4

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Es insensato lamentarse,
aunque estemos condenados a partir:
lo único sensato es recibir
el recuerdo de alguien en el corazón.

Se puede habitar en los pensamientos
que nosotros mismos hemos cultivado,
y rugir con desprecio y coraje ultrajado
que el mundo haga su peor parte.

No dejaremos que sus locuras nos atribulen,
como de quien viene los tomaremos;
y al final de cada día encontraremos
una risa alegre como hogar.

[...]

Podemos quemar las obligaciones que nos encadenan,
urdidas por frías manos humanas,
allí donde nadie se atreve a desafiarnos.
Podemos, en el pensamiento, encontrarnos.

Por eso el llanto es insensato,
sostén como puedas un espíritu alegre;
y nunca dudes que el Destino ofrece
un futuro grato por el dolor presente.

Partida, Charlotte Bronte [Fragmento]

Uno simplemente debe olvidar y dejar que el viento se lleve lo innecesario.

El polvo debe ser soplado y volverse uno con el aire.

No existe prohibición.

O sí.

Habrá que esperar al futuro siguiente.

Y esperar por nuestras cadenas bañadas en oro.

Pero...

puede que seamos libres.

...

Finales de Mayo

Prácticamente Satsuki Shishio llevaba —casi— dos meses saliendo con su actual pareja, Kyoko Samejima. Casi, porque el día siguiente se cumpliría exactamente ese segundo mes. Y el profesor de Historia se encontraba precisamente golpeando su cabeza contra el kotatsu, que debería haber guardado desde que el invierno finalizó y el último copo de nieve se derritió; aunque —recordando— eso de ser ordenado no era una virtud de la cual pudiera ir presumiendo a cualquier ser humano que se le cruce enfrente. Su apartamento sería un completo desastre si su novia no estuviera ahí para ayudarle. 

Novia...

Eran incontables las veces que Shishio se negó a que ella le ofreciese su ayuda para limpiar toda la casa pero —número uno— él tenía poca voluntad contra una mujer muy dominante y autoritaria, —número dos— él, por su propia cuenta, dudaría tomar la escoba y emprender un aseo completo, quizás ni a medias sería capaz de; no por nada su habitación estaba repleta de libros sobre civilizaciones antiguas, el renacimiento, las tantas épocas del Japón antiguo, entre otros temas, más ropa interior y envoltorios de comida esparcidos por el suelo y estorbando cada vez que se encaminaba hacia su cama y se tropezaba con alguna de esa basura; incluso, una vez se partió el labio en una de sus caídas cuando atravesó algo ebrio ese barullo y sólo se limpió la sangre que brotó de la herida hasta el día siguiente, cuando despertó tendido en el suelo. Definitivamente, pulir esa actitud de holgazán fue producto de esfuerzo constante y años invertidos en la práctica. Satsuki Shishio era un profesional de los buenos.

Comprarle algo a su chica —todavía le sonaba irreal tener a alguien que fuera suyo, no en el sentido de posesión pero de una forma masculina de dar a entender que esa chica ya estaba comprometido con alguien y ese alguien era él ¿Cuántos años iban ya desde que no sentía esa emoción? Muchos— para conmemorar este mes especial. No era una tradición japonesa hacer regalos sin motivos o en fechas donde no se acostumbraba darlos; Shishio simplemente quería agradecerle el hecho de estar saliendo con él. Cual zopenco le había vuelto el amor, sin embargo, era aceptada su intención ya que después de tantos años con un corazón maltrecho y abandonando, estaba agradecido por encontrarse ya repicando con alegría. Seguía siendo un zopenco con orgullo de serlo.

Cigarrillos y alcoholDonde viven las historias. Descúbrelo ahora