El Recuerdo De Mi Amor Por Ti

Solo ella

Normalmente su cabello lacio estaba organizado, no exageradamente peinado pero si mucho mejor que el de James y Sirius. A menos que tuviera algún pendiente del colegio o extracurricular, siempre dormía lo suficiente así que no conocía las ojeras y su piel siempre luce como la de un bebé. Desde pequeño sus padres lo acostumbraron a ser muy pulcro, ordenado e incluso algo obsesionado con su apariencia. Por eso y por muchas otras razones, ser un licántropo era la peor cosa que podía pasarle.

Y le pasa, cada luna llena.

No hay forma de que controle su cabello, las ojeras que jamás están se presentan más oscuras que en ninguna otra persona y su piel se vuelve algo rapsoda, sobre todo en el rostro. Pero eso no es lo peor.

El, Remus Lupin, el Gryffindor prefecto, amable, buen estudiante y servicial, se convierte en su peor versión sin que pueda evitarlo. Por esa razón intenta evitar a quienes no saben de su situación, básicamente, todo Hogwarts excepto sus tres mejores amigos y Albus Dumbledore. Su mal humor es algo que no puede ocultar, y ni siquiera es porque odie ser lo que es (aunque así sea). Simplemente no lo puede controlar.
Caminaba por los pasillos nocturnos de la escuela haciendo sus rondas y agradeciendo que Lily le pidiera que realizara las de ambos, porque así pasaría mas tiempo solo. No contaba con que muchos estudiantes estarían en los pasillos pasado el tiempo para estar fuera de las habitaciones, por lo que tuvo que controlar muy bien como les llamaba la atención. Ya casi terminaba las zonas de Lily, así que caminó mucho más rápido para ver si lograba cansarse y dormirse apenas llegara a su cuarto.
Entonces, escuchó una voz recitar algo que no entendió en un principio.

-¡Reducto! ¡Reducto! Reducto! -

¿Quién podría estar practicando a esta hora? Decidió acercarse y se encontró con una chica sobre una ventana, una ventana bastante alta que parecía a punto de caerse. Traía puesta una pijama blanca con corazones, de pantalón largo y un buzo, unas pantuflas que podrían ser un pato o una gallina y lo que mas destacó, el cabello rosado recogido en una cola de caballo alta. Tonks decía el encantamiento una y otra vez, su voz tomaba un tono de rabia cada cierto tiempo pero no paraba de intentarlo, así que luego de unas 15 veces se rindió. El vio cómo ella les agachaba poniendo sus brazos y cabeza en las rodillas y sin apoyar su trasero en el alféizar donde estaba parada, pareciendo una niña de 3 años. Le sorprendió que tuviera tanto equilibrio y vaya que se equivocó.

-¿Tonks?- preguntó en voz baja

De inmediato la chica deja de maldecirse entre dientes y levantó su cabeza con espanto, lo que la hizo perder el equilibrio e irse para atrás, pero afortunadamente logró sostenerse.

-Remus... no es lo que, bueno, solo estaba...- suspiró- No voy a mentirte- intentó sonreír

Por primera vez en la semana, sonrió.

-Igual no podrías, escuché cada palabra, ¿con esa boquita besas a tu mamá Tonks?-

El cabello de Nym pasó de ser rosado a un rojo clarito que denostaba la vergüenza que sentía. Si es cierto que muchas veces era malhablada, sobre todo cuando las cosas no le salían bien, pero no le agradaba mucho que Remus la escuchara cuando hablaba así.

-En fin,- se burló el- ¿por qué estás a esta hora en los pasillos? Si no fueras tú debería castigarte o quitarle estrellas a tu casa- continuó su broma

-¡Por favor no! Ya le han quitado muchos puntos a Hufflepuff esta semana, te lo suplico, haré lo que sea para que no...- su mente lenta por fin reaccionó - ¿Qué dijiste?-

-Que si no fueras Nymphadora Tonks tendría que castigarte- repitió adrede

Ella se sonrojó mucho más, - No me llames Nymphadora- susurró