El Recuerdo De Mi Amor Por Ti

Los Colores de la Realidad

Los estudiantes gritaban quejas a diestra y siniestra luego de que McGonagall avisara que debían estar en el Gran Comedor en 15 minutos. Algunos habían albergado la esperanza de la cancelación de las clases de todo el día para así poder disfrutar de la lluvia que se aproximaba, pero todo se desmoronó cuando la voz de su profesora recorrió los pasillos y Salas Comunes de Hogwarts. Debido a la falta de tiempo, los que se levantaron más tarde debieron apresurarse a menos que quisieran llegar tarde y restar puntos a su casa.
En el dormitorio de Lily todas estaban listas, menos ella misma. Solo abrió los ojos porque Marlene dejó caer un perfume al suelo, entonces se dió cuenta de lo tarde que era.

- Marlene- llamó a su amiga- ¿Por qué no me has despertado?- preguntó algo molesta

La chica la observó, su rostro solo reflejaba que no podía creerse lo que veía y simplemente salió de la habitación con sus cosas en la mano. Sasha, quien continuaba cepillando su cabello como si este creciera con cada toque, miró a la pelirroja a través del espejo.

- Marlene no lo ha estado pasando muy bien estos días- le dijo- Y no Lily, no me refiero solo a tu pelea con ella- se levantó - No sé que es porque sabes que no confía en mi, pero puedes preguntarle a Black-

Lily abrió mucho los ojos.

-¿A Black?¿Sirius Black?Es imposible...- se quitó las sabanas de encima- No lo soporta, ¿Por qué le contaría algo a él, antes que a mí?- preguntó dolida

La chica suspiró y observó a la que aún quería creer su amiga, con asombro. La mente más brillante de su generación no podía ver o entender lo que ocurría frente a sus ojos.

- Diré esto de una vez porque, a diferencia de Marlene, ya no tengo nada que perder- inició- Eres Lily Evans, la hermosa pelirroja que les gusta a muchos, la más inteligente de nuestro año, a la que quieras aceptar o no sus padres prefieren y, en este contexto- la miró fijamente- la dueña del corazón de James Potter. Que seas todas esas cosas está bien, lo que no es correcto es que creas que como eres el centro de todo eso, también eres el centro del mundo- concluyó

La chica, al escuchar esas palabras nuevamente, enfureció.

- ¡No soy así Sasha, a mi me importan las personas que quiero!- gritó- ¡No soy como Potter, o Black, yo si pienso en las demás personas!-  continuó

- Por Merlin ¡Escúchate! Nadie los ha metido en esta conversación- recalcó- Mira, no me interesa que pienses de ellos y si eres o no egocéntrica, date cuenta sola. Lo que intento decirte es que afuera muchos sufren- su voz se rompió- muchos no tienen a nadie que los consuele, y tú tienes a tantas personas que las insultas o haces a un lado cuando te dicen la verdad- espetó

Caminó con rapidez hacia la puerta y antes de salir, le dijo una cosa que dejó a la chica impactada.

- Perdón- murmuró- Es todo lo que tienes que hacer, y puedo asegurarte que con ella no será tan fácil- le dijo- a ella no puedes pedirle una cita-

Con esas palabras cargadas de un doble sentido, dejó a Lily plantada en la habitación con cara de pocos amigos. En la Sala Común, Sasha abrió los ojos al ver que 4 chicos la miraban con pena y uno de ellos mantenía la cabeza agachada. Si escucharon o no, le interesaba mucho, pero no iba a preguntárselos. La respuesta a su pregunta llegó cuando Sirius le dió una suave palmada en el hombro a James diciéndole "Es un momento de rabia, sé que ella no piensa eso". El mencionado, como un pequeño niño, alzó la mirada llena de brillo y sonrió como si nada, haciendo ver a Black como un padre idolatrado. James avanzó un poco y Sasha notó como Sirius y Remus se miraban con preocupación, porque sabían lo mismo que ella.
Lily si que lo pensaba, y aunque él no se diera cuenta,  ella aún no estaba lista para corresponder a todo el cariño que él le tiene. Quizás ella pudo incluirse en la conversación, pero como siempre, ellos no la notaron. Solo Remus le sonrió junto con Peter, mientras que los otros dos salieron ensimismados en una conversación que parecía divertida y a la que se unieron los sus dos amigos al salir de la Sala Común.