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TaeYong

Terminé de ajustar bien mi corbata y alisé por quinta vez mi camisa. Era el primer día de mi último año, no podía lucir ni un poco desaliñado. Además, habría una ceremonia y necesitaba estar perfecto.
Volteé a ver a DoYoung para pedirle su opinión. Sabía que todo estaba en su lugar, pero una confirmación estaría bien.

—¿Qué tal me veo? —pregunté quitando una pelusa que se había estancado en mi saco.

—Parece como si acabaras de salir de una máquina, demasiado perfecto. —respondió tan directo como siempre.

—Oh vamos, Dodo, debo estar impecable al menos por hoy.

—Siempre lo estás, Yong.

—¿Algo que creas deba arreglar o añadir? —dije ignorando su anterior comentario. Era una charla que llevábamos teniendo por mucho tiempo y ya me estaba cansando.

—Ven. —palpó el lugar a su costado, invitándome a sentarme junto a él.

Me acerqué hacia el sillón donde se encontraba sentado y esperé a ver qué hacía. Sacó un delineador negro junto con un bálsamo labial.

—Estás loco si crees que te dejaré pintarme con eso. —me alejé de inmediato, no dejaría que ponga esas cosas en mi cara.

—Es solo una línea, una fina línea negra que te hará ver más bonito de lo que ya eres.

No pude evitar sonrojarme. Sabía que mi rostro era atractivo, mas eso no evitaba que sintiera vergüenza cada que alguien me decía un cumplido.

Cerré mis ojos y dejé que el pelinegro haga su trabajo. Nunca había usado maquillaje antes, mamá creía que la belleza natural era la más llamativa y que no debía ocultar nada bajo capas de cremas o polvos. Aunque más de una vez me pregunté qué sería tener las mejillas rosadas otra vez.

—Ya está. —dijo pasando por última vez el delineador sobre mi párpado— Has quedado genial, no esperaba que haga un gran cambio pero te vez más sexy.

—¡Kim DoYoung! —cubrí mi rostro con mi manos, apartándolas inmediatamente para no arruinar su trabajo.

—Es la verdad, Lee. Si no supiera qué eres una bolita de azúcar pensaría que irías tras mi novia.

—Ni siquiera tienes novia, Dongs. —recordé negando con una sonrisa.

—Una novia imaginaria.

Reí un poco y fui al escritorio para agarrar las llaves y salir de una vez del dormitorio. Aún era temprano, faltaban veinte minutos para que la ceremonia comience, pero nunca estaba de más llegar con antelación.

Salimos juntos del cuarto y nos dirigimos hacia el auditorio. Saludé a algunos amigos y conocidos. No veía a Jeno o a ChenLe por ninguna parte y eso me ponía algo nervioso, ellos no eran de los impuntuales a diferencia de Yuta.

—Háblame sobre la fiesta que está organizando tu padre, ¿sigue con la idea de invitar a todos? —dejé de buscarlos con la mirada para responderle.

—Sabes cómo es mi familia, sería incongruente no invitar a los lobos y brujos cuando luchamos por la equidad.

—Aun así, hay muchas familias que no están de acuerdo con eso, los Nakamoto, por ejemplo.

—YooNa ya confirmó su asistencia, creo que Yuta tuvo algo que ver en eso. —explique no del todo convencido. Eso había sido extraño, era la primera vez que Nakamoto YooNa se apuntaba— De parte de los lobos sé que los Moon van a asistir al igual que los Na, y de los brujos obviamente va a ir Qian y los Wong. Al parecer los DeJun también.

Tenebris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora