CAPÍTULO 18

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Nueva Misión

Los días pasaron rápidamente más de lo que me hubiese gustado, aun cuando el tiempo siguiese pasándose demasiado rápido, los dos días siguientes al encuentro que tuve con el Kenobi me la pase encerrada en mi habitación, el hambre no había llegado ni el cansancio, mi cerebro pensaba en todo, era cierto que había personas a las que les interesaba como Anakin o mi maestro e incluso la senadora Amidala pues cuando me la encontraba ella preguntaba si me sentía bien o no lo cual me pareció un tanto extraño la primera vez, so me hizo sentir mal pues ellos solo se preocupaban por mi estado. Después del segundo día al tercero a primera hora salí y me alimenté, lo hice sola como siempre lo cual me dio paz. Después de esos días de reflexión me di un tiempo del bar y demás situaciones decidiendo enfrentar por fin mi sentir, la culpa estaba ahí persistente pero la deje estar durante una semana pues por más que quisiera evitarla no podría, la hermana de la difunta Duquesa de Mandalore había venido a Coruscant por el senado, lo que me dio la oportunidad perfecta de disculparme con ella y decirle cuanto lamentaba la situación, por más sorprendente que me pareció la mujer solo me agradeció por haber intentado salvar a su hermana. Después de eso pude estar un poco mejor pues aquel peso había desaparecido haciéndome sentir un tanto más tranquila, la paz regreso lentamente a mí, aunque no tuviese hambre comía cuando debía además de que me dedicaba a entrenar un poco en una de las terrazas del Templo, cuando encendí mi sable por primera vez desde mi suspensión sentí confort. Además me había encerrado por horas en la sala de meditación aun cuando no meditara ni un poco y después de una semana pude encontrar de nuevo mi concentración, además de que ocupaba mis días en reparar algunas naves así como sus circuitos y motores o hacerle mejoras a mi sable o simplemente en permitirme sacar lo que llevaba dentro, había sido un proceso lento pero lo había logrado, la paz regreso a mi ser además de que aprendí a no temerle a aquel lado de mí que se sumergía en la oscuridad si no que aprendí a controlarlo, mi armonía con la fuerza regreso también a su debido momento y después de muchas horas de meditación, por fin podía dormir en paz, había tenido noches en las que simplemente no dormía nada por las insistentes pesadillas pero con el tiempo y el proceso de sanación estas se fueron haciendo menos recurrentes hasta que dejaron de presentarse además de que las visiones habían disminuido y sobre todo casi no se presentaban aquellas donde me veía siendo una Sith.

Había aprendido a aceptar mis errores además de no condenarme por estos, después de todo los Jedi somos humanos, no somos seres divinos ni nada parecido así que no estábamos exentos de tener sentimientos, no había sido la primera en cometer un error y no sería la última. En este tiempo también había vuelto a conversar con Anakin quien no me reprocho nada si no que me preguntaba si me encontraba bien y me hablaba de sus misiones. También había conversado con Padmé con quien tuve una conversación respecto a antes de que fuese llevada al Templo, pero yo solo pude decirle que no recordaba mucho de esa familia que tuvimos. después de un mes donde mi mejoría fue evidente para todo mundo me presenté en la sala del Consejo donde pedí una clase de iniciados que se había quedado sin maestro por las bajas que seguía dejando la guerra, muy a pesar de algunos me fue concedida y esto ayudo bastante en mi proceso. Pero aun cuando mejore bastante seguía viniendo a mi mente aquel castaño, aun cuando había intentado enterrar aquellos sentimientos no pude, él rondaba mis pensamientos y era el dueño de mi corazón. Aunque nos habíamos encontrado en algunas ocasiones yo me había encargado de evitarlo, debía primero aclarar todo lo que me sucedía y después pensaría que hacer con este abrumante sentir, tenía claro que deseaba lo mismo que él, pero debíamos conversarlo primero pues no podíamos simplemente ser libres de demostrar nuestro sentir. Eran demasiadas cosas que pasarían, pero podría tomar el riesgo simplemente por Obi-Wan.

Un suspiro salió de mí y me puse de pie para salir de la sala de meditación, hacia un par de horas me dicho que el Consejo deseaba hablar conmigo y la hora había llegado, ese mensaje había logrado ponerme de los nervios por lo que me dirigía a meditar para intentar encontrar calma, mientras caminaba por los amplios pasillos del Templo hacia ejercicios de respiración, cuando estuve frente a la puerta de la sala esta se abrió y así entre a paso lento, mire a los presentes y hologramas que se proyectaban, me miraban como si pudiesen incluso ver en lo más profundo de mi ser, al estar en el centro hice una reverencia para después erguirme en espera de lo que fuesen a decir, eleve levemente mi mirada encontrándome con los ojos azules del Kenobi los cuales me examinaban con demasiada atención.

EMPIRES  (Obi-Wan Kenobi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora