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RenJun

Alisé el saco de mi uniforme con las manos, haciendo una mueca por la visible arruga que la plancha no había logrado eliminar. Decidí dejarlo pasar, después de todo no era tan notoria y el tiempo se nos acababa. Sí, nos, porque Liu YangYang había venido a pasar el rato a mi habitación, como si no tuviera nada que hacer. Ahora se encontraba acostado en mi cama, desarreglando las sábanas que ya había tendido y ensuciándolas un poco con la suela de su zapato. Tomé una profunda respiración para no insultarlo y hablarle como persona civilizada.

—Baja de mi cama, YangYang. —ordené yendo hacia el espejo para peinar mi cabello ahora marrón. Había decido teñirlo después de tanta insistencia por parte de Haechan, diciendo que las raíces ya se empezaban a notar.

—Pero tengo sueño~ —se quejó acomodándose mejor y subiendo su pie a mis preciadas sábanas blancas.

—¡Saca tu bendito pie! —le grité dejando el peine a un lado y jalando su pierna hasta tirarlo al suelo. Agradecí el sorprendente ataque de fuerza que me invadió, porque normalmente no era capaz de empujarlo.

—¡Auch! ¡RenJun! —hizo un puchero mientras sobaba su trasero, cosa que ignoré para seguirme peinando— Desde que volviste al castaño has estado más agresivo.

—Es tu culpa. Si no me molestases tanto no actuaría así. —dije pasando el peine por unos cabellos que se habían levantado y dejándolo al lado al terminar— ¿Ya estás listo?

Lo vi levantarse de la cama y dirigirse a la puerta, agarrando el saco que había dejado en el perchero al entrar— Yup, tú eres el demorón aquí.

Bufé poniéndome un anillo y una cadena para darle un toque especial al simple uniforme. Me di un vistazo de reojo y sonreí conforme con mi apariencia. Sin duda, como Haechan había dicho, la joyería aportaba bastante al conjunto.

Agarré mi maletín y empecé a guardar los libros que podría usar y una libreta en la que escribía mis apuntes. Al abrir el cajón del escritorio para sacar una nueva pluma, me encontré con la tapa marrón del diario de Park YooChun. Aún no había terminado de leerlo, ni siquiera iba por la mitad, y tampoco había tenido oportunidad de preguntarle a mi abuela sobre él. De todas formas lo guardé en mi bolso, esperando tener un momento libre para avanzar un poco con la lectura y tal vez contarle a Kun sobre mi presentimiento. Hablando de él, había estado actuando raro estos últimos días. XiaoJun y Hendery también, aunque el último disimulaba mejor que los otros dos. No quise meterme, podría ser un problema entre ellos en el que no debía involucrarme, pero sí que estaban siendo obvios.

YangYang abrió la puerta y salió primero, haciéndose a un lado y esperándome mientras cerraba la puerta de mi cuarto con llave. Al terminar la guardé en el bolsillo pequeño del maletín y caminé hacia mi salón, con YangYang a mi lado.

No hablamos en el camino, ambos concentrados en nuestros propios asuntos. Yo, en lo personal, trataba de idear la manera en la que iba a escaparme en el descanso para ir al auditorio junto a los demás. JiSung usualmente me seguía con la misma excusa que yo usaba, así que lo tenia dependiendo de mí. Ya habían pasado varias semanas desde nuestro primer encuentro, y aunque el tema central había sido dejado de lado, no habíamos perdido la costumbre. Ahora parecía ser un grupo para socializar, todos hablando sobre cosas que compartíamos en común o contando anécdotas. Jeno, JaeMin y yo aún no nos soltábamos del todo —del vampiro me lo suponía—, simplemente reaccionábamos o comentábamos sobre las divertidas historias que Haechan contaba. Se podía decir que era el que animaba el grupo, pero ahora ChenLe parecía sentirse más cómodo y soltaba una que otra broma también. Me agradaba pasar tiempo con ellos, se sentía como un gran respiro después de la seriedad que guardaba durante el día. Amaba a Kun y a los demás, pero a veces la brecha de edad era muy notoria.

Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora