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Mi alarma suena y rápidamente la apago para que no la despierte. Esta desnuda a mi lado, solo lleva su parte de abajo. Así como terminamos anoche nos fuimos a dormir. Las horas quitadas de sueño me estaban pasando factura ya que no lograba despertarme del todo, pero fue una buena causa. Dejo un beso en su espalda y me levanto para arrancar nuevamente mi rutina. Iba a tener demasiado trabajo esta mañana. Me doy una ducha para luego empezar a colocarme el traje y bañarme en perfume. Agarro mi móvil que está en la mesita y me inclino un poco hacia ella para dejar un beso en su mejilla, ella se remueve.

Necesitas algo.- pregunto y niega aún con sus ojos cerrados.- vale, ya me voy, te quiero.- digo dejando un corto beso en sus labios.

Que bien hueles.- suelta mirándome.- te quiero, que tengas un lindo día.- suelta y me acercó de nuevo.

Esta vez sus brazos pasan por mi cuello y quedo más pegada a ella. Mis dedos tienen contacto directo con su piel y bajo un poco aquella sábana que la cubre. Esto no me ayuda demasiado, el calor ya subió a mi.

Joder..- gruñó.- creó que puedo atrasar un poco más mi ida.- digo y ríe en mi boca.

Me encantaría.- suelta susurrando mientras nuestras miradas conectan.- pero debes irte, ve.- dice dejando un rápido beso en mis labios y me empuja.

Eres mala.- le digo y ríe despacio.- estás bien, no necesitas nada.- pregunto.- creo que llego hacerte el desayuno.- suelto mirando mi reloj. La veo levantarse y se coloca mi remera para luego acercarse a mi.

Estoy bien mi amor.- acaricia mi mejilla.- no te preocupes, si.- me mira y asisto.- y no quiero el desayuno, voy a volver a dormir.- dice con una pequeña risita.- anoche me he desvelado bastante.- dice con una sonrisa.

Debería controlarse más señorita, es día de semana, que estuvo haciendo.- pregunte jodiendo.

Travesuras, no pude controlarme.- suelta y con sonrisas nuestras bocas se juntan.

Voy a irme antes que mi traje termine en el piso y no te deje salir en toda la mañana de aquí.- digo suspirando y ríe.

Adios amor.- suelta dándome la espalda y se abraza una almohada.

La miro con una sonrisa para luego salir de aquella habitación y empezar mi mañana. Al llegar a la oficina pedí un café y con ello vinieron todo lo que debía revisar.

Buenos días hijo.- dice mi padre entrando a mi oficina.- el edificio de mexico ya está casi listo, están ultimando detalles, necesito que vayas.- suelta.- creo que dos dias estarán bien, tienes algún inconveniente.- pregunta.

Claro que no, allí estaré cuando me digas.- digo y asiste sonriendo.

Puedes salir mañana a primera hora.- pregunta y asisto.- perfecto hijo, sabía que no ibas a defraudarme.

Claro que no.- suelto.- debo terminar de revisar estos papeles, necesitas algo más.- pregunto.

No, termina esto y ve a casa, mañana debes estar bien despierto y con mucha energía.- dice y asisto rápidamente.

Pasa una hora cuando mi secretaria entra con todo lo que necesito para mañana y mi agenda para que le eche un ojo. Ella claramente debería venir conmigo también, ya que de paso tendría algunas reuniones. Para la hora del almuerzo ya estoy libre. Me despido de mi padre y me pongo rumbo a mi casa. Colocó mis llaves y entro llevándome una gran sorpresa. Ella está allí, con mil apuntes sobre la mesa del living y arrodilla en el piso con su espalda apoyada en el asiento del sillón.

Amor.- dice al verme.- has llegado..- mira su móvil.- temprano.- suelta y me acercó.

Pensé que te habías ido.- digo luego de dejar un beso en su boca y niega.

Una esquina de Madrid. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora