Mi vida era simplemente perfecta, era feliz con música y un par de audífonos blancos que me brindaban paz haciéndome sentir pleno, pero nunca tomé en cuenta la posibilidad de que eso cambiara.
Tal vez nunca estuve destinado a cumplir mi sueño para s...
Esta vez tocaba dibujar el perfil de una persona a lápiz carbón, lo que al principio se me dificultó un poco y al parecer Emily notó eso y de reojo observé que se acercaba sigilosamente a mí para que el profesor no se diera cuenta.
—Déjame ayudarte —susurró.
Asentí con la cabeza, tomó el grafito de mis manos y sin ninguna dificultad trazó desde la frente hasta el mentón, pasando por la nariz, los labios y finalizando con parte del cuello del perfil.
Me quedé sorprendido con su habilidad para trazar, un dibujo perfecto que tal vez le faltaban algunos retoques, pero era relativamente bonito.
Se alejó porque el profesor se acercaba sentándose en una de las sillas de atrás, me dispuse a retocar el dibujo y agregarle detalles y realismo a éste. De fondo combine diferentes texturas y el rostro lo dejé totalmente liso que a mi parecer contrasta perfectamente y se ve muy bien, tenía una buena reseña asegurada.
Terminada la clase el profesor me dio algunos consejos para mejorar el dibujo, Emily se fue a la dirección general, ya que le habían mandado llamar y yo dejé mi dibujo en la habitación para irme al jardín, necesitaba paz y descansar mi mente después de la clase que me agobia un poco por no saber dibujar, pero eso se dará con el tiempo.
Y ahí escuché música.
Después de que entré al psiquiátrico, no volví a escuchar melodías, no volví a escuchar ruidos fuertes más que el silencio que abundaba en todas partes y ahora que podía escuchar aquellos sonidos sentía que era un daño para mi salud mental.
Todo pareció dar vueltas, estaba mareado al escuchar música porque sonaba de una manera fuerte pero manteniendo el nivel de decibeles estipulados, hasta llegué a pensar que tenían algún tipo de celebración por el alto volumen. Mi cabeza era un mar deseando salir de aquel ahogamiento que me consumía lentamente, de mis ojos brotaron lágrimas saladas debido a la conmoción que tenía, como un shock de donde no podías salir por más que imploraba ayuda. Y lo peor, mi cabeza no distinguía nada, sólo escuchaba melodías que no tenían sentido.
Esto es muy malo.
Todo el avance que llevaba los últimos meses, se desvaneció. Desde hace algún tiempo ya no tenía crisis o las que tenía las podía controlar. Ahora esos ruidos sonaban, retumbaban en mi cabeza, cuando caí de rodillas al piso supe que era mi fin. Ya no tenía control sobre mí y aquellos ruidos similares a ollas y sartenes cayendo sin parar de escuchaban mucho más intensos a cada segundo.
Grité.
Grité con un rayo de esperanza para que alguien me ayudara.
Y mi grito resonó por todo el lugar como una bomba atómica que estaba por explotar, me sentía perdido y desorientado sin ni una brújula que me guiara a un lugar más seguro. Estaba solo, sin compañía. Mi cuerpo no reaccionaba a los movimientos que le pedía, supe que esta era la crisis más dura que había tenido nunca.
Lo que yo no sabía era que la vida me había puesto una prueba que yo no supe descifrar.
Unos cuantos segundos bastaron para que perdiera el equilibrio, lo que ocasionó que mi cabeza diera vueltas y se estampó en uno de los bordes de la fuente en la cual estaba sentado. No sabía qué iba a pasar.
Emily
—Emily... —dijo la dueña del psiquiátrico al verme llegar a su oficina color rosa.
—¿Qué? —espeté con odio.
—Quiero decirte algo y es que los médicos me han reportado que en tu caso no se ha visto ningún progreso.
—¿Y?
—Llamamos a tus padres y les dijimos que ya no tienes nada que hacer aquí, ellos pueden cuidarte y hacerse cargo de ti.
Esa felicidad que sentía se desvaneció, el sentimiento de enojo se apoderó de mí como una ráfaga de viento. Empezaba a notar mejoras, empezaba a sonreír, empezaba a estar bien, todo eso se debía a... Jin y ahora ¿tenía que irme?
—No, ¿porqué? Ellos no sabrán cuidarme, nunca me quisieron...
—Emily, ya no tienes nada qué hacer aquí —me interrumpió para poner sus manos sobre las mías—. Entiende que ya no tienes motivo para estar aquí, sólo te haces aún más daño.
Siempre fue mi más grande sueño irme de aquí, contaba los días para salir de este psiquiátrico, pero ahora ya no sentía ese ferviente deseo de irme sino quería quedarme y estar a su lado sin preocupaciones, sin embargo eso no iba a ser posible.
—No... —quité mis manos—. No. —volví a repetir.
Mi mente bloqueada.
Mis piernas corriendo por sí solas dejando la oficina e irme a otro lugar.
¿Realmente me iba a ir?
Pensé en ir al jardín, pensé en ir con Jin, pensé en estar un momento en soledad, fue cuando escuché aquel grito que cambió el contexto de la situación.
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Antes de todo quiero anunciar que esta historia no es muy larga, así que va a terminar en un par de días, sólo le faltan un par de capítulos. No quería que fuera larga sino relativamente corta.
Anuncio #2 ¡Hoy es el cumpleaños de Taehyung! Literal me desperté y fue lo primero que pensé jsjsjs.
Le deseo una vida larga, que sea feliz aunque yo no lo sea y que siempre se mantenga sano. Él fue una de las personas que me ayudó a salir de ese pasillo de soledad en el que estaba, así que... ¡FELIZ CUMPLEAÑOS TAEHYUNG! 😭💜