EMPIRES (Obi-Wan Kenobi)

CAPÍTULO 11

El frente

Habían pasado tan solo dos semanas de mi nombramiento como Jedi. La orden del consejo para todos los recién nombrados es que fuéramos a varios lugares donde nos asignarán una tropa de clones y una misión. Sin duda estaba nerviosa pues era la primera vez que yo daría las indicaciones. Suspiré tranquila observando las naves, debíamos esperar a que una viniese por nosotros y subir a esa para ir a nuestro destino, Anakin ya se había ido, nuestra despedida fue corta y simple sabíamos que ambos éramos muy tercos como para morir.

— Te ves nerviosa. — Al escuchar la voz invasora di un pequeño salto en mi sitio, mire a la persona de la que provenía soltando un suspiro, su corazón comenzó a latir desbocado ante la presencia del mayor e inconscientemente comenzó a jugar con sus manos, no había evitado notar el hecho que la reciente cercanía del Kenobi lograba ponerla de nervios, aun mas al darse cuenta que su corazón latía como loco y cuando no lo veía este invadía sus pensamientos en algunas veces, había intentado aclarar de que se trataba aquello pero jamás se había enfrentado a tales sentimientos con anterioridad.

— Bueno lo estoy, esto es aterrador.

— Lo es, lo harás bien, Naberrie no debes preocuparte por eso. — Dijo el mayor mirándola atentamente, detallando cada una de sus facciones, memorizándolas a detalle. El profundo color marrón oscuro de sus ojos junto a sus largas pestañas, como su ceño se fruncía mientras miraba a todos lados y sus labios rosados. Después de la batalla de Geonosis y de hacer tal confesión el mayor se dio tiempo a buscar la respuesta ante lo que había dicho pues no se trataba de una mera broma y eso lo tenía claro desde el momento en que lo dijo, pero había algo que lo mantenía intranquilo y era el hecho de que aquellos sentimientos no debían existir siquiera. No habían hablado por años, sus caminos habían sido separados así que no entendía cómo es que despertó tales sentimientos por su amiga a la que en antaño veía como una hermana pequeña.

Durante años la observó de lejos, viéndola crecer y convertirse en una Jedi competente. Él que solía ser su aprendiz le hablaba de ella todo el tiempo, las misiones que hacía y situaciones donde ambos amigos compartían. Más el recuerdo de como ella solía ser con él era extraño, no entendía como es que había pasado concluyendo que el corazón tenía una forma extraña de enamorarse. Pero eso estaba mal, estaba prohibido y luchaba con todo su ser para hacer desparecer aquellos sentimientos.

— Eso espero, no quiero decepcionar al maestro Yoda. — Dijo distraídamente mirando al frente después su mirada viajo hasta posarse en los ojos del mayor.

— No decepcionarás a nadie.

— Debo irme, llegaron por mí. maestro Kenobi. — dijo a modo de despedida para después irse, mientras el mayor la veía caminar lejos de él solo pensó en que debía acabar con esos sentimientos, si ambos se dejaban llevar por estos decepcionarán a todos, él podía soportarlo, pero no quería que ella pasara por algo así, esperaba que este tiempo lejos de ella pudiese olvidar los sentimientos.

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Podía divisar un frondoso bosque debajo de nosotros, el clon que vino a buscarme quien era el comandante Doory me habló, el escuadrón asignado para mi tenía una misión, debíamos rescatar información que los separatistas robaron solo esperaban por mi para poder proceder. La situación era compleja sin duda, pero habían logrado ubicar en donde estaba la información robada. Al bajar de la nave pude ver a varios clones en el campamento algunos hacían vigilancia y otros solo estaban prendiendo fogatas y otras tareas, el ambiente se mantenía cálido, pero aun así el fresco aire estaba presente haciendo todo más agradable.