El Recuerdo De Mi Amor Por Ti

Especial Hogsmeade: Parte 5 - Final

Hogsmeade recibía a los estudiantes de Hogwarts con el frío característico del clima para esta época del año pero con el calor abrazador de cada local que, con brillantes luces o múltiples carteles de promociones, invitaban a cualquiera que llegara a entrar en ellos. Las calles del pueblo siempre habían sigo elogiadas por lo bien cuidados que estaban a pesar de su antigüedad, y eso, más la nieve y los bellos tonos del cielo, formaban el espacio ideal para la velada romántica perfecta.
Pronto, el bullicio de niños y jóvenes del colegio más otras personas que también habían ido allí a pasar la tarde llenaron el lugar. Mientras bajaban de los carruajes, una pelirroja reía gracias a algo que su acompañante había estado contando.

Lily Evans y James Potter tomaron uno de los últimos carruajes en salir ya que el transe en que entraron ambos no les permitió notar que, aunque ellos estuvieran descubriendo cosas nuevas mientras sus miradas conectaban, el mundo seguía moviéndose, el tiempo seguía corriendo y ya solo faltaban ellos por subir.
En el camino fue James quien haciendo acoplo de su extrovertida personalidad, inició la conversación, y a partir de allí ni ella había dejado de reír ni él de hablar.
Ambos caminaban uno al lado del otro, sin saber muy bien que decir pero con ganas de disfrutar. Fue el chico, nuevamente, quien habló.

— ¿Puedo decirte algo?— dijo deteniéndose y moviendo su cabello
Ella asintió y se detuvo.
— Tengo todo planeado, sé a dónde podemos ir y lo mejor que podemos hacer para divertirnos aquí, pero...— se detuvo mirándola directamente — si en algún momento te aburres podemos hacer lo que tú quieras, te lo juro —
Lily soltó una risita — Eres James Potter, estoy muy segura de que es imposible que pueda aburrirme contigo —
El sonrió y consignó caminando.
— No te creo— la retó
— ¿No?— el negó — ¿Y puedo saber por qué? Sabes que nunca miento James —
Ignorando el salto que dio su corazón al escuchar su nombre viniendo de ella.
— Recuerdo una vez, en tercer año, dijiste que pasar todo un día conmigo sería lo más aburrido y estresante que podrías hacer —
— En ese momento me habías sacado de quicio, ya no sabía que decir para salir de la discusión — se excusó, porque tenía que admitir que por más que quisiera jamás podría llamarlo aburrido ya que él, en sí, era todo lo contrario
— Podrías haber intentando decir un "Sí James, acepto salir contigo"— dijo agudizando la voz
Ella volvió a reír, — Créeme, en ese momento jamás se me hubiera pasado por la cabeza aceptar —
— ¿Y lo harías ahora?—
Lily frenó en seco, mirándolo extrañada.
— Si te pidiera que salieras conmigo, ¿lo harías?—
— No es que haya tenido muchas, pero creo que esto es una cita— sonrió nerviosa
— Lo es, pero tú me invitaste, no me malentiendas, eso hace esta cita mucho más especial pero... — se preparó para soltar la bomba — Me gustaría contar con la dicha de saber que saldrías conmigo por más que agradecerme o disculparte por algo, que saldrías conmigo aceptando si yo te lo pido —
No es algo que le importara mucho ya que el salir con Lily, fuera por el motivo que fuera, era ganancia para él, pero el pensar que ella estaba allí solo por agradecerle lo ocurrido con Snape o para disculparse por algo que no tenía muy claro, lo hacía sentir extraño. Como si la cita fuera solo un momento que después tendría que olvidar para siempre. James no esperaba que ella lo negara, pero sí deseaba que respondiera a su pregunta con un sí.
Escuchó un suspiro bajo y se preparó para lo peor.
— James, no estoy aquí para disculparme o para agradecerte, sé que me conoces, sabes que de haber sido por eso solo te lo habría dicho— ella camino y se puso frente a él, lo que lo obligó a bajar un poco más la mirada — Si estoy aquí es porque quería invitarte a salir, no voy a decirte que me gustas pero no te miento cuando digo que estar hoy, aquí, contigo, no me desagrada, al contrario, me está gustando mucho más de lo que algún día pensé que podría gustarme — suspiró bajo una sonrisa — Y eso que la tarde recién empieza—
Escuchar esas palabras fue como un bálsamo para sus oídos y su corazón, tanto, que decidió ignorar el que no haya respondido a su pregunta.
— Siendo así, prepárate, porque llegamos a la primera parada del día — dijo tomándola de los hombros y girándola