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El rubio miró en nuestra dirección justo cuando clavé mi mirada sobre él y la pelirroja. Quise apartar la mirada al instante pero no lo hice. El chico me sonrió mientras se llevaba un trozo de bacon a la boca, como si me estuviese desafiando. Pero un gran temblor hizo que quitase importancia a la sonrisa picara de Findriel.-¡Chicos y chicas! ¡Está siendo atacado el bosque, estamos en peligro!
Todo el mundo comenzó a correr para ir a por armas o suministros para contraatacar a estos ataques. Jensey agarró de inmediato su arco verdoso para unirse al grupo de gente que estaba yendo a evitar los daños de los ataques. Yo no sabía qué hacer, tenía un poder, cierto, poder que no sabía como controlar y dudo que con las pocas artes marciales que dominaba fuesen efectivas a la hora de usarlas contra unos seres con poderes mágicos.
-¡Wen!- Noté como unos brazos rodeaban mi cintura para elevarme y llevarme a quién sabe donde.
No me dio tiempo ni a preocuparme por la persona que me cargaba, las personas que nos rodeaban estaban desenvainando sus armas y empezando a usar sus respectivos poderes, todo se estaba descontrolando y yo al parecer no iba a poder hacer nada. Justo cuando nos adentramos en uno de los pasillos de la academia, ya no pude ver a nadie por lo que me giré para ver a mi acompañante. Era Finn. Corrió velozmente hasta llegar a una estantería, el chico paró en seco delante de esta y tiró de un libro de herbología el cual parecía que iba a caer. Al contrario, este se mantuvo en su lugar e hizo que la estantería desapareciese lentamente para mostrarnos un pequeño camino hasta llegar a una sala donde habían varias personas dentro.
-¿Qué es esto, Finn? ¿No vamos a pelear?- Dije pataleando para que me soltase.
-¿Pelear? ¿Crees que estás capacitada para enfrentarte a los enfermos mentales esos?- Chasqueó la lengua y rió de forma sarcástica.
Guardé silencio ante aquello, tenía razón.
-Ve tú al menos, aquí estaré bien.
-No, yo ya no puedo salir de aquí.
-¿No estás capacitado para combatir?- Me burlé.
-No, la verdad que no, recordemos que me gana en varios entrenamientos una chica como tú.
-Idiota.
No podía dejar de pensar en lo que estaría pasando allí fuera, en el bosque. Personas luchando contra quién sabe qué, porque algo obvio era que Vymon no iba a arriesgarse a enviar ataques por el mismo. Sabía de sobra atributos de su persona pero el que más le caracteriza era el de Cobarde.
Una ráfaga de imágenes me vinieron a la cabeza, imágenes de Jensey y de Ethel. La preocupación y el nerviosismo se apoderaron de mi. Las manos me comenzaron a temblar levemente, cosa que me pasaba cuando estaba intranquila. El siguiente impulso fue morderme las uñas, una manía que nunca me había gustado pero que nunca pude evitar. Percibí como Finn iba extendiendo la mano hasta llegar a mi muñeca, puso un par de dedos en ella y me obligó a bajarla dejando de morderme las uñas. A continuación, el chico recogió mis manos y las enterró entre las suyas para calmar el nerviosismo, logrando que mis muñecas estuviesen en contacto.
-Tranquilízate, todo va a salir bien. Tenemos las de ganas, son todos unos profesionales.
No sabía qué estaba sintiendo, todo se mezcló. Parecía que unas mariposas se elevaban al sentir el contacto de Finn pero enseguida volvieron a su lugar de inicio cuando mi inquietud por la situación volvió a rugir.
-De verdad, tranquilízate se te están poniendo los ojos rojos.
-¿Se me qué?
-Los ojos... - El chico, de un tirón dejó de cubrir mis manos.
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Morbletalle ©
Dla nastolatków¿Qué harías si un chico misterioso y aparentemente invisible te dice que el futuro de un mundo paralelo está en tus manos? ¿Lo mandarías a paseo? ¿Le escucharías? Pues Wendy se tiene que hacer cargo de tal asunto, lo que ella no espera es toparse c...