A M U S I A ➳ Kim Seokjin ✔

🎶 Capítulo 4 🎶

¿Una crisis? Jamás en mi vida había sentido algo así hasta hoy. La mejor manera de describir ese pequeño pero horrible momento de mi vida, era esa palabra, aunque tal vez no fuera el término correcto.

Oía voces a lo lejos, pude distinguir la voz de mamá. Empezaba a tener un poco de más conciencia en mi cuerpo y a visualizar mi entorno encontrándome en una habitación de hospital totalmente blanca. ¿Qué estaba haciendo aquí? Ni idea.

—Jin, despertaste —me miró mi mamá con ojos llorosos levantándose del mueble enfrente de la cama en la cual estaba recostado

—¿Qué hago aquí? —pregunté desorientado

—Iré a llamar al médico —evadió mi pregunta y se fue de la habitación.

Analicé la situación y el porqué escuché tantos sonidos espantosos y todo fue porque no podía escribir música, poco a poco empecé a recordar esa horrible sensación que retumbó en mi cabeza. El momento más horrible de mi vida.

—Jin, ¿cómo te sientes?  —preguntó el médico entrando a mi campo visual.

—Algo desconcertado —respondí tocando mi cabeza.

—¿Qué sentiste antes de desmayarte?

—Me sentí aturdido, muchos sonidos que no puedo describir sonaban en mi cabeza.

—¿Cómo cuáles? —el médico empezó a tomar notas.

—No sé, muy fuertes como... no puedo explicarlo —dije preocupado.

—Este es un caso muy raro, hablaré con otros especialistas para resolver el diagnóstico.

Genial, ni siquiera un médico internista puede resolver mi problema, sólo era una simple crisis y ya, no es para preocuparse, sin embargo, mi mamá tenía una cara de pocos amigos mientras lloraba.

—Mamá, no te preocupes, estoy bien —dije para calmarla.

—¿Qué sentiste? —preguntó de repente.

—No sé explicarlo, en cuanto encuentre las palabras te diré.

—Bien, te quiero, hijo.

Depositó un beso en mi frente y me sentí preocupado por ella, ni siquiera lo estaba por mí, sino por mi madre. Tengo un hermano, pero él ya hizo su vida quedando yo solo como el consentido de mamá. Por eso, ella se preocupa demasiado.

Después de unas cuantas horas mi padre llegó para después llegar el médico y al parecer ya tenía el diagnóstico. Me empecé a alterar y el miedo a saber qué fue lo que ocurrió me invadió sin siquiera notarlo.

—El caso de su hijo es muy extraño —le dijo el médico a mis padres—. ¿Te gusta la música? —me preguntó. 

—Me encanta —respondí.

—¿Escribes canciones?

—Sí, cuando estaba escribiendo no podía plasmar mis ideas y me empecé a alterar y sonidos muy estruendosos en mi cabeza empezaron a sonar.

—Esa descripción es suficiente para dictaminar que... —guardó silencio mientras leía un papel en sus manos.

—¡¿Qué?! —bramó mi mamá desesperada.

—Su hijo padece de amusia —dijo el médico con una expresión muy seria.

Me quedé helado, no podía articular palabra alguna, a pesar de que no sé qué es esa enfermedad, presiento que es muy mala.

—Es el deterioro o la pérdida de la capacidad musical, ya sea de forma congénita o adquirida debido a una lesión en el cerebro. Son trastornos neurológicos que incapacitan a las personas que los padecen para reconocer o reproducir tonos o ritmos musicales, lo que, al mismo tiempo, puede acarrear problemas con la escritura o la dicción de los mismos —entró explicando un psiquiatra a la habitación donde se detuvo frente a mí.

Mi cabeza se encuentra perdida, no era capaz de digerir las palabras que dijo que el psiquiatra. Ahora probablemente jamás vuelva a sentir las sensaciones que la música provocaba en mi cuerpo y tampoco podré volver a escribir música que es mi pasión.

—Nunca tuve un accidente —dije totalmente sorprendido y consternado.

—Puede ser por herencia o genética, no necesariamente tiene que ser por algún accidente —me dijo el psiquiatra.

—Señores, necesito hablar con ustedes en privado por favor —dijo el médico internista.

—Claro —dijo mi mamá llorando.

Yo simplemente no podía procesar la noticia, sentí como mi sueño de ser productor se desvaneció totalmente, ahora tal vez soy un enfermo mental. Sin pensarlo las lágrimas resbalaron por mi cara y cuando menos pensé ya sollozaba fuertemente.

Me sentí perdido, sabiendo que ahora soy un enfermo mental.