Había asistido al pedo al instituto en la mañana. Mi cabeza estaba en otro lado y no había prestado atención a ninguna clase. Al mediodía me dirijo a casa, no hay nadie. Me hago de almorzar y luego me tiro en el sillón para realizar unos apuntes. Debo concentrarme. Necesito despejar, dejar de pensar un poco. Pienso en mi lugar favorito así que agarro las llaves de mi auto y me dirijo hacia allí. Sin darme cuenta ya era la hora de la merienda y mi panza me lo hacía notar. Llegó a aquella esquina, entró y subo a la terraza, ya tenía mi lugar de siempre. Agarro el móvil para avisarle a mi madre que estaba aquí por si llegaba a casa y no me encontraba, pero no tengo batería. Busco en mi pequeña mochila y mi cargador no está. Maldigo en voz baja y solo espero que mi madre no se preocupe. Ya había pedido mi merienda, no iba a irme. Cojo un libro y empiezo a comer aquella delicia que me había pedido. Me pierdo en aquella lectura, no se cuánto tiempo había pasado pero escucho una voz conocida que me hace saltar.Sabía que te encontraría aquí.- dice en mi oído y me sobresalto.
Mierda Hugo.- suelto y el ríe despacio. Deja un beso en mi mejilla y se sienta a mi lado.- qué haces aquí.- digo mirándolo.
No me contestas los mensajes, a tu madre tampoco.- suelta.- me llamo, está preocupada.- dice mirándome fijo.
Lo imagine, me he quedado sin batería.- digo mostrándole.
No vuelvas hacer eso, deja una nota en casa, la preocupas.- dice mirándome y asisto. Vi como le escribió y luego volvió a mirarme.
Como sabias que estaba aquí.- pregunto y sonríe.
Un día me has dicho que era tu lugar favorito.- suelta.- y te dije que sino te encuentro, ya se donde estarás.- dice y sonrio. No le erro en aquello.- y equivocado no estaba por lo que veo.
Has acertado.- suelto y sonreí asistiendo.
Llega la chica y pide algo. No piensa irse. Piensa quedarse aquí a mi lado. Cierro aquel libro que estaba leyendo y lo dejo aún lado.
Solo confía en mi.- suelta de repente y lo miro.- cuando te enteres la verdad, me dirás qué idiota y no voy a negarlo.- dice sonriendo y hago lo mismo negando.
Que no pasa nada, está todo bien.- dije soltando lo más segura que podía. Quería estarlo.
Se que no, te conozco Eva.- dice llevando un mechón detrás de mi oreja y cierro los ojos. Suspiro y lo miro.
Solo.. solo si algo anda mal entre nosotros dímelo.- digo mirándolo fijo.- dímelo y lo hablamos, vemos si podemos arreglarlo y sino bueno...- suelto.
Claro que lo se mi amor, pero este no es el caso.- dice y asisto.- Gracias.- le dice a la chica que trajo su pedido y me mira.- puedo merendar aquí o debo irme a otra mesa.- pregunta canchero.
Idiota.- le murmuró y ríe para luego besar mi mejilla. Empezamos a merendar de inmediato.
Podemos salir a cenar esta noche.- pregunta y lo miro.- mañana festejarás en la noche con los chicos, quiero darte mi regalo a solas.- suelta.
Esta bien.- suelto sonriendo.- aunque sabes que no hace falta nada amor.- el pone sus ojos en blanco.
Dormiremos en mi departamento, aviso.- dice y rio.
Pero para el almuerzo debo estar en casa, comeremos con mi madre y la familia, tu también.- suelto haciéndole acordar y asiste.- me dices la hora.- pregunto.
Van hacer las siete.- suelta y asisto.
Te parece si vamos ya.- digo.- no me va a dar tiempo a estar arreglada.- el rie.
ESTÁS LEYENDO
Una esquina de Madrid.
Teen FictionY es que todo puede cambiar en un segundo y un lugar se puede volver una marca para toda la vida..