2.

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Camino despacio hacia el baño para hacer mis necesidades. Miro mi cara, bastante bien, podría ser peor. Me ato el pelo pero desordenado, total no voy a salir de aquí. Vuelvo hacia la cama, aun me quedan tres dias de reposo absoluto, ya no se que mas hacer, me duele la espalda ya. Mi móvil suena, una notificación de mensaje aparece en ella.

¿Qué tal estás?.- me manda y no sorprende. Mi madre le ha pasado mi número y cada día me manda.

Mejor que ayer.- le contesto.

Que bueno.- suelta y le clavo el visto, no sé ni qué ponerle.- uno de estos días me pasaré a verte, avísame..

Puedes venir ahora.- contesto de inmediato.- si quieres, claro.

El me clavo el visto, claro me mande de una y el me dijo en unos días. Lo conocía hace bastante pero de lejos, gracias a mi inconveniente pude tener contacto con el. Era un chico guapo, demasiado. Pero jamás se fijaría en mi, eso estaba claro. Y tampoco sé si le convenía. Cierro mis ojos dejando mi móvil en el pecho, no voy a dormir, solo no quiero seguir pensando en mi vida. Un golpecito de mi puerta hace que los abra.

Pasa ma.- solté y me senté un poco.

No soy tu madre, pero puedo pasar igual.- pregunto asomando su cabeza y asistí.- hola.- suelta y deja un beso en mi mejilla.

Hola.- sonrio y se sienta en el borde.

Tu madre se iba a una reunión, me abrió y de paso dijo que te avisara.- asistí.

Qué haces aquí, Hugo.- pregunto mirándolo fijo.

Quería verte.- suelta y mi corazón se acelera un poco, no se porque.- es decir.. la última vez que te vi fue en el hospital, quería saber cómo ibas.- dijo nervioso.

Ya no aguanto mas estar acostada, solo me quedan tres dias por suerte y puedo volver de a poco.- le conté y asistio sonriendo.

Que bueno.. y que bueno que estés haciendo todo bien.- dijo y hice una mueca.

Cuánto más rápido mejor.- solté sonriendo.- quieres algo de tomar o algo.- pregunte.- puedo bajar si quieres.- nego de inmediato.

Olvidalo, tú de esa cama no te mueves.- dijo amenazandome y reboleo mis ojos.- no tengo nada que hacer, supongo que tú tampoco.. quieres que miremos una película.- dijo y lo mire sonriendo.

Sino hay palomitas no hay película.- dije y rio asistiendo.

Bajaré hacerlas entonces.- soltó.

Siéntete como en tu casa, agarra lo que te apetezca.- dije y el sonrió parándose.

Elige la película, ya vengo.- soltó y desapareció de mi habitación.

Bueno mi habitación estaba ordenada, la que no lo estaba era yo. En serio justo hoy tenia que venir, con las fachas que cargaba. Ordenó mejor mi pelo y me pongo a buscar alguna película. Acomodo mejor los almohadones para poder sentarme y quedarme cómoda. Volvió con las palomitas y al mirar la tele vio que ya había elegido una que mirar. Se sentó a mi lado y el pote entre los dos. Lo miro sin ser disimulada, no me controlo y el claramente me cacha.

Que.- pregunto sonriendo.

Pongo.- digo señalando la peli y asiste.- espero que no te aburras.- dije y rio negando.

La peli comenzó y los bocados de las palomitas también. Estábamos los dos muy interesados en aquella, ninguno la había visto.

Abre.- dijo apuntandome con su palomita y lo hice, le erre.- eres malísima.- dijo y solté una risa.

Oye.- dije pegándole en el brazo.- a ver tu.- solté y el si embocó.

Que eh.- dijo haciéndose el canchero y le enseñé el dedo del medio para luego reírnos.

De pronto escuchamos las sirenas de policía, eran parte de la película. Habían matado a la hermana de la protagonista y nos lo habíamos perdido.

Que me hiciste perder.- solté quejándome en joda.

Y tú a mi.- soltó sacándome el control y volvió hacia atrás.- silencio por favor.- jodio y negué mordiendo mi labio.

Volví a acomodarme para mirar aquella película. No sé cómo pero mi cabeza termino en su hombro. Mientras mis manos seguían cogiendo palomitas. Luego todo se volvió negro. Escucho el sonido de mi móvil, me muevo rápido inconsciente y me quejo.

Mierda.- solté y abro los ojos rápidamente.- hola.- digo una vez que lo encuentro.

Mi amor, estabas durmiendo.- soltó mi madre.

Si mamá, qué pasó.- pregunto.

No volveré a cenar, pídete algo de comer, no hagas mucho esfuerzo, si.- soltó. Cenar? Que hora eran?.

Esta bien, besos.- dije sin más y corte.

Mi móvil marcaba que iban hacer las 8 de la noche, mierda que se pasó el tiempo.

Nos quedamos dormidos.- escucho su voz ronca y me giro, me había olvidado.

Mierda.- solté y el rio.- pensé que te habías ido.- dije.

Como ves no.- soltó y abrió sus ojos.- qué tarde es.- dijo mirando su reloj.

Sino hubiera sido por mi madre que me llamaba para decirme que no viene a cenar, hubiéramos seguido de largo.- dije parándome despacio.

Donde vas.- dijo rápidamente.

A hacerme algo de comer Hugo.- solté con una pequeña sonrisa.

No hace falta, pidamos una pizza.- dijo. Se estaba incluyendo acaso?.

Te vas a quedar.- pregunte sorprendida.

Quieres.- pregunto.

Claro.- solté y sonrió.

Iba a quedarme de igual manera.- dijo y reí.- Pizza esta bien.- dijo y asistí.- esta bien, voy a llamar.- soltó parándose y salió al balcón de mi habitación.

Tan solo lo mire, no sabía que era lo que pasaba por mi cuerpo. No entendía nada. Luego de un rato la comida llegó y la dejo encima de mi cama. Había traído gaseosa y algunas servilletas.

Trabajas.- pregunte y asistio terminando de tragar.

En la empresa de mi padre, pero por ahora soy como su mano derecha, cuando él se retire seré el jefe.- solto y asistí.

Eres un niño mimado por ahora.- dije jodiendo.

Igual que tú.- soltó y reí negando.- tu, qué haces.- pregunto.

Estoy en el último año de instituto.- solté y solo me miro.- administración de empresa.- dije.

Como tú madre.- asistí sonriendo.- y ahora cómo estás haciendo.- pregunto y reí.

Estamos de vacaciones.- solté.- va, acabamos de entrar hace un mes.- dije y rio.

Que idiota, claro.- soltó riendo.- cada pregunta hago.- y negue.- bueno..- soltó mirando su reloj.- debo irme, mañana debo levantarme temprano, vas a estar bien sola.- soltó preocupado y asistí.

Mi madre vendrá en un rato, tranquilo.- dije y se paró.- Gracias.. ha sido una linda tarde.- solté sin vergüenza.

Para mi también.- soltó y beso mi mejilla.- adios Eva.

Solo sonreí y salió. Su olor había quedado en mi habitación y me gustaba. No entendía porque tenía tanto interés por mi de pronto, pero tampoco me parecía mal.

Una esquina de Madrid. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora