1.

2.1K 89 4
                                    


Disfrutando mi día libre, estoy tirado en el sillón mirando algún partido que pasan por la tele. Se que hoy me iré a dormir temprano, el motivo? Mis amigos con sus novias. No me molestaba, pero me estaba replanteando el conseguir nuevos amigos, estos eran unos pollerudos. Aunque para que mentir, con ellas me llevaba bien y cuando todos nos juntábamos éramos un grupo de la puta madre. Termino la pizza y recojo todo. Me fijo que la puerta del patio esté cerrada y me dirijo hacia la principal para hacer lo mismo cuando un grito de una chica me paraliza. Sin dudarlo me salgo en busca de aquella ayuda. La busco con la mirada y la encuentro, al costado de su auto. Me acercó rápidamente y me agacho delante de ella.

Me dijo que no gritara o me apuñalaria.. y yo grite.- soltó entre jadeos y solo agarré mi móvil para pedir un médico.

Oye, tranquila, respira si.- solté al terminar de hablar, ella asistio con sus lagrimas.- tu madre.- pregunte.

Trabajando.- solto llorando.

Ya van a venir a atenderte.- ella solo asistía. Salía mucha sangre, saqué mi remera y la reemplacé por sus mano.- pon tu mano aquí, has presión conmigo.- dije.

Me duele..- murmullo. Lo sabía, claro que lo sabía.

Hace mucho somos vecinos y aún no se tu nombre.- dije para hacerla pensar en otra cosa y me miro.

Sus ojos azules, ahora vidriosos me intimidaban. Jamás había visto unos así, lo juro.

Eva, me llamo Eva.- soltó y sonreí.

Soy Hugo.- solte y hizo una mueca.

Lo se.- dijo sorprendiéndome.- mi madre me lo ha a dicho.- dijo rápidamente y asistí.- puedes mandarle un mensaje a mi madre, esta..- y cerró sus ojos por el dolor.

Yo le mando, tranquila.- dije buscando el contacto.

Está en una reunión de trabajo, si la llamas mejor.- asistí para luego hacer lo que me pidió.

Luego nos quedamos en silencio. La ambulancia llegó, la asistieron ahí pero rápidamente dijieron que debían llevarla.

Usted va.- pregunto la enfermera. La vi en aquella camilla y sola, no podía quedarme aquí.

Yo voy con ustedes.- solté subiéndome. Ella estaba con sus ojos cerrados, un poco inconsciente por la sangre que había perdido.

Gracias.- escuché su susurro, pero sus ojos seguían cerrados.

Le mande a su madre que íbamos directo al sanatorio. Tuve que colocarme mi remera llena de sangre, no me importó. Al llegar la acompañe hasta donde podía y luego me senté a esperar. Sus ojos rondaban en mi cabeza.

Hugo.- escuché y me levante, era su madre.- cómo está.- pregunto asustada.

No han dicho nada todavía, hay que esperar aquí.- dije con una mueca y suspiro sentándose.

Muchas gracias.- dijo cuando me senté a su lado y sonreí.- puedes irte a casa ya si quieres.

Me quedare..- solté y me miro.- digo sino es molestia claro.- ella negó con una sonrisa.- quiero saber cómo está.

Esos hijos de putas la van a pagar.- soltó furiosa.- esperó que esté bien.- dijo mirándome mi remera para luego cerrar sus ojos.

Tranquila, Eva es una chica fuerte.- solté y me miro.

Se han conocido.- soltó y asistí.- a que es una niña linda.- dijo y rei.

Iba a contestarle cuando llamaron a familiares. Rapidamente nos paramos para ver que nos decían. No sabía que hacía aún aquí. Jamás me había sentido como en este momento.

Está estable, aunque ha perdido demasiada sangre, necesitamos donadores.- soltó mirándonos.- debe ser ya, aunque sea dos.- le pasó una planilla.

Pero.. somos ella y yo nomas.- dijo su madre angustiada.- cómo consigo otro.- soltó mirando a el médico. Mire la planilla, éramos compatibles.

Yo..- solté y me miraron.- yo puedo.- dije.

A positivo.- pregunto el médico y asistí.- estamos.- dijo.- en unos minutos los vendrán a buscar.- asistimos.

Gracias.. muchas gracias Hugo.- soltó abrazandome su madre y sonreí.- eres un chico increíble.

Nada que agradecerme, es por el bien de mi vecina.- ella sonrió.

Para que mentir.. le tenía un cagaso a esto, no sabía ni porque estaba aquí. Todo fue producto del impulso que recorrió todo mi cuerpo. Nos sacaron y estuvimos unos minutos, yo trataba de pensar en otra cosa. Y lo que se vino a mi cabeza fueron sus ojos. Los abrí y pensé, que me pasaba?.

Hugo.. debo hacer una llamada, ya vengo.- dijo su madre y asistí mientras me sentaba de nuevo en la sala de espera.

Familiares de la señorita Barreiro.- dijo el médico luego de unos minutos y me pare.- ya pueden pasar a verla.- soltó y asistí. Mire hacia atrás,no había rastro de su madre.- me acompaña.- pregunto el médico y asistí sin saber si era lo correcto.- no debe alterarse, solo será unos minutos, luego se puede quedar uno solo.- soltó y asistí para luego entrar.

Estaba con sus ojos cerrados, no sabía cómo actuar, no sabía que hacer. Si sentarme o quedarme parado. Si huir o quedarme. Si acercarme o mejor alejarme.

Aún estás aquí.- soltó cuando me pare a su lado.- hola.- abrió sus ojos y me miro.

Como lo sabías.- pregunte y soltó una pequeña sonrisa.

Tu olor.- dijo y la mire raro.

Huelo mal.- dije tratando de sentirme y soltó una risita. La mire de inmediato, su risa, que risa, pensé.

Hueles bien.- soltó sonriendo y suspire.

Que bueno.- dije y solo me miro.- como te sientes.- pregunte y me di cuenta.- qué mala pregunta, no me escuches.- dije y volvió a reír.

Un poco mejor.. aunque siento dolor aún.- asistí.- muchas gracias, te debo algo.- sonreí negando.

No es nada Eva..- solté.

Una remera.- dijo mirando la mía.- lo siento.- mordió su labio.

No te preocupes, luego me das una de las tuyas, que se que te gustan así, anchas algunas.- solte recordando algunas veces que la vi.

Como lo sabes.- pregunto y la mire fijo.

No soy ciego, vives al lado mío.- asistio lentamente.

Pensé que eras un acosador.- jodio.

Ya te gustaría.- la jodi y rio.

Voy a darte alguna.- dijo y reí.

No me debes nada, solo.. no dejes de reír nunca.- solté de la nada y me miro.

Una sonrisa fue apareciendo en su cara. Sus ojos no se quitaban de los míos. Vi su boca abrirse para responder pero la puerta la cayó. Entro su madre, la cual le hizo mil preguntas y todas eran si estaba bien. Ella le contesto siempre, pero me miraba a veces, me estaba enloqueciendo.
Luego de un rato de ver que estaba sana y salva me despedí. Deje un beso en su mejilla, volvió agradecerme y salí por aquella puerta. Donde mis pulmones soltaron todo el aire que llevaba adentro.
No se porque, pero no quería irme, quería quedarme.

Una esquina de Madrid. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora